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Profetas en su tierra

Alida Piñón| El Universal
04:25Viernes 02 de agosto de 2013

La soprano María Alejandres y el tenor Arturo Chacón-Cruz son dos de las voces mexicanas con mayor proyección internacional. Especial

Ambos han sido han sido alumnos de Ramón Vargas, uno de los tenores mexicano con mayor reconocimiento a nivel internacional. Archivo / EL UNIVERSAL

Artistas como Plácido Domingo los han elogiado, y los dos son considerados como las grandes promesas de la ópera en el mundo. Archivo / EL UNIVERSAL

Ambos serán los protagonistas de "Rigoletto", de Verdi, junto con el barítono rumano George Petean, en el Teatro Bicentenario de León, Guanajuato, y de "Manon", de Massenet, en marzo próximo en el Palacio de Bellas Artes. Archivo / EL UNIVERSAL

Arturo Chacón-Cruz, recién desempacado de Francia, ofrecerá un recital de Verdi en el Festival Internacional Cervantino. Archivo / EL UNIVERSAL

María Alejandres, formará parte de la gira de la compañía de La Scala de Milán en Japón, dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel, en septiembre próximo. Archivo / EL UNIVERSAL

El debut de María Alejandres en La Scala de Milán en 2011 significó una de las mejores noticias del año en el mundo de la ópera mexicana. La soprano expresa que presentarse en México será siempre importante para ella. Archivo / EL UNIVERSAL

En 2009, Chacn-Cruz y Alejandres participaron en

COLEGAS. En 2009, Chacón-Cruz y Alejandres participaron en "Rigoletto", que se presentó en el Teatro de la Ciudad. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

El tenor Arturo Chacón-Cruz y la soprano María Alejandres actuarán en Bellas Artes y el Teatro Bicentenario, después de triunfar en foros internacionales

ana.pinon@eluniversal.com.mx

El tenor Arturo Chacón-Cruz y la soprano María Alejandres son dos de las voces mexicanas con mayor proyección internacional. Se han presentado en La Scala de Milán, han sido alumnos de Ramón Vargas, artistas como Plácido Domingo los han elogiado, y los dos son considerados como las grandes promesas de la ópera en el mundo.

Los cantantes serán los protagonistas de Rigoletto, de Verdi, junto con el barítono rumano George Petean, que se estrenará en el Teatro Bicentenario de León Guanajuato.

Además, serán protagonistas de Manon, de Massenet, en marzo próximo en el Palacio de Bellas Artes, y en octubre Chacón ofrecerá un recital de Verdi en el Festival Internacional Cervantino.

Arturo Chacón-Cruz, recién desempacado de Francia, cuyo papel del Duque de Mantua causó sensación en Europa no sólo por su voz, sino también por la provocadora puesta en escena que le exigió al tenor un desnudo, explica en entrevista con EL UNIVERSAL que se siente orgulloso de volver a México.

María Alejandres, quien en septiembre próximo formará parte de la gira de la compañía de La Scala de Milán en Japón, bajo la batuta de Gustavo Dudamel, aclamado recientemente en el Festival de Salzburgo —el más importante en su género—, asegura estar lista para ser dirigida por el venezolano.

Un duque inolvidable

El sonorense aún tiene en la piel al Duque de Mantua de la ópera de Verdi. En julio pasado formó parte de la producción dirigida escénicamente por el controversial Robert Carsen, estrenada en el Théâtre de l’Archevéché en el marco del Festival d’ Aix en Provence. La crítica europea celebró el talento del mexicano y ahora tendrá un rol en una producción clásica.

“Cuando el director me explicó que en una escena haría un desnudo, me quedé con la boca abierta un rato, la timidez me invadió, pero creo que cuando en verdad encarnas al personaje estas cosas no te afectan porque en el escenario dejo de ser yo”, cuenta.

Carsen le pidió que interpretara a un duque odioso, pero entrañable. Lo logró, algunas críticas han subrayado su capacidad para ofrecer un personaje memorable. “El director estaba contento y creo que se debe al Duque con mucha conciencia; en ese montaje me dejé llevar por un personaje al que sólo le importante lo que él quiere”.

