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Con una colección que hoy suma mil 75 piezas que fueron creadas entre 1952 y 2012, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) ha echado a andar un proyecto que desde su nacimiento se había considerado: abrir un espacio de exhibición permanente. Será a finales de 2014 o durante 2015 cuando comience a operar esa sala.

Conocer más de la colección, que se ha ido adquiriendo en sus casi cinco años de historia, y los criterios para esas compras son demandas que han expresado artistas e investigadores a lo largo de este lustro.

Por lo pronto, una segunda revisión de su colección —después de “Antes de la Resaca”— se podrá ver a partir de este sábado en la muestra Pulso Alterado. Intensidades en la Colección del MUAC y sus Colecciones Asociadas, con curaduría del peruano Miguel López y la mexicana Sol Henaro, quien también es curadora del Acervo Artístico del MUAC.

Esta muestra reúne 40 piezas, 17 del acervo del MUAC; las demás provienen de cuatro de las cinco colecciones asociadas del Museo; están aquí algunas de recientes adquisiciones que han pasado a ser parte del así llamado Patrimonio Universitario.

Sala para la colección

“Con Cuauhtémoc Medina estamos discutiendo el tema de abrir una sala para la colección, desde el campo académico, desde la historia —él es historiador— para definir cuál es el compromiso que va a asumir el Museo con una sala permanente de su acervo. Discutimos qué queremos hacer: desde generar exposiciones más acotadas como de gabinete hasta un mapeo más amplio, que genere cierto canon historiográfico. A partir de eso nos preguntaremos cuál será el espacio”, explica Sol Henaro.

En el Museo, desde 2011, opera de nuevo un comité de adquisición de obras de arte; lo integran —de acuerdo con los estatutos del mismo— Graciela de la Torre, como directora del MUAC; Cuauhtémoc Medina, curador en jefe; Renato González, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM; María Teresa Uriarte, coordinadora de Difusión Cultural; Jonathan Hernández, artista egresado de la ENAP, y curadores e investigadores externos: José Springer, Karen Cordero y Tatiana Cuevas.

Henaro reporta que son 34 las piezas adquiridas entre 2011 y 2013; a éstas pronto se sumarán nueve que están en proceso de firma de contrato. Entre las adquiridas estos años se encuentran creaciones de Yoshua Okón, Luis Felipe Ortega, Daniel Guzmán, los archivos de Temístocles, La Panadería y el No Grupo, así como producciones de Armando Cristeto, Felipe Ehrenberg, Daniel Lezama, Mónica Mayer, Maris Bustamante, Iván Edeza, Ximena Cuevas, Carlos Amorales, la Escuela Mártires del 68 y Fernando Palma.

La compra puede ser por parte de la propia UNAM; otra vía ha sido la de los recursos etiquetados: el año pasado, 3 millones de pesos fueron asignados por la Cámara de Diputados directamente para adquisición de obras en el MUAC (aún no se confirma si hubo una partida para este año). Otras formas son las donaciones y la adjudicación a partir del programa pago en especie, que lleva a cabo la Secretaría de Hacienda.

Hasta el momento, dice la curadora, no tiene información precisa de cuánto se ha invertido en compra de obra en los cinco años del Museo.

En cualquier caso —adquisición, adjudicación o donación— Henaro asegura que es el Comité de Adquisición el que determina qué se llevará al Museo. Las propuestas son planteadas por las curadoras de acervos artístico (la propia Henaro) y documental (Pilar García) y evaluadas con el curador en jefe y la directora.

“Esas propuestas se someten al Comité de Adquisiciones Artísticas del MUAC donde se defienden con argumentos de contenido, historiografía, forma, lo que aporta esa pieza a la colección. No es por capricho, jamás, que se propone la adquisición de una obra. No es una colección personal, es una colección universitaria, razonada, académica”, dice.

Las propuestas son presentadas finalmente a la CAMPA, Comisión de Adquisición y Mantenimiento del Patrimonio Artístico de la UNAM.

Son cinco las colecciones asociadas del MUAC: Charpenel de Guadajara, con 125 obras; Corpus, con 27; Melecio Galván, con 32; García Kobeh, con 42, y las de la colección Coppel, cuyo número aún no se define.

¿Qué compromisos representa tener colecciones asociadas?

Son colaboraciones a largo plazo; el museo también invierte en el estudio de esa colección, en su conservación. Ahorita se está estudiando cómo van a contribuir esos coleccionistas asociados de una manera más puntual. No puedo dar detalles porque se está definiendo en el caso de cada uno. No es que esto sea una bodega.

¿Cuál es el énfasis que ha tomado la colección?

Son muchos los intereses, aunque el énfasis es el mismo: construir una colección razonada; las producciones que nos interesan son muy distintas, desde seguir ubicando producciones vinculadas con el proyecto fundacional de Ciudad Universitaria, hasta mapear prácticas experimentales post 60 hasta la actualidad, por ejemplo.

Percepciones

La artista Mónica Mayer opina así sobre la colección del MUAC: “Tienen claro qué están coleccionando, qué época del arte contemporáneo mexicano y van a estratos más profundos de lo que se había ido en el coleccionar en los museos. Y me llama la atención que coleccionen archivos, lo cual es fundamental en el arte contemporáneo”.

El artista Fernando Llanos considera que “hay una preocupación por la memoria y tienen una política para adquirir obras y eso, como artista, me parece fenomenal”. Mientras que la directora de la Sala de Arte Público Siqueiros, Taiyana Pimentel, considera que es poco lo que se conoce de la colección del MUAC y que hoy hay “más preguntas que conocimientos” al respecto.

Reconoce que “la reapertura del coleccionismo desde la UNAM reavivó ese tan necesario debate que está ocurriendo en el país sobre las colecciones públicas”.

Francisco Castro-Leñero comenta: “No estamos muy enterados de qué tiene la colección. Se ha ido transformando, a mí me falta información de cómo se forma, bajo qué criterios y todo lo económico”.