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Ganador del Premio José Saramago confiesa obstáculos

EFE| El Universal
11:18Santiago, Chile | Miércoles 11 de diciembre de 2013
"Me costó escribir Os Transparentes", admitió el escritor angoleño Ondjaki

Ondjaki (Luanda, 1977) ha confesado en la capital gallega, donde ha presentado su trabajo Os transparentes, merecedor del Premio Literario José Saramago 2013, que le ha costado mucho sentarse y ponerse a escribir esta historia.

El escritor angoleño, con una larga nómina de obras y galardones, se ha hecho con esta distinción de la Fundação Círculo de Leitores de Portugal que se concede solo a libros narrativos en portugués publicados en países lusófonos por autores que no pasen de 35 años.

El autor, que ahora ya tiene 36 años, ha contado cuál fue el germen de este trabajo, un suceso "real y excéntrico" que le reveló un amigo suyo.

El episodio lo usó para un cuento titulado "Xilisbaba", que tenía como centro una pregunta: ¿por qué hay personas que piensan que ellas son la causa y la solución de un problema?

En 2009 lo retomó para Os Transparentes, que escribió en Río de Janeiro, donde vive desde entonces, distanciado de su país natal al que regresa de vez en cuando para comprobar que "es diferente a cada paso"; también llevó a sus páginas a Odonato -el chico que le contó la historia- y a Xilisbaba, esposa de éste en la novela.

"Me costó escribirlo; Os Transparentes es el libro más serio y triste que haya hecho sobre Luanda. Los jóvenes de Angola esperamos bastante sobre el nuevo país que viene", ha confesado en Santiago este escritor.

En su conferencia, sale el tema de las lenguas. "Nosotros los más jóvenes -suscribe Ondjaki- ya no hablamos kimbundu. Somos chicos hijos de la ciudad. Hay diccionarios y gramáticas pero poca literatura. No tengo noticias de que se haga ficción en esta lengua ni tampoco en umbundu. Y no debería ser así. El portugués es la lengua que no necesita ser protegida en Angola".

La profesora María Felisa R. Prado, en este mismo acto, compara a Ondjaki, pseudónimo que significa guerrero en lengua umbundu, con Pepetela, nombre que tenía en la guerrilla otro gran escritor angoleño, aunque de una generación diferente, la que vivió plenamente la época previa a la independencia.

Esta docente se pregunta, entre otros apuntes interesantes, si cuando se habla de literatura de la lusofonía no debería decirse, para mayor concreción, literatura de la lusografía.

Ondjaki aprovecha el encuentro gallego para presentar también un ejemplar de su última creación, Uma escuridão bonita (Una oscuridad bonita), que está promocionando estos días en Portugal y que ensalza la labor del ilustrador y de las editoras.

Este angoleño sabe que su nombre continúa en el mercado con la etiqueta de juvenil, aunque estas fronteras en él no tengan mucho sentido.

En muchos de sus libros los adolescentes testimonian la vida de hace unos años en Angola, como sucede, por ejemplo, en los autobiográficos Bom Día Camaradas (Buen día camaradas, novela, 2001) o Os da minha rúa (Los de mi calle, cuentos, 2007), obras donde hace memoria de la postindependencia, con aquellos profesores cubanos omnipresentes en las escuelas.

En las presentaciones, consulta a los asistentes si prefieren hacerle preguntas o que hable él, y advierte: "Si hablo sin preguntas, yo invento todo", aunque no exista tal invención.

sc



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