El periodismo te vuelve humilde: Poniatowska
Técnica.| "Me siento frente a una máquina e intento sacar algunas ideas. No es algo ceremonial. Uno sólo tiene que hacerlo. A veces no apetece, pero debe hacerse", dijo sonriente la escritora.. (Foto: Archivo/AP )
"Quiero recordarles por su nombre (a los estudiantes), quiero ver qué
ropa llevaban, qué música les gustaba, si tenían novia", dijo. "Voy a
seguir investigando, voy a seguir recordándoles".
Así se expresó la escritora Elena Poniatowska cuando varias personas del público le preguntaron el lunes -durante una conferencia en el Instituto Cervantes en Nueva York- sobre la
desaparición de 43 jóvenes estudiantes en México, de quienes no se sabe
nada desde que fueron secuestrados por policías el 26 de septiembre en
la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero.
La autora describe en sus libros la vida social en México. Uno de los más conocidos es La noche de Tlatelolco,
que retrata el movimiento estudiantil de 1968, uno que culminó de
manera dramática el 2 de octubre de ese año, cuando estudiantes que
realizaban un mitin fueron masacrados por soldados.
Poniatowska empezó una carrera exitosa como periodista en la década de 1950, la misma en que se publicó su primer libro, Lilus Kikus, y desde entonces alternó la literatura con el periodismo.
La también activista se ha convertido en una de las voces críticas
hacia el gobierno ante la falta de respuestas en la investigación de las
desapariciones.
De periodismo y rituales
Con lo prolífica que es, podría pensarse que Elena Poniatowska cuenta con una rutina especial para encontrar la inspiración cada mañana. Así que el lunes por la noche, la escritora mexicana sorprendió a sus seguidores al decirles que ese no es el caso.
"Me siento frente a una máquina e intento sacar algunas ideas. No es algo ceremonial. Uno sólo tiene que hacerlo. A veces no apetece, pero debe hacerse", dijo una sonriente Poniatowska.
"Pero, ¿no tiene ningún ritual, para iniciar su proceso creativo?", le insistió una admiradora entre el público.
"No, no creo. No se necesitan rituales. Simplemente uno debe sentarse y hacerlo", respondió la célebre autora, en inglés, ante una audiencia ansiosa por escucharla y oírle hablar sobre su experiencia como narradora.
Poniatowska, de 82 años, llenó la sala de conferencias del Cervantes y habló animadamente con la escritora estadounidense Siri Hustvedt, en una conversación moderada por otra veterana del mismo arte, Barbara Probst Solomon.
En abril, Poniatowska recibió en Madrid el principal premio de literatura hispana, el Cervantes. Es la cuarta mujer galardonada con este honor desde la creación del premio en 1975. Entre sus obras más destacadas figuran La piel del cielo, El tren pasa primero y La noche de Tlatelolco.
La escritora dijo que ahora quiere narrar la historia de su familia, sobre todo la del último rey de Polonia y uno de sus antepasados, Estanislao II Augusto Poniatowski.
"Cuando llegué por primera vez a México no sabía nada de los Poniatowskis", dijo la escritora. Poniatowski "me tiene impresionada", agregó. "Sólo le he visto en cuadros. Tenía una bonita cara".
De padre polaco y madre mexicana criada en Francia, Poniatowska nació en 1932 en París. Cuando tenía nueve años su familia se mudó a México, donde aprendió español con los empleados de la familia.
"Tengo varias ventajas físicas. Soy muy chaparrita y entro en todos lados y la gente confía y me cuenta sus historias", explicó. "El periodismo también lo vuelve a uno muy humilde. Nunca se sabe si te van a cortar el artículo, si te van a cambiar la cabeza...".
Una de las obras más recientes de Poniatowska es una biografía de su autoría sobre el astrónomo Guillermo Haro, su esposo, fallecido en 1988.
sc