Coludidos, empresas y gobierno en Tabasco

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VILLAHERMOSA, Tab.? En la construcción del fraccionamiento Valle Marino, la complicidad de autoridades y empresarios pasó por encima de la seguridad del patrimonio e integridad física de por lo menos 300 familias, que corrieron el riesgo de ahogarse por las inundaciones que afectaron esta supuesta área residencial el 15 de septiembre y el 3 de octubre pasados, cuando sus viviendas quedaron "sepultadas" por las aguas desbordadas del río Carrizal. Esas casas fueron edificadas en terrenos secos de la laguna El Negro. Con el desfogue de la presa Peñitas ?el sábado pasado? volvieron a llenarse de agua. El superintendente de esta hidroeléctrica, Alejandro Arellano Macías, indicó que era lógica la inundación de zonas bajas porque antes que todo "las aguas tienen memoria". En 1994, el gobierno de Manuel Gurría Ordóñez, sin la autorización del Congreso del estado, vendió una superficie de 18 mil 649 metros cuadrados localizada dentro del vaso regulador de la laguna El Negro. Es decir, durante su mandato de 1992 a 1994 se traficó con esta zona baja factible de inundarse por ser un recipiente natural de las aguas pluviales. En este negocio participó el empresario Mucio Luna, propietario de la constructora Ingeniería, Proveduría, Asesoría y Servicios Industriales (IPASA), quien adquirió los terrenos para la construcción de viviendas de interés medio destinadas a los empleados que la dirección general de Producción y Exploración de Petróleos Mexicanos (Pemex) descentralizó hacia esta capital. Incluso, Mucio Luna construyó y le rentó a Pemex el edificio de La Pirámide, que alberga las oficinas de la dirección general de PEP, donde trabaja la mayoría de habitantes de Valle Marino. A pesar de que en Villahermosa la cota oficial es de 7.44 metros sobre el nivel del mar, para poder construir cualquier obra, la zona donde se erigió el fraccionamiento sólo alcanza una medida de 5.44 metros. Autoridades y constructores, aprovecharon la coyuntura de la demanda de vivienda requerida para ofertar a los trabajadores de Pemex estos inmuebles, y por ello aceleraron su construcción, sin considerar esta medida. Si bien la administración de Gurría Ordóñez permitió estas irregularidades en Valle Marino, fue el gobierno de su primo Roberto Madrazo Pintado el que terminó por solapar la obra al proteger al constructor, permitir la venta y ocupación de las riesgosas viviendas, así como dejar sin sanciones a los involucrados en el ilícito. En típico caso de tráfico de influencias, también participaron autoridades de Petróleos Mexicanos, quienes adquirieron la mayoría de las viviendas a IPASA para posteriormente otorgarlas a crédito a sus empleados. Vendidas en más de 400 mil pesos cada una, los trabajadores que las adquirieron aún consrvan parte de la deuda hipotecaria de un inmueble que hoy día no tiene ningún valor. Entre otros involucrados en la urbanización de esta reserva territorial se encuentra Manuel Díaz Rodríguez, en ese entonces secretario de Comunicaciones, Asentamientos Humanos y Obras Públicas durante el gobierno de Gurría Ordóñez . Díaz Rodríguez es miembro de la Fundación Carlos A. Madrazo, organismo responsable de las finanzas de la campaña del precandidato del PRI a la Presidencia Roberto Madrazo Pintado. Los ex alcaldes Manuel Suárez Herrera y Jesús Taracena Martínez, éste último diputado del PRI con licencia, es actualmente secretario de Fomento Económico, donde fue puesto por Roberto Madrazo luego de que concluyó su trienio de presidente municipal. Según documentos relacionados con estas obras, la autorización municipal la signó el jefe del departamento de la dirección de Obras Públicas, Miguel Torres González. De acuerdo con el recibo número 685885 de la tesorería municipal, el constructor Mucio Luna pagó al ayuntamiento del municipio de Centro ?al que pertenece Villahermosa? poco más de 68 mil pesos por el permiso. En el memorando número 944 del expediente 003-085/95, se establece que se trató de un predio urbano con valor catastral de más de 7 millones de pesos. Del total del terreno de reserva territorial destinado a Valle Marino, IPASA conservó mil 699 metros cuadrados, cuyo valor catastral se fijó en la irrisoria cantidad de 170 mil pesos, es decir, a sólo 100 pesos por metro cuadrado. Al inicio del gobierno de Roberto Madrazo Pintado, a su secretario de Desarrollo Social y Protección Ambiental , José Angel Buendía Tirado, le correspondió entregarle a Mucio Luna la autorización de licencia número DP 002/95. Fue el segundo permiso de construcción otorgado por el gobierno madracista. En el avalúo de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Tabasco se registró como nueva inscripción urbana, bajo el número 79490, con una superficie de terreno de 18 mil 649 metros cuadrados, con un valor de un millón 864 mil 900 pesos bajo la clave 06-076-70. Pese a las irregularidades, Valle Marino, localizado en el extremo norte de la ciudad, se levantó como una de las zonas residenciales de media categoría y que hoy se encuentra abandonada. Este es uno de los casos más representativos del tráfico de tierras bajas susceptibles a las inundaciones, que cada año azotan no sólo a Villahermosa, sino también al resto del estado. En Tabasco hay un dicho, recuerda un funcionario del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado (Copladet) que asegura: ?En Tabasco sólo hay dos temporadas, la de seca y la de lluvias, esto quiere decir que o tenemos un ?putamadral? de agua o no tenemos?. (Más información en Nación)





