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Vuelven a brillar retablos barrocos del siglo XVIII

Agencia EL UNIVERSAL| El Universal
16:25MÉXICO | Martes 15 de abril de 2014
Las piezas pertenecientes a un templo de la comunidad de Santa María Zoochixtepec, en Villa Alta, Oaxaca, requirieron seis años de restauración por parte de los especialistas del INAH

Especialistas del INAH rescataron tres retablos barrocos creados en el siglo XVIII, que la comunidad de Santa María Zoochixtepec, en Villa Alta, Oaxaca, removió del templo de ese sitio "porque querían unos nuevos".

El proyecto de restauración de retablo principal de ese templo, coordinado por la restauradora Fernanda Martínez Camacho, del Centro INAH Oaxaca fue reconocido con mención honorífica como mejor trabajo de restauración de bienes muebles, dentro del Premio Paul Coremans que entregó el Instituto Nacional de Antropología e Historia a finales de 2013.

Los especialistas del INAH tardaron seis años, en la restauración del retablo principal junto con otros dos que ahora se pueden apreciar en el Centro Académico y Cultural San Pablo y en el Museo de las Culturas de la ciudad de Oaxaca.

La restauración de los retablos comenzó en 2006 con recursos del Instituto. En la primera etapa se procedió al registro de los fragmentos de los retablos que sufrieron graves daños cuando fueron separados del templo, indicó en un comunicado la especialista del INAH.

"Había más de 1,500 piezas, entre molduras, tallas y otros elementos que se fotografiaron y dibujaron. La humedad, el ataque de insectos y la falta de mantenimiento afectaron su conservación, además de que los daños se acrecentaron cuando los habitantes de esa comunidad los sacaron y estuvieron expuestos al sol y la lluvia", destacó Martínez.

Dado que la población de Santa María Zoochixtepec tenía las pinturas y esculturas del retablo barroco para decorar el nuevo, los restauradores optaron por hacer una revaloración de la imagen recuperando su factura y sus acabados, mediante la reposición de sus volumetrías, relieves, dorados y policromía, independientemente de la iconografía y del sentido litúrgico que tuvo anteriormente.

En la parte posterior de la obra existe un texto con caligrafía del siglo XVIII, que cita el nombre de los santos que estaban en los nichos. También al frente tiene escrito el nombre del dorador y la fecha en que se mandó hacer, los apelativos del cabildo, el cura y los que participaron en su elaboración, "incluso hallé en otras iglesias de la Sierra Norte oaxaqueña retablos con la firma del mismo dorador". Con lo que se recupera la labor de un gremio de artesanos que hicieron retablos en la región a mediados del siglo XVIII.

En uno de los altares dedicado a la Pasión de Cristo se encontró un pequeño croquis de cómo había sido armado el retablo, lo que representó un hallazgo excepcional, porque en México no se conocen ese tipo de planos. "El croquis sirvió de base para reponer una de las piezas de la parte central, que se había perdido por completo", agregó la experta.

La restauración de las tallas estuvo enfocada en su revaloración fuera del entorno religioso, efectuando una investigación histórica para conocer la creación y el desarrollo de la retablística novohispana en la Sierra Norte oaxaqueña.

El retablo mayor, dedicado a la Virgen del Rosario, es una obra barroca del siglo XVIII, de seis metros de alto por cinco y medio de ancho, mientras que los otros dos, del mismo estilo, son de menores dimensiones y estaban en la nave del templo.

Luego del sismo de 1999, que afectó los bienes muebles de varias iglesias de los estados de Oaxaca y Puebla, se hicieron algunos trabajos emergentes para devolverle la estabilidad al retablo mayor, pero desde entonces se reportó al Centro INAH Oaxaca que la gente de la comunidad ya no lo quería y deseaba uno nuevo, petición que fue reiterada en 2001.

Especialistas del INAH explicaron a los habitantes que se trataba de una obra de alto valor histórico, estético y social, y que no podían deshacerse de ella, pues también es un elemento de identidad colectiva, pero no hubo eco en la población, porque tiempo después se presentó la denuncia de que el retablo había sido removido y estaba fuera del templo, situación por la que los especialistas encontraron las piezas revueltas, para luego proceder a su armado y restauración, con el apoyo económico de la Fundación Alfredo Harp Helú.

 

rqm

 



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