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Cinco horas tras bambalinas con Chacón

Alida Piñón| El Universal
Miércoles 03 de diciembre de 2014

Video. EL UNIVERSAL estuvo paso a paso con Arturo Chacón Cruz previo a su presentación en el Palacio de Bellas Artes

Cinco horas tras bambalinas con Chacn

Al llegar al recinto, el cantante es maquillado y caracterizado para la presentación de Rigoletto. En la imagen, con el bajo Eric Halfvarson. (Foto: FOTOS: ARIEL OJEDA. EL UNIVERSAL )

Acompañamos al tenor que protagoniza la ópera Rigoletto en el Palacio de Bellas Artes; desde cómo se prepara hasta lo que hace antes de salir al escenario

ana.pinon@eluniversal.com.mx  

Arturo Chacón-Cruz pregunta a su representante si hace frío y viento. Sí, le responde. Entonces sonríe, ajusta bien su bufanda y sale del hotel donde se ha hospedado con dirección al Palacio de Bellas Artes para su llamado a maquillaje. Son las 5:45 de la tarde.

Ha sido una semana con mucho trabajo, teatros, hoteles, aeropuertos, óperas, galas, entrevistas, la agenda de lo que resta en 2014 parece interminable, le resta por visitar Veracruz, Los Ángeles y China; la de 2015 tiene diversos compromisos que abarcan hasta agosto. Además será un año de festejo, cumplirá 15 años de trayectoria en enero.

En estos días se encuentra nuevamente en México para presentar una breve temporada de la ópera Rigoletto de Verdi, producción del Teatro del Bicentenario de León, Guanajuato, que él mismo estrenó en noviembre pasado. La obra dirigida escénicamente por Enrique Singer la conoce bien, pero el personaje del Duque de Mantua lo conoce mejor. Sólo el año pasado lo presentó en el Festival d’Aix en Provence, en Francia, en una producción que situaba la historia en un circo decadente. Ahí, de acuerdo con la prensa especializada, consiguió encarnar un Duque humano y adorable, dueño de una poderosa voz.

Volver a México, dice, siempre es motivo de alegría, cantar en el máximo recinto cultural, es una experiencia que aun le produce nerviosismo, como ningún otro teatro en el que ha estado. No se le nota.

La caminata al Palacio lo hará a paso veloz, nada detiene su andar. Entra por la puerta trasera, saluda aquí y allá a algunos de sus compañeros. A las 6 en punto está sentado esperando su turno para ser maquillado. Se sienta a lado de Eric Halfvarson, el bajo que personifica a Sparafucile y que canta con regularidad con las compañías de ópera más prestigiosas, como Liceu de Barcelona y el Covent Garden.

Es una área pequeña, las luces de los espejos provocan que el calor se sienta de inmediato. Cantantes entran y salen del lugar, el ambiente parece tenso, pero destaca el ánimo festivo. Resaltar algunos aspectos de su rostro, como los ojos, no toma más de 15 minutos.

El camerino del tenor nacido en Sonora se encuentra a la mitad de uno de los pasillos que rodean el foro. El movimiento es aún tranquilo. Algunas de las modelos que participan en lo que será el muladar del duque ajustan sus vestidos. “Mira, ahora sí ya se jaló muchísimo”, dice una de ellas a la asistente de vestuario que permanece sentada afuera de una de las entradas al escenario, justo para realizar el último ajuste que se necesite.

Chacón-Cruz toma un respiro en su camerino, saca una tableta con un aplicación que le permite escuchar y tocar las teclas de un piano. Y vocaliza. Estira los brazos, arquea la espalda, infla el estómago, flexiona las rodillas una por una. Prepara su cuerpo como un atleta antes de correr por la pista.

