La pasión secreta de El Greco
Proyecto. Los impulsores de la exposición más reciente del pintor, cuyo nombre verdadero es Doménico Theotocópuli.. (Foto: Tomada de: Elpais.com )
Los amplios conocimientos de El Greco sobre arquitectura y su interés por el diseño de los retablos que acompañaban sus obras queda ahora al descubierto en la muestra "El Greco. Arquitecto de retablos", expuesta en Palermo (sur de Italia).
La muestra fotográfica corre a cargo del catedrático de historia del arte, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, "pero sobre todo fotógrafo" -como se describe a sí mismo-, Joaquín Bérchez.
La iniciativa se enmarca dentro del año dedicado a este autor de obras como El caballero de la mano en el pecho o Adoración de los pastores, cuando se cumple el cuarto centenario de su fallecimiento.
Cuenta Bérchez que esta exposición, que se podrá ver en el Instituto Cervantes de Palermo desde mañana y hasta el 23 de enero, presenta al público "una faceta poco conocida" del genio del Manierismo español.
De "El Greco hemos visto solamente su pintura, pero no vemos los marcos que el propio Greco se preocupaba de diseñar", explica este fotógrafo de 14 años de profesión en una entrevista.
Precisamente ese interés de Doménico Theotocópuli (Candía, Creta, 1541 - Toledo, 1614) está ahora incluido en esta exhibición, cuyo contenido resume el título "El Greco. Arquitecto de retablos".
"Hemos elegido ese nombre para la exposición porque arquitecto es la palabra que en España se adjudicaba a los que les interesaba la traza de dibujos, de retablos, y refleja una faceta que es muy poco conocida de El Greco y, sobre todo, muy maltratada, pues no se le ha prestado demasiada atención", subraya.
Bérchez recuerda cómo El Greco se formó "primero en Creta y después en Venecia y Roma", lugares en los que aprendió a realizar no solo las pinturas, sino también los retablos en los que se enmarcaban sus obras.
Sin embargo, relata este experto en Historia del Arte, cuando llegó a Toledo en 1577, descubre que en España se trabaja de forma diferente y "se sorprende mucho de que le impongan los marcos de sus pinturas".
"Se preocupaba muchísimo del marco de sus pinturas y trazaba los retablos pero también se interesaba por la ambientación que había en los templos. Tenía una cultura arquitectónica muy elevada e instruyó a su hijo, José Manuel, que se convirtió en arquitecto", insiste.
La muestra se compone de 19 fotografías en color y en tamaño 120x90 en su mayoría, tomadas con una cámara digital de formato medio y con ayuda de un trípode para poder hacer uso de una exposición larga.
"He necesitado una velocidad de obturación lenta para poder utilizar la luz natural e intentar reconstruir en los ojos de la gente la mirada con la que pudo ser contemplada la obra de El Greco antes de que aparecieran esos focos de luz eléctrica que inundan ahora su pintura y también sus retablos", sostiene.
Las imágenes, confiesa este fotógrafo que ha expuesto en Nueva York, México y Roma, entre otros lugares, huyen de la fotografía documental para ser un instrumento de interpretación de "esa pasión de las sombras que hay tan arraigadas en los retablos que El Greco construye".
Apasionado de la fotografía de arquitectura, el trabajo de Bérchez se caracteriza por "valorar el fragmento, el detalle y la bidimensionalidad elocuente", pero sobre todo, tal y como le gusta recalcar, por buscar el "punto de vista diferente para que el público se interrogue sobre qué está viendo".
La exposición se completa con un vídeo que proyecta las fotografías incluidas en la muestra, pero también otras que forman parte de la trayectoria profesional de Bérchez.
sc