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Cautiverio de delfines es igual a prostitución: O'Barry

Adriana Varillas / Corresponsal| El Universal
19:25Cancún, Q. Roo | Martes 27 de enero de 2015
O'Barry tiene como objetivo frenar la captura de delfines y evitar su cautiverio, liberndolos o int

INTENCIÓN. O'Barry tiene como objetivo frenar la captura de delfines y evitar su cautiverio, liberándolos o integrándolos a una suerte de Santuarios. (Foto: Adriana Varillas EL UNIVERSAL )

El famoso entrenador del delfín Flipper, el cual se popularizó en cine y televisión, urgió a romper el paradigma de la esclavitud animal, so pretexto del entretenimiento humano o de supuestos beneficios

El productor del documental internacional "The Cove", Ric O'Barry, quien denuncia la captura, maltrato, cautiverio y condiciones alimentarias que sufren los delfines usados en espectáculos dentro de acuarios, parques y delfinarios, equiparó la explotación de estos mamíferos marinos con la prostitución humana y llamó a no pagar por nadar con estos animales.

"Es como la prostitución humana. Es inaceptable. Que los papás se den cuenta que el mensaje para los niños no es normal. Es pagar por forzar a un animal para entretenerlos; trabajan siete días a la semana, viven en cautiverio y les condicionan la comida a cambio de que hagan trucos", expresó el activista, ante estudiantes del Colegio Kukulkán en Cancún.

Como parte de la breve gira que O'Barry realiza por Cancún, Playa del Carmen y Tulum, el ex entrenador urgió a romper el paradigma de la esclavitud animal, so pretexto del entretenimiento humano o de los supuestos beneficios que aportan la "delfinoterapia", no demostrados científicamente.

"Es como abolir la esclavitud en los tiempos en que estaba bien vista por cuestiones económicas: habrá mucha resistencia", dijo, después de aclarar que no pretende confrontarse con las empresas que poseen delfinarios, industria que obtiene millonarias ganancias a través del nado con estos mamíferos marinos.

Su objetivo -remarcó- es frenar la captura de delfines y evitar su cautiverio, liberándolos o integrándolos a una suerte de Santuarios, en donde sanen, se integren a programas menos invasivos y se les entrene para, eventualmente, retornar a la vida silvestre.

O'Barry fue entrenador de los delfines que aparecían en la popular serie norteamericana "Flypper", pero se retiró de esa actividad, luego de que uno de sus delfines murió en sus brazos, hecho que lo marcó de por vida.

Junto a él, la representante en Quintana Roo, de la Red de Bienestar Animal, Kya López, explicó que aquel delfín se suicidó debido al estrés y tristeza que el cautiverio, provocan en estos animales altamente sensibles.

La activista subrayó que los abusos en contra de los delfines comienzan desde la captura, procedimiento que suele ser extremadamente agresivo. Las hembras son separados de sus crías y de los machos alfa, para ser conducidos a corrales o estanques dentro de parques acuáticos o delfinarios, en donde se les entrena condicionándoles la comida. 

En los corrales o estanques se saliniza el agua dulce y se clora, lo que les puede provocar lesiones en la piel. "Estamos hablando del cautiverio de seres libres, para divertir a la gente, esto tiene que cambiar", consideró.

A partir del 2005 el gobierno mexicano prohibió la captura e introducción de delfines al territorio nacional; los delfinarios optaron entonces por aplicar programas de reproducción en cautiverio.

López Pineda y O'Barry se pronunciaron en contra de esta medida, pues implica generar especies cautivas, cuando se trata de especies que nacen en mar abierto y no tendrían que ser explotadas comercialmente.

Si bien reconocieron que en Quintana Roo -que suma 18 delfinarios, la mayor cantidad que opera en México- el trato y calidad de vida de estos cetáceos es más agradable que en otros acuarios o parques del país, ambos coincidieron en que deben transformarse en Santuarios.

La representante de la Red de Bienestar Animal confió en poder convencer de esta transformación a los dueños de la industria, que genera -dijo- 550 millones de pesos anualmente, tasando cada nado en 200 dólares promedio.

La oferta es dejar de lado los espectáculos en los que se obliga a los delfines a realizar trucos y piruetas, así como el nado con estos. A cambio, el negocio será pagar por observar a delfines rehabilitándose, en proceso de sanación para luego ser liberados.

Ambos coincidieron en que hay gente que gustosa, pagaría por ello, sin contar con que el negocio de los delfinarios en Estados Unidos está en crisis.

"Sea World", por ejemplo, está registrando pérdidas que podrían llevarle a la quiebra, comentó O'Barry, quien ha pensado en traer a los delfines de ese parque, al Santuario que pretenden construir en Cancún, independientemente de que los parques acuáticos se vuelvan santuarios en donde se apliquen programas especiales.

ahd 

 



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