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Descubren en Morelos entierro y horno prehispánicos

Agencia EL UNIVERSAL| El Universal
15:06MÉXICO | Miércoles 31 de julio de 2013

En la parte baja del cerro El Tlatoani, al poniente del municipio de Tlayacapan, en Morelos, arqueólogos del INAH encontraron restos óseos de un guerrero decapitado con un rico ajuar y un horno prehispánico de producción cerámica Cortesía INAH

El hallazgo tiene una antigüedad aproximada de mil 400 años Cortesía INAH

Los restos fueron descubiertos durante la excavación en la parte baja de la montaña, que corresponde a lo que fue un espacio urbano con al menos dos momentos constructivos Cortesía INAH

El más tardío tuvo una ocupación presumiblemente asociada al periodo Posclásico Temprano (1000- 1100 d.C.), mientras que la anterior fue durante el Clásico (200-900 d.C.) Cortesía INAH

Además, los expertos refieren que quizá haya sido un guerrero, debido a que el cráneo muestra una perforación provocada posiblemente por una punta de proyectil, a la cual el sujeto logró sobrevivir, pues la herida cerró años antes de morir Cortesía INAH

El fechamiento por radiocarbono y la determinación del índice de isótopos de estroncio de los restos óseos permitirán determinar la cronología y la procedencia del sujeto decapitado e inhumado en ese lugar Cortesía INAH

Madnbula del guerrero decapitado y parte del rico ajuar funerario con el que se le enterr

Hallazgo. Madníbula del guerrero decapitado y parte del rico ajuar funerario con el que se le enterró. (Foto: Especial / INAH )

Los restos óseos de un guerrero decapitado y el horno prehispánico de producción cerámica tienen una antigüedad aproximada de 1,400 años

En la parte baja del cerro El Tlatoani, al poniente del municipio de Tlayacapan, en Morelos, arqueólogos del INAH encontraron en fecha reciente los restos óseos de un guerrero decapitado con un rico ajuar y un horno prehispánico de producción cerámica, ambos con una antigüedad asociada al periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.).

En un comunicado, el arqueólogo Raúl Francisco González Quezada, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que el entierro del personaje y del horno con una presumible antigüedad de 1,400 años fueron descubiertos durante la excavación en la parte baja de la montaña, que corresponde a lo que fue un espacio urbano con al menos dos momentos constructivos:.

El más tardío tuvo una ocupación presumiblemente asociada al periodo Posclásico Temprano (1000- 1100 d.C.), mientras que la anterior fue durante el Clásico (200-900 d.C.).

Indicó que "en esa área se localizó una cista funeraria con un individuo acompañado de un ajuar muy rico. Su atavío consta de orejeras y un collar con cuentas de piedra verde, otros artefactos también de este material y una serie de vasijas. Entre los restos óseos se identificaron las extremidades inferiores, y las vértebras cervicales con huellas de corte, lo que indica su decapitación", detalló el especialista.

Además, los expertos refieren que quizá haya sido un guerrero, debido a que el cráneo muestra una perforación provocada posiblemente por una punta de proyectil, a la cual el sujeto logró sobrevivir, pues la herida cerró años antes de morir.

El fechamiento por radiocarbono y la determinación del índice de isótopos de estroncio de los restos óseos permitirán determinar la cronología y la procedencia del sujeto decapitado e inhumado en ese lugar.

Desde el año pasado, el INAH interviene la cima del cerro El Tlatoani, en la Sierra de Tepoztlán, Morelos, donde se han localizado decenas de sitios arqueológicos, en uno de ellos se encuentra un templo-palacio que comprende aproximadamente 700 metros cuadrados y que debió comenzarse a construir hacia el año 600 de nuestra era, en el inicio del periodo Epiclásico. Es anterior a El Tepozteco, que data del Posclásico Medio, aproximadamente del año 1200 d.C.

"El cerro -modificado durante el periodo Posclásico Temprano (1000-1100 d.C.) - posee una serie de terrazas ?como si hubieran querido crear simbólicamente en él una pirámide". En dichos espacios fueron localizados talleres y espacios habitacionales.

Los talleres, dijo el arqueólogo del INAH, fueron ubicados por la gran presencia de artefactos para la producción de tallas de madera, de figurillas, de los moldes de las figurillas y desperdicio de lítica, que refieren procesos sistemáticos de producción.

El cerro El Tlatoani no está abierto al público por ser un sitio en investigación; "es más amplio de lo que se creía, aunque no tan monumental como El Tepozteco. Se indaga para saber quiénes construyeron ahí y mantuvieron en función el templo-palacio, además de saber más de la antigua clase gobernante y de las comunidades agro-artesanales que debieron participar en la manutención de este santuario en la zona alta", indicó Raúl Francisco González.

Además, en otra sección explorada, donde los especialistas suponen la existencia de comunidades agro-artesanales, se localizó un horno, que representa uno de los pocos contextos de producción cerámica de época prehispánica que han sido ubicados en Morelos, el cual mide de profundidad un metro con 30 centímetros y está en perfecto estado de conservación.

Además, dentro del horno encontraron fragmentos de cerámica que corresponden fundamentalmente a ollas, pero también están presentes braseros, comales, cajetes y sahumadores. Por las formas y el contexto excavado, infieren los arqueólogos que se trata de un horno de cerámica que funcionó durante el periodo Clásico Tardío (350-600 d.C.).

 

rqm



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