Calentura vemos, tratos sexuales no sabemos...
natalia.gomez@eluniversal.com.mx
De fondo, un hombre gordo apachurra con las yemas de sus dedos los pezones de una chica de aproximadamente 20 años. Alrededor de ellos, abejas en la miel. Unos 25 chavos alzan su mano derecha para hacer un clic en su celular y llevarse la fotografía del recuerdo, a la que Alejandro García, el hombre que posaba para las cámaras minutos antes, calificó de la “imagen del placer”.
Es parte del ambiente de la Expo Sexo 2010, donde a menos de cinco metros de los curiosos que pagan entre 10 y 20 pesos para tomarse fotos con las chicas, Ángeles Graciela acepta que ha tenido sexo para controlar a sus parejas en turno, más que por amor o gusto.
Es ese sexo donde del placer, si te da, es ganancia, pero que se tiene por controlar momentos, circunstancias y que orilla a la gente a actuar de determinada manera. Ángeles Graciela dice haber tenido intimidad para evitar que su ex esposo se fuera con sus amigos a jugar o para hacer que le diera algún regalo.
Ella opina de manera similar a la mayoría de las 300 personas que participaron en una reciente encuesta del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex), donde los resultados previos apuntan a que la gente, tanto hombres como mujeres, también tiene sexo por control.
El alto volumen de la música electrónica y la multitud permite a Ángeles Graciela, de 51, divorciada y maestra de universidad, confesar sus razones en el sexo más allá del placer, aunque prefiere no decir su apellido ni tampoco ser fotografiada. “Qué dirían mis alumnos, ya no querrían tomar clases conmigo”.
Ángeles se pierde entre la multitud que hoy se atreve a tocar, a hablar de placer y a presumir, ¿por qué no?, sus diversas posiciones sexuales, del largo tiempo que duran en el coito y de la profunda comunicación que tienen con sus parejas sexuales en el tema.
“Mi mujer siempre llega al orgasmo gracias a mí”, asegura José Luis López, de 55 años y quien reconoce haber ido al evento simplemente por morbo. “Mi chava siempre siente rico”, comenta Cristian Sánchez. “Bueno ella me dice que cada vez que lo hacemos siente orgasmos”, comenta Luis Ruiz.
Según el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de Guadalajara, 60% de las mujeres fingen los clímax. Además, una encuesta del Imesex señala que 30.1 % de las mexicanas nunca o casi nunca han sentido un orgasmo.
Sobre el orgasmo
Las edecanes menores de 25 años, Naima, Xiomoara y Alexa, aquellas que dicen sentir siempre las miradas en sus nalgas, se dan unos minutos para comer fast food y seguir su trabajo. En breve entrevista, revelan que en algún momento de sus experiencias sexuales han fingido el orgasmo. El argumento: “para hacer sentir bien a mi pareja”.
Xiomara, la más exuberante de las tres, dice que a ella le cuesta llegar al orgasmo. “Estoy sintiendo rico, rico, rico, y me quedo en rico, no paso a más, el chavo se puede ir diciendo qué cogida me puso esa vieja, pero la verdad es que la vieja ni sintió nada”.
Alexa dice ser de esas mujeres que siempre experimentan multiorgasmos. Se calcula que a 26.6% de las mexicanas les sucede siempre o con frecuencia.
Sobre haber sentido “el punto G”, las encuestas del Imesex indican que 40.7% de las mexicanas lo han sentido una o varias veces y sólo 9%, casi siempre.
Virilidad
En otro stand, sexo explícito en películas. El hombre musculoso nunca se cansa de penetrar la vagina y el ano de su compañera, quien gime todo el tiempo y al final le hace sexo oral para recibir el semen en su boca.
Son imágenes que, según José de Jesús González Salazar, del Grupo Interdisciplinario de Sexología (GIS), pueden servir de componente erótico para prender una relación, pero que sin duda reproducen un esquema erróneo donde el placer sexual se basa sólo en el coito y deja a un lado las caricias y el conocimiento de las sensaciones de los cuerpos.
“El hecho de que en una encuesta de una farmacéutica aparezca que 98% de las mujeres participantes declararon que estarían de acuerdo en que su pareja tomara medicamento para mejorar su desempeño sexual en el caso que padecieran disfunción eréctil, además de beneficiar a la empresa con la compra de medicamento, se denota la importancia que la sociedad le atribuye a penetración”.
