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La vocacional 9 Juan de Dios Batiz Paredes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) resultó ser la mejor escuela de bachillerato en México puesto que en la prueba ENLACE 75% de sus estudiantes tienen desempeño “excelente” en matemáticas y 80% entre “bueno” y de “excelencia” en lectura.

Además, en los dos últimos meses, jóvenes de ese plantel han acumulado ocho medallas de oro, plata y bronce en competencias internacionales como las Olimpiadas de Informática, realizadas en Egipto; el primer lugar en el Robot Game con “Pepe el Toro”, así como la Iberoamericana de Informática.

El director de la escuela de la que es egresada la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota (1975-1978), Pedro Cruz Morales, dice que para obtener esos resultados “no hay varita mágica. Es una escuela a la que vienen los mejores estudiantes, puesto que en el examen de admisión se seleccionan a jóvenes de entre 99 y 122 aciertos en promedio de un total de 128 que tiene la prueba; y luego, sólo los motivamos, asesoramos y hacemos que se formen con una disciplina en todos sentidos para llegar a una educación integral”.

Durante la ceremonia de apertura de cursos, Josefina Vázquez Mota anunció que el IPN obtuvo los mejores resultados en la Evaluación Nacional de Logro Académico en Educación Media Superior (ENLACE).

Ante los jóvenes de nuevo ingreso que se desbordaron en aplausos ante los ganadores de las medallas de oro olímpicas en taekwondo, María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez, la funcionaria hizo un llamado a los jóvenes del politécnico a redoblar el esfuerzo para seguir el ejemplo de los jóvenes medallistas y elevar el nivel en este ciclo escolar 2008-2009.

El director de la escuela, Pedro Cruz, refiere que ese plantel cuenta con 2 mil alumnos y 200 profesores. Los jóvenes son, en su mayoría, hijos de obreros, campesinos y empleados de la administración pública, por lo que 80% de ellos tiene una beca que les permite continuar sus estudios.

Indicó que pese a ese apoyo, 15% de los estudiantes del plantel abandonan sus estudios por “razones económicas, emocionales y porque la exigencia académica de la institución los presiona”.