“Hace como ocho años en Cincinnati canté Florencia en el Amazonas de Daniel Catán, ahora estoy cantándola en Los Ángeles. Hay una gran diferencia porque en la primera ciudad tiene una población prácticamente anglosajona, todos hablaban inglés, pero en la segunda hay una gran comunidad latinoamericana, muchos de ellos mexicanos. Así que cantar en español en un sitio prácticamente hispanoparlante es un gusto, además para mí es muy significativo cantar una ópera de Daniel, quien fue un gran amigo”, cuenta.

En marzo pasado presentó oficialmente su disco Arturo Chacón le canta a México. El siguiente está casi listo.

“Está en preproducción y busco acercarme al público que aún tiene reticencias hacia la música clásica, lo que quiero es que esa barrera se rompa, es un disco que fusiona el clásico, el flamenco, el rock, es una manera de abrir los brazos hacia mi canto y darle la bienvenida a la gente a mi música, que se den cuenta que no es muy diferente lo que hago, que es lo más bonito del mundo”, dice.

El director de orquesta Srba Dinic llega al foro y reparte saludos, toca cada una de las puertas de los cantantes para saludar. Personal técnico comienza a ser notorio, entrega al elenco los detalles de los vestuarios. Al tenor le advierten que el brazo de su traje que tuvo un contratiempo durante su primera función, en definitiva se perdió. “Uy, está bien”, dice.

En los pasillos se oye a los cantantes vocalizar, deambula el Coro de Bellas Artes con sus trajes puestos. Son las 7 de la noche y el movimiento ya no parará. “Ha sido un año muy largo y muy productivo, no puedo pedir más. Hace 15 años que conozco al maestro Plácido Domingo y cada vez que canto con él aprendo muchas cosas. Este año cantamos juntos durante cuatro meses, primero en Viena en I due Foscari y luego en La traviata, me siento tan afortunado de tener a este hombre apoyándome y dándome consejos”, dice con el barullo del teatro al fondo.

Mira por la venta que da a Avenida Hidalgo y piensa en el disco que le dedicó a su país. Por primera vez endurece el rostro. “Está el país en una situación efervescente, pero de este tipo de momentos es de donde salen los cambios y es cuando las sociedades crecen. No sé qué va a pasar, pero quisiera que la gente no se olvide de sus raíces, que recuerde que hay gente buena y no se deje influenciar por lo negativo. No me gusta meterme en la política, pero creo que si tú haces algo malo, te lo haces a ti mismo, y no vuelves a ser la misma persona. México necesita de su gente buena, y el canto y la música tiene la manera de llegar al corazón, de llenarnos de entusiasmo, de hacernos idealistas, de pensar en el amor. Soy un apasionado de la música, le he dedicado mi vida entera y por México lo único que puedo hacer es seguir dedicándome a la música; con el nuevo disco quiero ser un buen ejemplo para los chavitos, un ejemplo de perseverancia para los más grandes, para los que están en momentos de decisión. Espero que con la música puedan encontrar un poco de paz”, dice.

Los siguientes 40 minutos los pasará vocalizando y vistiéndose, mientras el trajín va en aumento. Sale unos momentos a los pasillos, saluda a los artistas que se encuentra a su paso.

Son las 19:55. El coro y la orquesta se encuentran en el escenario y en el foso, respectivamente. La primera escena se sitúa en una fiesta. Los bailarines dan los últimos estiramientos de piernas, algunos cantantes se toman retratos con sus compañeros. Es, en efecto, una fiesta. Chacón-Cruz observa en silencio lo que ocurre minutos antes de levantar el telón.

La función, nuevamente, será para ovacionar su trabajo y el de sus colegas, especialmente el de Halfvarson y el de la soprano Elena Gorshunova. Entre cada escena, los cantantes intercambian opiniones, celebran sus interpretaciones, se reparten incluso abrazos.

El telón baja en medio de aplausos para el elenco. Arturo se despedirá pronto de sus compañeros para apresurarse porque le espera su primera firma de autógrafos. Son las 11 de la noche. Nuevamente pregunta si hace frío y ajusta su bufanda.



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