El que nada firme tiene el pene es el llamado Pircasso, que con su nombre emula al pintor Pablo Picasso. Es un hombre de aproximadamente 60 años que pinta al óleo utilizando su miembro viril como pincel. El retrato se valúa habitualmente en 500 pesos, pero las promociones de esta exhibición hacen que lo rebaje hasta en 150 pesos.
En el recorrido una vez más aparece Alejandro García, aquel de la foto, dice ser divorciado, pero no por motivos sexuales, pues en eso se entendía muy bien con su esposa. “Siempre lo disfrutamos mucho, yo duraba con mi pene erecto más de media hora”.
De acuerdo con el Imesex, 0.6% eyaculan antes de penetrar; 2% inmediatamente al penetrar. Hay otros, 38.3% que luego de penetrar, tardan entre 5 y 10 minutos en eyacular. Los que duran entre 10 y 20 minutos son apenas 31.3%, ya que unos más (25.6%) eyaculan cuando lo desean sin importar el tiempo.
Nada de disfunción, dicen
Pero aquí todos pueden, ningún hombre acepta haber sufrido eyaculación precoz o disfunción eréctil, pero una encuesta de Pfizer del año pasado, en la que participaron 2 mil 400 mexicanos, señala que 61% de los hombres dijeron no estar satisfechos con su erección.
Otros datos se agregan. El Imesex indica que 10.4% han presentado impotencia al menos cinco veces en su vida, 0.3% con frecuencia o casi siempre y 63.5% nunca le ha sucedido.
Roberto, de 35 años, asegura nunca haber sentido este padecimiento. No es casado y presume tener relaciones sexuales con su pareja todos los días. Según las estadísticas de la institución académica, sólo 30% de los mexicanos tienen relaciones sexuales cuatro veces por semana. El promedio es de seis encuentros íntimos al mes.
La diversidad
“En nuestros encuentros siempre variamos las posiciones y por supuesto que nos encanta el sexo oral a los dos”, comenta el joven de 30 años. El Imesex tienen datos que señalan que 38.3% de los mexicanos no acaricia los órganos sexuales de la pareja con la boca. De los hombres no lo hacen 26.37% y de las mujeres 44.63%.
En cuanto a posiciones coitales, si bien 58% dice variar las mismas sin predominar ninguna, en 24.4% predomina la posición del misionero.
El encuentro puede resultar no ser tan tradicional si se incluyen objetos de divertimento sexual, los que 8.38% de los hombres han usado al menos una vez, y las mujeres, el 6.77%.
“Mi novio es el que los usa, a mí no me gusta vestirme de enfermera, o utilizar instrumentos ajenos, yo lo único que utilizo es lencería de colores”, comenta Fabiola Tapia, de 29 años.
Lo cierto es que la ropa interior y los artículos de aromaterapia para masajes son un éxito entre las mujeres en la expo. Las sex shop también tienen su clientela masculina, la que principalmente busca retardantes para la eyaculación o vigorizantes sexuales.
Según los datos de Pfizer, a pesar de que la mayoría de personas encuestadas asistiría a un médico si enfrentara problemas en la intimidad, 40% de las mujeres y 36% de los hombres recomendaría o usaría algún producto milagro como solución a su problema
Sano esparcimiento
Mientras, los hombres saturan el espacio de shows de mujeres desnudas.
La encuesta de Pfizer de 2009 justificaría el tumulto que genera esta Exposexo, pues 80% de los mexicanos considera muy importante su vida sexual. Los organizadores esperan que la cifra de la asistencia al evento que se clausuró ayer, luego de seis días de exhibiciones, se cierre en 110 mil personas, de las que se calcula que 70% serán hombres.
Se aprecian como maestros en el sexo, pero se atreven todavía con medida. Los entrevistados en general declaran no haber estado nunca en un ambiente swinger. Las encuestas coinciden y señalan porcentajes mínimos.
Según el Imesex, han practicado intercambio de pareja 9.5% de los hombres y 2% de las mujeres, y el sexo en grupo sólo 9% de los varones y 1% de ellas.
Juventina Palacios, de 47 años, dice tener una vida sexual plena y niega pertenecer a las estadísticas que muestran que 70% de las mujeres mexicanas no conocen su cuerpo.
Más bien se incluye en el 75% de los mexicanos que considera que su vida sexual es muy satisfactoria.
Se sabe masturbar y llegar al orgasmo, incluso mejor que cuando está acompañada. Justifica su presencia entre penes y vaginas cubiertos con prendas ajustadas y diminutas, pero expuestos a la imaginación: “El sexo es para todas las edades y aunque soy católica, sé bien que esta expo no es como dicen para depravados, es para nosotros, para las personas normales que queremos un rato de distracción sana”.