Narcotúneles, obra de ingeniería que burló a EU
Hace 11 años fue descubierto el primer narcotúnel en la frontera Sonora-Arizona. Su creación es atribuida al mexicano Rafael Camarena miembro de la banda de Joaquín "El Chapo" Guzmán, que fue extraditado a Estados Unidos el 12 de junio. El pasadizo que él habría construido para el trasiego de drogas a la Unión Americana fue considerado por expertos "una verdadera obra de arte de ingeniería". Con éste burló a las autoridades de aquel país, a las que además les vendió toda la arena, grava y piedras que extrajo del pasaje durante su construcción. Y es que a las actividades ilícitas tal sería el agravio el mexicano habría añadido el escarnio: corromper y engañar a autoridades federales y locales del vecino país del norte, con motivo de la construcción y operación del primer narcotúnel descubierto entre las poblaciones fronterizas de Agua Prieta, Sonora y Douglas, Arizona, hace más de 11 años. El humor negro de Camarena Macías no hizo ninguna gracia a los estadounidenses. En mayo de 1990, tres años después de su arribo a Agua Prieta, este individuo, jalisciense de origen, se había convertido ya en un próspero empresario de la construcción, en sociedad con el entonces alcalde Bernardino Meza, y con el juez federal del condado de Cochisse, Joseph Borane, hermano del actual Mayor (presidente municipal) de Douglas, Ray Borane. Estas influencias permitieron a Camarena tener contratos de construcción con las administraciones de las dos ciudades fronterizas. Según consta en declaraciones ministeriales (expediente 49/90), el jalisciense vendió a ambas toda la arena, grava y piedras que extrajo del narcotúnel durante el tiempo que duró su construcción. Investigaciones realizadas por autoridades de ambos países derivaron en orden de aprehensión, girada en 1992 por un juez de Distrito, en contra del ex alcalde Bernardino Meza, prófugo desde entonces. También del lado estadounidense, la DEA y el FBI pusieron bajo sospecha al juez Borane, conocido en esa zona como el juez Coquéin, hasta que finalmente esta última corporación lo arrestó nueve años después, el 9 de septiembre de 1999, y presentó cargos en su contra por conspiración, "lavado" de dinero y fraude. Ninguna de las corporaciones policiacas, ni la fiscalía estadounidense, han podido comprobar la participación de Borane en la construcción del narcotúnel, pero en cambio sí pudieron probar otros ilícitos relacionados con el narcotráfico, mediante un operativo encubierto. La procuradora de justicia de Arizona, Janet Napolitano, informó, al momento de la detención de Borane, que éste utilizó su posición de juez para suspender y cancelar infracciones a un narcotraficante, quien era en realidad un agente encubierto del FBI. Además, le dio dinero para la compra de drogas ilegales y también le ofreció en venta un edificio de su propiedad en Douglas, con el propósito de "ocultar operaciones de venta de drogas a los traficantes". Con esta información, agentes de la US Custom Service, de la DEA y el FBI, apoyados por geólogos especializados, realizaron de inmediato una serie de pruebas a lo largo de la franja fronteriza señalada por los detenidos, con el propósito de detectar "huecos" en la tierra. También utilizaron por aire rayos infrarrojos, desde un satélite. Así fue como detectaron el narcotúnel. El anuncio se hizo en Washington, la capital estadounidense, el 18 de mayo de 1990; sólo entonces, y de esa manera, fue como se enteraron las autoridades mexicanas. El pasadizo tenía 14 metros de profundidad, 100 metros de largo, 1.50 de altura y 1.20 de ancho. En su construcción se utilizó concreto hidráulico. Según expertos, la obra tuvo un costo superior a los dos millones de dólares y requirió por lo menos de seis meses de trabajo. El narcotúnel iniciaba en una casa estilo californiano, ubicada del lado mexicano, y concluía en una bodega del sector estadounidense. La residencia era como cualquier otra de la zona: construcción de ladrillo, techo de dos aguas, tres