Rememoran lucha social de Gelman
ADIÓS. Mara Lamadrid, viuda de Juan Gelman, y Macarena Gelman García, su nieta nacida en cautiverio, arriban a la funeraria donde fue velado el escritor argentino. (Foto: JORGE RÍOS / EL UNIVERSAL )
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Fueron sus amigos poetas y narradores los que, con cálidas palabras, recordaron y despidieron al escritor argentino Juan Gelman, fallecido el martes en la Ciudad de México, a los 83 años.
La fraternidad que lo identificaba, la circunstancia de haber sido la voz de jóvenes y luchadores sociales de todo el mundo, y la originalidad de su poesía fueron evocadas por quienes ayer, desde muy temprano, acudieron a despedir al poeta, traductor y periodista que vivió exiliado en México desde finales de los 80 y cuya obra es tan singular y memorable como lo fue su vida.
“Frente a la muerte de Juan, las palabras guardaron un minuto de silencio”, dijo conmovida hasta el llanto Cristina Pacheco.
Con sus testimonios, amigos y parientes detallaron que Gelman escribió hasta el final de su vida, que tenía listo ya un poemario —Amaramara— con más de 25 textos dedicados a su esposa Mara Lamadrid, que planeaba publicar en México el libro Hoy —ya editado en España—, al que agregaría 10 poemas, y que continuaba escribiendo prosas, muchas de ellas sobre sus recuerdos de familia y niñez.
La viuda del escritor, con quien Gelman cumpliría 25 años de matrimonio el próximo domingo, no quiso hacer declaraciones a los medios. Tampoco la nieta del poeta, Macarena Gelman García, hija de Marcelo, quien fue desaparecido y asesinado por la dictadura en los 70; Macarena llegó al velatorio a las 15:38 horas, proveniente de Sudamérica.
Horas antes, Paola Stefani, hija de la viuda de Gelman, había dicho a los medios que el escritor, quien falleció el martes en su casa, “siempre tuvo claro que iba a morir en México”. Comentó que preparaba un libro con pinturas de Arturo Rivera, con los poemas dedicados a su esposa, que estará listo en dos meses y será publicado por la editorial La Otra.
Su amigo, el poeta Marco Antonio Campos, contó que en fechas recientes Gelman también escribía “unas prosas magníficas sobre sus recuerdos (...), de su padre, la época en que estuvo con el partido comunista, su paso por la guerrilla, todas con mucha crítica y humor. Nunca dejó de escribir, era lo que lo sostenía frente a la enfermedad y el dolor”.
La poeta Myriam Moscona recordó a Gelman como un luchador social: “Se volvió la voz de toda esa pérdida de jóvenes, personas, luchadores sociales que bajo las dictaduras militares vivieron a veces tortura y desaparición”.
Otro de sus amigos poetas, Hugo Gutiérrez Vega, comentó que prefería recordarlo vivo “porque está viva su obra, la cual tiene una originalidad total”. Habló de esa gracia que tenía Gelman de tomar o inventar palabras: “El repertorio de palabras del español, más el lunfardo, más las que inventaba, lograron que escribiera una poesía de gran originalidad y fuerza expresiva”.
La familia estuvo acompañada por editores, escritores, periodistas y amigos como Pago Ignacio Taibo II, Eduardo Lizalde, Marcelo Uribe, Adolfo Gilly, Rolo Díez y Philippe Ollé, entre otros.
Aunque no acudió el titular del Conaculta, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García, dijo que la institución “está en la mejor disposición de rendir al humanista Juan Gelman el homenaje que merece”.