El exjuez español, Baltasar Garzón, y el escritor italiano, Roberto Saviano, destacaron el mensaje antibelicista de la obra póstuma de José Saramago, Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas! , presentada hoy en Lisboa.

Saviano y Garzón, dos figuras conocidas internacionalmente por su lucha en favor de los derechos humanos, comentaron a los medios que la obra se publica en un momento idóneo, sobre todo por la tensión en Oriente Medio ante el peligroso avance del Estado Islámico (EI).

A través de la relación entre un marido amante de las armas y una mujer que las rechaza, Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas! es una ficción que se inmiscuye en las contradicciones del ser humano y en el poder del dinero para corromper.

A la presentación oficial de la obra póstuma e inacabada -editada en Portugal, España, Italia y Brasil-, también asistió el académico portugués, António Sampaio.

La obra se publica "en un momento complicado por lo que sucede en Oriente Medio. Trata de la posibilidad que el hombre tiene de escoger", arguyó Saviano, famoso por Sodoma y Gomorra (2006), un documento sobre cómo actúan las mafias italianas.

Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas!, título extraído de un verso del dramaturgo portugués Gil Vicente, es un libro que Saramago había comenzado a escribir a finales de 2009 y había proseguido en febrero de 2010, cuatro meses antes de fallecer a los 87 años en la isla de Lanzarote (Canarias, España).

"El tráfico de armas es el capítulo pendiente. Se forman guerras para promover armamento", denunció Garzón, quien alabó la posición "crítica" contra el "poder económico" que sostuvo el único premio nobel en lengua portuguesa.

Opinó que la obra del escritor portugués supone "el colofón que todos queríamos que escribiese" , pues "es un alegato contra el poder de las industrias armamentísticas" que mueve miles de millones de dólares y no resuelve ningún problema.

"España está entre los 20 primeros países en la producción de armas (...) Y luego se predica el humanismo, la ayuda a la cooperación", lamentó el inhabilitado magistrado, famoso, entre otras cuestiones, por emitir en 1998 una orden de arresto al dictador chileno Augusto Pinochet.

El italiano Saviano también criticó la posición de su país por haber comprado aviones militares F-35 "en un momento de crisis tan profunda", alegando que no era posible romper el contrato de adquisición.

"Comprar esos aviones F-35 seguro que no sirve para defender nuestras fronteras", sostuvo el escritor, que vive bajo escolta desde que denunció el funcionamiento de la mafia.

Tanto Garzón, de 58 años, como Saviano, de 35, expresaron su preocupación por el avance del Estado Islámico y condenaron la forma en la que Occidente ha abordado el problema, poniendo apenas la venda en la herida y sin haber puesto en marcha medidas preventivas.

"Como siempre suele suceder, es más fácil bombardear un país o una zona de un país que analizar las causas desde el derecho y la diplomacia" , comentó el exmagistrado español.
Avisó que la amenaza del EI no se ceñirá apenas a Oriente Medio y alertó que la próxima víctima será "Africa": "Ahora nadie se acuerda de Mali, esa es falta de previsión que me refería (...) Hay una obsesión militarista".

Aunque sea "pura utopía" la firma de "un gran pacto mundial" contra la industria de las armas, eso no quiere decir que se deje de luchar cívicamente, alegó el exjuez.

Según el activista italiano, que ahora ha puesto el punto de mira en el negocio de la cocaína, "el hecho de vivir en una contradicción no nos convierte en esclavos para no poder escoger", como ocurre con Artur Paz Semedo, uno de los protagonistas de Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas!.

Saviano y Garzón concluyeron que los gobernantes harían bien en leer la obra, aunque dudaron de que el mensaje cale en ellos por su incapacidad emocional y falta de tiempo para abordar el problema.

La obra, que consta de tres capítulos, de notas del propio autor y de ilustraciones del premio nobel alemán Günter Grass, mantiene el estilo oral y la ironía fina que caracterizan a Saramago, autor entre otras de novelas como Ensayo sobre la ceguera (1995) o El año de la muerte de Ricardo Reis (1984).

sc