Hallan entierros y yacimientos prehispánicos en Colima
DESCUBRIMIENTO. Se halló un espacio reutilizado con fines funerarios, en el que se encontraron las ocho osamentas de adultos. (Foto: Cortesía INAH )
En semanas recientes, arqueólogos del Centro INAH Colima encontraron 13 enterramientos de unos mil 500 años de antigüedad, en el municipio de Villa de Álvarez, sitio, donde en los últimos 27 años han realizaron más de 80 salvamentos arqueológicos, que demostraron una ocupación humana de la época prehispánica de hace tres mil años.
Este nuevo descubrimiento, señala que hubo una reocupación de ese sitio, donde se localizaron restos de ocho individuos adultos -en posición fetal o flexionada- y cinco niños, entre los tres y 12 años de edad, que fueron colocados de manera extendida y bocabajo.
Uno de niños ya adolescente, tenía colocado un collar compuesto de 13 colmillos y cuentas de conchas y un infante tenía piedras de mineral rojo, destaca un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
A la fecha y por la mala preservación de la mayoría de los entierros por la acidez del suelo, sólo han sido identificadas dos osamentas de individuos femeninos y uno masculino, que oscilaban los 30-40 años, una edad avanzada para esa época.
Los arqueólogos del Centro INAH Colima inspeccionan el terreno de 10 hectáreas, en cuatro de las cuales han encontrado evidencias de la actividad que hubo en este sitio a lo largo de mil 200 años, entre 600 a. C. y 600 d.C., durante las fases Ortices y Colima, según su denominación dentro del desarrollo cultural del Occidente.
El especialista Marco T. Zavaleta Lucido explicó que de los casi 160 pozos de sondeo que se excavaron en el predio, sólo 13 fueron ampliados a unidades de excavación mayor, restando a la fecha cinco más por reconocer.
De un par de estas áreas excavadas se recuperó la mayor cantidad de materiales, sobresaliendo enterramientos humanos, algunos acompañados por restos óseos de perros.
Aunque la abundancia del material cerámico corresponde al periodo conocido como Ortices, que cubre de 600 a.C. a 0-100 d.C., en las unidades donde se han localizado los entierros queda demostrada la reocupación que hubo en esta parte del valle tres siglos después, en la fase Colima (400-600 d. C.).
Marco Zavaleta detalló que la forma de enterramiento para la fase Colima consistía en la elaboración de una cista de piedra dentro de la cual era depositado el cuerpo del difunto, y éste se cubría a su vez con metates y piedras.
Los especialistas esperan encontrar más evidencias de actividad doméstica -por el momento han localizado también vestigios de un horno de piedra y un alineamiento de adobe-, lo que les permitirá conocer el desarrollo temprano de esta región beneficiada por diversos afluentes, entre ellos el río Tecolotero y la fértil tierra volcánica.
rqm