Recuperar a su nieta, el mayor premio
Video. El Gobierno argentino dispuso este miércoles tres días de duelo por la muerte del poeta Juan Gelman, fallecido el martes en Ciudad de México a los 83 años y considerado un referente de la literatura en español
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BUENOS AIRES.— Menos el Nobel, Juan Gelman ganó todos los premios que un escritor y poeta de habla hispana aspira a recibir en vida. Pero ninguno de ellos fue tan importante para él como el que recibió el 31 de marzo de 2000, cuando en una reunión con el entonces presidente de Uruguay, Jorge Batlle, se enteró de que habían identificado a su nieta, nacida en cautiverio durante la última dictadura militar argentina.
La había buscado incansablemente desde 1976, igual que a sus hijos Nora Eva y Marcelo Ariel, y a su nuera, María Claudia Irurueta, quien al ser secuestrada tenía seis meses de embarazo.
El 26 de agosto de 1976, los tres habían sido secuestrados por paramilitares. Dos años después, el poeta supo que su nuera había dado a luz, pero desconocía por completo el lugar y el sexo de la criatura.
En 1990, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de Marcelo en la localidad de San Fernando, dentro de un tambo de cemento. El joven de 20 años había sido ejecutado con un tiro en la nuca. Entonces la búsqueda se centró en su nuera y su nieta.
Buceó en archivos, se apoyó en organismos de derechos humanos y entrevistó a presidentes, en una búsqueda que parecía imposible.
En 1988 logró confirmar que su nuera había dado a luz en Uruguay, adonde fue trasladada en el marco del Plan Cóndor, que las dictaduras sudamericanas instrumentaron para cazar a militantes políticos.
Gelman intentó profundizar sus indagatorias en Uruguay, pero el presidente José María Sanguinetti se opuso. Fue recién que asumió Batlle cuando todo se comenzó a activar.
En medio de aquella batalla, el poeta publica Carta abierta a mi nieto, en el semanario Brecha. “Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos, como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer, sé que naciste”. Ahí le decía que la quería encontrar para “reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo. Los dos somos huérfanos de él”.
Andrea era el nombre que sus padres pensaban ponerle al nacer y así la buscó su abuelo por años. Aquel 31 de marzo de 2000, al salir de la reunión con Batlle, el poeta, visiblemente emocionado, declaró: “He confirmado que la persona que busco ha nacido en Uruguay, que está en Uruguay y es querida por sus padres”.
Después vino el ansiado encuentro y la decisión de María Macarena Gelman García, tal el nombre que adoptó al conocer su nueva identidad, de conocer toda la verdad y recuperar su historia.