Recuerdan a Efraín Huerta en Museo de la Ciudad
Festejos. En el marco de las actividades conmemorativas de los 100 años del natalicio del también llamado el "Gran cocodrilo", el director del recinto que albergó la actividad, José María Espinasa, expresó su beneplácito por el homenaje. . (Foto: Fototeca El Universal/Archivo )
Con la entrega de un poemario en el que se incluyen algunos de sus versos, una exposición de grabados y una mesa de reflexión, amigos, colegas y autoridades del Museo de la Ciudad de México rindieron aoche un homenaje al poeta Efraín Huerta (1914-1982) en ese recinto.
En el marco de las actividades conmemorativas de los 100 años del natalicio del también llamado el "Gran cocodrilo", el director del recinto que albergó la actividad, José María Espinasa, expresó su beneplácito por esta actividad.
Definió al homenajeado como "el gran poeta de la Ciudad de México, que la caminó, la cantó, supo guiarla y amarla, que le dio un sentido nuevo y ver su parte oscura y luminosa".
Recordó que siendo niño, sólo tuvo la oportunidad de ver al autor de Los hombres del alba un par de veces, en sesiones de lecturas, "pero no lo conocí personalmente.
"Hoy que conozco su poesía, me parece extraordinaria, de las obras centrales del siglo XX mexicano", destacó el también poeta, para quien actos como el realizado esta noche dan muestra clara de que la poesía está más viva que nunca.
"La poesía y literatura en general es una necesidad de la sociedad, y esta efeméride, que coincide con el Centenario de tres escritores, como Octavio Paz, José Revueltas y Efraín Huerta, nos permite conocer más la obra de cada uno", subrayó.
Consideró que todo homenaje que se le haga a Huerta vale la pena, y hoy "la Secretaría de Cultura se ha sumado a esta celebración con diversas actividades y esta mesa crítica forma parte de ello".
En el acto, los escritores Emiliano Delgadillo, Claudina Domingo, Luis Flores Romero y Eduardo Langagne, comentaron la vida y obra del que llamaron "Poeta del Alba" y "Poeta de la ciudad".
Coincidieron en que Huerta ha sido descrito como un autor de prosa irreverente, alejado de los acartonamientos y que estaba en constante renovación.
Refirieron que Huerta solía acompañarse en el momento creativo de libros y recortes; se concebía a sí mismo como un autor "antipoético por excelencia".
Poeta ocurrente y original, continuaron, gustaba de jugar con el idioma y las palabras, ejercicio que deviene en una peculiar inteligencia literaria y eficacia verbal.
Durante el homenaje, se obsequio a los presentes una antología de unos 20 ejemplos de poesía amorosa del autor de Declaración de odio y Declaración de amor hecha por David Huerta, hijo del vate mexicano.
Se trata de una selección de los versos más amorosos del homenajeado, la cual ofrece una imagen distinta e enriquecedora del poeta urbano.
"Se trata de una manera de darle otra lectura a la poesía de Efraín y de este modo acercarla a los jóvenes lectores", dijo Espinasa, quien precisó que la Secretaría de Cultura capitalina publicó estos ejemplares con el fin de difundir la obra del recordado.
De manera paralela se inauguró una exposición de grabados, resultado de la Clínica de Gráfica Expandida, coordinada por Demián Flores en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Tláhuac.
De acuerdo con Espinasa, los 25 grabados, que estarán abiertos al público hasta el próximo 31 de agosto, están inspirados en la poesía de Huerta.
Cabe mencionar que Efraín Huerta concebía un poema como un mundo específico y aparte; cada uno de sus poemas atendería una emoción y representaría un impulso vital determinado.
La variedad temática de su poética es amplia, lo mismo hay piezas de amor que de tono político; asimismo, son recurrentes la soledad, la vida y la muerte, o la Ciudad de México.
sc