recámaras, sala comedor, estancia, cocina, dos baños. Atrás, un amplio jardín, cancha de basquetbol, chapoteadero y un salón de juegos de dos cuartos; al centro de uno de ellos estaba ubicada una mesa de billar sobre una plataforma de concreto, oculta por la alfombra. Desde el jardín, una pequeña llave de paso de agua accionaba todo un sistema hidráulico que elevaba la plataforma de concreto con la mesa de billar, para dar acceso a una bodega de 7 por 14 metros; en ese espacio se almacenaba droga; había aparatos para pesarla y empaquetarla, así como también un vehículo de cuatro ruedas para transportarla al otro lado de la frontera. Al centro de la bodega se encontraba el acceso al túnel, con escaleras en los dos costados, y una polea para bajar el pequeño vehículo. El pasadizo de concreto hidráulico regularmente se encontraba inundado de agua, para no ser detectado por los satélites estadounidenses, toda vez que en esa zona bajo un vado existen varias corrientes subterráneas y así podía confundirse con una de ellas. Horas antes de ser utilizado el narcotúnel, una enorme bomba desalojaba el agua y la enviaba al jardín de la residencia, donde los excedentes rápidamente desaparecían por una amplísima coladera. Del lado estadounidense, el pasadizo concluía en una falsa alcantarilla de doble fondo, ubicada al final de una bodega de materiales de construcción, propiedad también del dueño de la residencia. Sólo por dentro podía abrirse. A finales de 1989, Rafael Camarena compró un lote baldío en la avenida Internacional, esquina con calle 10 de Agua Prieta, frente a la línea divisoria con Estados Unidos. Pagó una cantidad muy superior al valor real del terreno, que quedó a nombre de Juan José Cárdenas García, su prestanombres, según consta en el Registro Público de la Propiedad. En el acta con folio 15309, levantada por el Notario Público Carlos Girón, el 24 de enero de 1989, se establece que el precio pactado para la operación de compra-venta fue de seis millones de pesos. Sin embargo, el contrato privado No. 7485, firmado el 21 de diciembre de 1988, señala el precio real de la transacción: 90 mil dólares. El proyecto de habitación fue registrado en enero de 1989 ante el ayuntamiento local, presidido por Bernardino Meza, socio del jalisciense en la empresa Precolados de Agua Prieta SA de CV (PAPSA). En el lado estadounidense, Camarena Macías apareció como dueño de la empresa Readi Mix & Materials Inc., propietaria a su vez de la bodega donde concluía el narcotúnel. Sólo por los terrenos, Camarena pagó más de 200 mil dólares al entonces juez federal Joseph Borane. A pocas semanas de haber sido descubierto, el narcotúnel fue tapado con varias toneladas de cemento por ambos lados. Dos personas los jardineros de Camarena fueron los únicos detenidos por parte de la PGR, aunque en su momento se habló de 16 personas involucradas. Once años después, el caso está cerrado en México. En Estados Unidos, en cambio, el proceso sigue abierto y Camarena finalmente será juzgado en una corte federal de Tucson, Arizona. Enfrentará 21 cargos por conspiración, importación y distribución de cocaína y mariguana, "lavado" de dinero y otros. Las mismas acusaciones pesan sobre Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", Louis Ruiz Valenzuela, Felipe de Jesús Corona Verbera y Ramón Luna Rodríguez. Ocurrió entonces un hecho fortuito: en 1998, la historia del narcotraficante fue presentada en el famoso programa de televisión "American Most Wanted" (Los más buscados de América), y poco tiempo después una persona anónima alertó a las autoridades norteamericanas de que el prófugo ya se encontraba en una cárcel mexicana, preso por delitos diversos y bajo otro nombre. En efecto, Camarena se hacía llamar Mariano Villegas Zamora y había sido arrestado desde 1995 en Mazatlán, Sinaloa, cuando transportaba más de 2.7 toneladas de cocaína en una embarcación que fue interceptada frente a las costas de aquel puerto del Pacífico. Allí purgaba su condena, en una prisión