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De acuerdo al evangelio según San Mateo, el apóstol Pedro, quien prometió siempre lealtad absoluta a Jesús, terminó por negarlo tres veces, antes de que cantara el gallo, la noche en que su maestro fue aprehendido.

No obstante, a Pedro no se le considera completamente un villano dentro de la historia de la Pasión de Cristo, pero su imagen no deja de ser polémica.

Carlos Felipe Rodríguez, —quien interpreta a Pedro en la tradicional Pasión de Cristo en Iztapalapa— mantiene esto en mente y asegura que aunque las acciones del personaje que le ha tocado interpretar son cobardes, al final piensa que, quizás, él habría hecho lo mismo.

Carlos Felipe cuenta esto en entrevista para EL UNIVERSAL.

Es un joven de mediana estatura, moreno, de ojos claros y es originario, precisamente, del barrio de San Pedro. Él afirma que su personaje era un hombre de carácter fuerte, pero al final muy creyente de Jesús, por eso es muy difícil de interpretar.

“Cuando conoció a Jesús ve que tiene un alma noble, limpia, pura, empieza a querer cambiar los pensamientos del pueblo. Él tenía una familia, tenía que solventarla, era pescador y cuando llegó Jesús a su vida, su fe comienza a crecer”, dice.

Carlos Felipe considera que, aunque la fe de su personaje era inmensa, al final no dejó de ser temeroso: “A veces Pedro no creía lo que Jesús decía y por cobarde, por miedo a las represalias de los romanos, de los sacerdotes, lo tuvo que negar”, sostiene.

Después de que su personaje negara a Jesús, “comenzó una lucha personal con él mismo, a preguntarse cómo lo pudo haber negado y después se ocultó. Después de la crucifixión sale nuevamente a decir que todo lo que Jesús dijo se cumplió; y es cuando incrementa nuevamente su fe”, recuerda Carlos Felipe.

Aunque considera que la interpretación de Pedro le ha costado bastante trabajo, también asegura que el personaje le ha ayudado a ser una persona más consciente sobre sí mismo y sus acciones.

“Fue muy difícil tomar el papel, el personaje no es sencillo. Pedro me ha costado mucho trabajo porque al principio no lograba asimilarlo. Pero mis compañeros me ayudaron y gracias a ellos he aprendido de mi personaje.

“En mi vida personal me ha cambiado: soy más tranquilo, más consciente de lo que hago. No justifico las acciones de Pedro, pero tenía que pasar lo que Jesús había dicho, para que, al final, terminara siendo un creyente fiel de su maestro”, dice, seguro de sí mismo, Carlos Felipe.