Catalogado como uno de los ensambles más distinguidos y especializados en la interpretación de música contemporánea, el británico Cuarteto Arditti es el tercer grupo que forma parte de la serie "Cuatro cuartetos", que recibe el Palacio de Bellas Artes.

En ese marco ofrecerá dos programas, el primero, el miércoles 21, estará integrado por el estreno mundial del Cuarteto núm. 3 "Red over White", de Rodrigo Valdez Hermoso.

Los estrenos en México del "Cuarteto núm. 2", de Jonathan Harvey; "Cuarteto núm. 1", de Javier Torres Maldonado; "Estudio núm. 33", de Conlon Nancarrow, con arreglo de Paul Usher, además del "Cuarteto núm. 5", de Elliot Carter.

El segundo concierto, que forma parte del XXXVI Foro de Música Nueva Manuel Enríquez, contará con la participación del contratenor Jake Arditti y está conformado por "Canciones lunáticas", de Hilda Paredes, y "El árbol de cuerdas", de Harrison Birtwistle, estrenos en México, además del "Cuarteto Op. 3", de Alban Berg, en la sesión del sábado 24.

Irvine Arditti, fundador de la agrupación, habló hoy con medios mexicanos ante los cuales hizo un breve balance de la agrupación a su cargo, que este 2014 cumple 40 años de trayectoria.

"Hemos creado todo un repertorio dentro de la historia de música para cuarteto de cuerdas y eso es algo que yo no tenía la menor idea de que sucedería cuando formé este cuarteto. Estaba interesado en pedirles obras a los compositores a los que nadie se interesaba.

"Antes, había obras de compositores que escribían música compleja que necesitaban mucho tiempo para entenderse, y nosotros le dimos a esta música todo el tiempo necesario para entenderla. De esta manera creamos todo un repertorio para cuarteto de cuerdas y 40 años después, hay otros cuartetos que han comenzado a tocarlo", destacó.

Recordó el caso del compositor alemán Ludwig van Beethoven, a quien calificó como un personaje que vivió en la "locura" y cuya mejor música para cuarteto de cuerdas, fue creada por quien fuera considerado el último gran representante del clasicismo vienés.

"Vivimos en un mundo de locura hoy. Para Beethoven estar escribiendo su propia música loca, era una locura en su momento; cuando se interpretaron por primera vez los últimos cuartetos de Beethoven ésto no fueron tomados en serio, recordó.

"Beethoven vivía en su propio mundo de locura y nunca pudo escuchar sus últimos cuartetos porque ya estaba sordo", abundó Arditti, quien también abordó la importancia del arte y la cultura en el desarrollo de las sociedades.

Al respecto, consideró que el arte y la cultura pueden ser enriquecidos en el siglo XXI, siempre y cuando los gobiernos entiendan qué tan importante son ambos para la civilización, por lo que éstos deben enriquecer sus manifestaciones.

"No estoy seguro del futuro de la humanidad, pero sí del futuro de la música, porque la gente debe ser estimulada culturalmente". Los gobiernos deben entender qué tan importante es apoyar la cultura para el desarrollo de la civilización, insistió.

rqm