Fígaro no se casará de momento. Mimí y Rodolfo no se enamorarán. Y puede que Macbeth no mate a nadie para llegar al trono.

Tal es el desalentador escenario en la Ópera Metropolitana, donde las difíciles negociaciones laborales amenazan con interrumpir la nueva temporada por primera vez en más de 30 años. Esta semana, el gerente general de la compañía, Peter Gelb, prometió cortar salarios y seguros de salud a miembros sindicales a menos que lleguen a un acuerdo antes que los contratos venzan el 31 de julio.

Y eso parece poco probable, pues los sindicatos de la Met que representan a la orquesta y el coro apenas se están sentando ahora a negociar con seriedad las exigencias de la gerencia en relación con sueldos y beneficios que promedian entre 16% y 17%. Los sindicatos de los tramoyistas y otros trabajadores tras bambalinas se han estado reuniendo con la gerencia, pero están lejos de alcanzar un acuerdo.

La Met dice que los grandes recortes son esenciales para salvar a la compañía de la ruina, mientras los sindicatos dicen que los problemas financieros son el resultado de la mala administración de Gelb y podrían resolverse ahorrando costos con menos y más conservadoras producciones nuevas.

"Necesitamos imponer un cierre porque de lo contrario no tendemos capacidad de hacer que ellos lo tomen con seriedad" , dijo Gelb en una entrevista el jueves. "El dolor a corto plazo es algo con lo que tendremos que vivir para garantizar nuestra supervivencia a largo plazo".

sc