de baja seguridad, hasta que fue reconocido por uno de sus compañeros, que lo delató a cambio de la recompensa ofrecida por las autoridades estadounidenses. Desde entonces, Estados Unidos solicitó la extradición del narcotraficante. En tanto, y una vez confirmada la identidad de Camarena, el gobierno mexicano decidió trasladarlo a la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, con la intención de evitar una fuga (la misma prisión de la que escapó recientemente su jefe Joaquín "El Chapo" Guzmán). Pasó cinco años, seis meses y quince días en cárceles mexicanas. Ante el peligro de la extradición, el inventor de los narcotúneles solicitó y obtuvo el amparo de la justicia federal para evitar ser enviado a Estados Unidos. En febrero del año pasado, el juez décimo de distrito en Materia Penal de Jalisco se lo concedió. Sin embargo, en enero de 2001, el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito revocó la resolución, basándose en la tesis jurisprudencial número 11/2001, así como en el artículo Cuarto del Código Penal Federal. El protocolo de extradición fue firmado en el Senado mexicano en noviembre de 1997 y ratificado en diciembre de 2000. El canje de documentos se efectuó en mayo del presente año. Las condiciones para que se llevara a cabo este proceso eran: a) que el acusado debía estar físicamente en México; b) que el juicio en contra del presunto delincuente no hubiese concluido, y c) que el delito cometido sea sancionado tanto en México como en Estados Unidos. Cumplidos todos los requisitos, sólo era cuestión de tiempo la extradición. Así, el 12 de junio, en un sorpresivo operativo realizado por la mañana en el aeropuerto internacional de Guadalajara, agentes de InterpolMéxico y de la PJF entregaron al narcotraficante a elementos de la oficina del Alguacil de Tucson, Arizona, ciudad a la que arribó a las dos de la tarde, hora local (16:00 GMT), para quedar a disposición de un juez de la Corte de Distrito de Estados Unidos. Al siguiente día, miércoles 13, Camarena Macías hizo su aparición en la Corte Federal de Tucson, en donde conoció de los cargos en su contra, 21 en total. Con los pies y manos esposadas y vistiendo un uniforme anaranjado fosforescente, el narcotraficante pidió al juez Bernardo Velázquez que le asignara un abogado defensor de oficio, porque dijo no tener recursos para pagar uno. El viernes 15 regresó a la Corte y se declaró "inocente" de todos los cargos. Concretamente se le acusa de introducir y distribuir más de cinco toneladas de mariguana y cocaína en Estados Unidos entre 1987 y 1990, así como también de "lavar" un millón 500 mil dólares procedentes del narcotráfico. Las próximas audiencias para estudiar el caso Camarena serán el 16 de julio y el 14 de agosto.
Buscan para su inventor escarmiento del tamaño del agravio
Rafael Camarena Macías, miembro de la organización delictiva que comanda Joaquín "El Chapo" Guzmán, era uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades antidrogas estadounidenses. Ya lo tienen en su poder desde el 12 de junio pasado, cuando fue extraditado por el gobierno mexicano, y la "lección" que pretenden darle es proporcional al tamaño de la burla que el gobierno de EU le atribuye.
El ingenio de los narcos
En 1990, a principios de mayo, oficiales del Servicio de Aduanas de Estados Unidos (US-Custom Service) decomisaron mil 25 kilos de cocaína, cerca de la población de Queen Creek, Arizona, y arrestaron a dos estadounidenses: César Thomas Howard, de 44 años de edad, originario de Mesa, Arizona; y Joseph Edward Osborne, de 31 años de edad, originario de Tempe, Arizona. La droga, con un valor en el mercado negro de 102 millones de dólares, había sido cruzada bajo tierra por Agua Prieta y Douglas, según confesaron los detenidos.
Hallazgo de Camarena y extradición
Rafael Camarena Macías desapareció de Agua Prieta horas antes de que se descubriera el narcotúnel, el 18 de mayo de 1990. Desde entonces ingresó en la lista de "los más buscados" en Estados Unidos.