Después de haber hecho este papel en siete producciones distintas, ahora tiene la oportunidad de enriquecerlo aún más con la experiencia.

“En México ofreceremos una propuesta muy tradicional y es algo que me gusta mucho; el Duque que descubrí en Francia es muy sexual y tomaré algo de él para esta puesta, hasta ahora nadie me ha dicho que es demasiado”, cuenta.

Y añade: “La ópera es una expresión de la vida y en cada personaje he tenido que acercarme a las emociones que he tenido en mi vida para hacerlos reales. En el escenario no se puede fingir, tienes que entregarte totalmente porque además es lo que merece la gente”.

Desde su debut en la Scala, el reconocimiento nacional ha ido creciendo. “Me siento el mismo chavo que se fue hace 15 años a buscar una carrera de canto, por eso a veces me siento como un falso profeta porque me siento el mismo de siempre”.

María, una carrera en ascenso

El debut de María Alejandres en La Scala de Milán en 2011 significó una de las mejores noticias del año en el mundo de la ópera mexicana. Ahora formará parte de la gira que hará el teatro en Japón, interpretando a Gilda de Rigoletto.

“Es un rol que siempre he sentido mucho vocal y psicológicamente, le va mucho a mi voz; creo que va de la mano con Julieta, otro personaje que me ha abierto las puertas a muchos teatros. Aunque ahora estoy cambiando mi repertorio, estoy entrando más a lo lírico”.

Sobre su participación en el Teatro del Bicentenario, explicó que trabajar con Petean y Chacón-Cruz es “fascinante, seguro y rápido” porque son artistas “entregados, que no dan las cosas a medias”.

“En León siempre ha habido una gran calidad de espectáculos desde que Escalante dirige el teatro, esto prueba que si se tienen los conocimientos se pueden hacer en México producciones de gran nivel, como lo será Rigoletto. Por ejemplo, sé que la escenografía será hecha por dos chicas que por primera vez participarán en ópera —Atenea Chávez y Auda Caraza— y el resultado, para mí, es de los mejores que he visto en los teatros en los que me he presentado”, dice.

Y agrega: “Además, trabajar con un director de escena como Enrique Singer es muy bueno porque es alguien que te guía, pero también te da una libertad que te permite no perder tu esencia”.

Alejandres debutará con un rol principal en el Palacio de Bellas Artes en noviembre próximo con La boheme. “Con este personaje empezará el cambio de repertorio que estoy buscando desde hace un par de años. Mi voz se destinó a ser más lírica, pero por la edad siempre hay que tener este tipo de repertorio en las manos y no lo voy a abandonar”, dice.

Sobre su participación en Tokio, bajo la batuta de Dudamel, expresó: “Aún no lo conozco, pero empezaremos ensayos en agosto. Nos presentaremos en un foro para 6 mil personas, va a estar muy padre. Es difícil cantar en un teatro tan grande, pero si tiene una buena acústica no habrá ningún problema”.

Alejandres expresa que presentarse en México será siempre importante para ella. “El año pasado tuve que cancelar algunas funciones y mucha gente se molestó, pero tuve muchos problemas con el calendario. Mucha gente lo tomó mal o no entendió mis razones. México es y será siempre importante para mí, pero hay un punto en la carrera en que tienes que elegir y fue lo que hice, que espero no tenga que repetirse”.

Finalmente sostiene que ha manejado una carrera “tranquila y segura”. “Hoy en día se forman estrellas en cinco años y después desaparecen, yo no he querido eso para mí. Mi agencia me ha guiado bien y me he dado a conocer, pero tengo claro que estoy en una carrera que requiere paciencia y perseverancia. No quiero una carrera envuelta en la publicidad, ni inventada, sólo quiero que se sepa que lo que está en el escenario es lo que soy. Mi carrera es seria y he logrado todo lo que he querido y espero que así siga siendo porque quiero tener una larga trayectoria”.



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