En Miami, los inmigrantes han tomado el poder: Wolfe
Idea. El autor estaba interesado en narrar "qué pasa con los inmigrantes", pero reconoció que "ya existían muchas historias que hablaban de cómo viven cuando llegan, sobre todo cuando son ilegales", por eso prefirió tratar "lo que pasa después, cuando ya se establecen".. (Foto: EFE/Marta Pérez )
El escritor estadounidense Tom Wolfe, un 'gentleman' del periodismo literario y de la novela periodística, dijo hoy en Barcelona a propósito de su última obra, Bloody Miami, que no hay una ciudad en EE.UU. como Miami, donde los inmigrantes han llegado al poder en apenas una generación.
En un principio, precisó el autor de La hoguera de las vanidades, estaba interesado en narrar "qué pasa con los inmigrantes", pero reconoció que "ya existían muchas historias que hablaban de cómo viven cuando llegan, sobre todo cuando son ilegales", por eso prefirió tratar "lo que pasa después, cuando ya se establecen".
La idea inicial era retratar la vida de los vietnamitas en California porque es una comunidad muy numerosa, y por ello se trasladó a California, pero allí se encontró con dos problemas: "no hablo ni leo vietnamita", dijo.
Fue entonces cuando surgió Bloody Miami (Anagrama/Columna), tras trece viajes para conocer de cerca la experiencia de una ciudad, la más latina de las ciudades norteamericanas, gobernada por gentes de otro país que hablan un idioma que no es el inglés y con nuevas oleadas migratorias de rusos y haitianos.libro
"Es un ejemplo perfecto, porque no creo que haya otra ciudad con tanta comunidad inmigrante como Miami, en la que en poco más de una generación, en unos 35 años, esa población de fuera ha conseguido llegar al poder a través de las elecciones, como ha sucedido con los cubanos", indicó.
Allí pudo exhibir su conocimiento básico del castellano, una lengua que estudió "cuatro años en el instituto y la universidad" y luego perfeccionó a nivel de lectura cuando el Washington Post le envió a La Habana, donde no se le ocurrió vestir de blanco, por ser "el color que se identificaba con la clase dominante de las plantaciones".
"Descubrí que en la universidad te enseñan la lengua para leer el Quijote en su lengua original, pero yo no sabía el idioma y por esa razón leía los diarios comunistas, que son diarios de acción, con algunos artículos muy buenos", apuntó.
Dicho esto, Tom Wolfe respondió con ironía: "Nunca me había visto a mí mismo haciendo una defensa de la prensa comunista como ahora".
El novelista no dudó en ejercer de periodista ante sus interlocutores de la prensa, a los que preguntó en varias ocasiones sobre el futuro de la Europa del euro o el poder de la nobleza en España, mientras, sabedor de ser observado por las cámaras, que no paraban de repiquetear sus obturadores, Wolfe no paró de hacer muecas y de sobreactuar algunas de sus expresiones.
Se refirió al joven periodista John Smith, uno de los protagonistas de Bloody Miami, como una especie de alter ego: "Nunca había revelado tanto sobre mí mismo a través de Smith, que tiene una gran parte de mí mismo, y además es un nombre de lo más común, al menos hasta hace poco", señaló.
Recordó la labor difícil del periodista, siempre con "preguntas incómodas y asumiendo riesgos", como en su primera entrevista, cuando tuvo que entrevistar a la viuda de un mafioso para el New York Herald Tribune.
Tras agradecer al editor Jorge Herralde haber sido comparado con Zola y Balzac, Wolfe dio muestra de por qué está considerado uno de los grandes autores contemporáneos y el máximo representante de lo que se dio en llamar el Nuevo Periodismo.
Wolfe defendió la idea de unos Estados Unidos como una sociedad de clases más igualitaria que en Europa, donde "el Reino Unido no ha superado aún su sistema de clases".
El autor estadounidense avanzó que su próximo libro, que se titulará algo parecido a El reino del habla, será un ensayo sobre la historia de la teoría de la evolución, desde 1858 hasta 2013, y de la "Inquisición" que hoy ha relegado casi a la clandestinidad a los opuestos a las ideas de Darwin.
De la investigación previa para este libro han salido uno de los ejemplos ilustrativos de ese clasismo europeo: "el primero que escribió sobre la evolución de las especies fue un inglés autodidacta y de clase modesta, Alfred Russell Wallace, que no llegó a publicar sus ideas, pero que fueron leídas por Darwin, un hombre de familia rica, antes de publicar su teoría de la evolución".
Con su inconfundible aspecto de dandy, traje blanco marfil a juego con su plateado cabello, camisa azul y corbata blanca, Wolfe, que aún destila en sus venas, como él mismo admitió hoy, algo de esnobismo, cuida hasta el más mínimo detalle, con un reloj y unos gemelos también blancos, y un pañuelo en el bolsillo de su chaqueta ribeteado con hilo azul.
El fundador del Nuevo Periodismo comentó, sin ambages, que el periodismo está viviendo enormes dificultades, al convivir además con unos "blog que publican rumores sin especialización ni confirmación: en 1940 se cubrían más noticias que hoy en EE.UU., porque había más reporteros y medios de comunicación".
Tras casi una hora y media de encuentro con la prensa, aún hubo tiempo para hablar de Nelson Mandela, "un símbolo que va más allá de la libertad de Sudáfrica, un símbolo de un cambio que se producirá en otros lugares del mundo", si bien recordó que "en Europa nunca se ha votado a una persona que va contra el grupo dominante".
sc