Asesinan a ex jefe de la Judicial capitalina
En un posible ajuste de cuentas del narcotráfico, ayer fueron ejecutados Jesús Ignacio Carrola Gutiérrez, ex director de la Policía Judicial capitalina, y sus hermanos Marco Antonio y Miguel Ángel, este último ex agente judicial federal. Los hermanos fueron secuestrados el lunes por la tarde en Polanco y al parecer ejecutados durante la madrugada de ayer. Sus cuerpos fueron hallados en una camioneta robada en la colonia Tacubaya, con impactos de bala calibre 9 milímetros en la cabeza y huellas de tortura. De acuerdo con las primeras investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, no se descarta un ajuste de cuentas entre bandas de narcotraficantes ni la relación del triple homicidio con la muerte del comandante Guillermo Murrieta, acribillado el sábado en Naucalpan, estado de México. El comandante era persona de confianza de Jesús Ignacio Carrola y ambos llegaron en diciembre de 1997 a la PGJDF, cuando este último fue nombrado jefe de la Policía Judicial en la gestión de Samuel del Villar. Como parte de la línea de investigación, ambos eran señalados por sus nexos con el cártel de Tepito, por lo que se indagarán sus actividades, basadas en una relación que se remonta a 1995, cuando Jesús Ignacio Carrola trabajó en Tijuana como director operativo de la delegación de la Procuraduría General de la República, fecha en la que Murrieta era director del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) de la PGR. Los hermanos Jesús Ignacio y Miguel Ángel Carrola tuvieron una carrera policiaca durante la cual se les vinculó con el cártel de los hermanos Arellano Félix, así como con grupos delictivos dedicados a la introducción de mercancía ilegal que operan en el barrio de Tepito. El ex director de la Policía Judicial capitalina, quien se mantuvo en el cargo apenas una semana debido a su "negro historial", se desarrolló profesionalmente en la PGR con el apoyo de los comandantes Guillermo González Calderoni y Luis Soto Silva, el primero, acusado de proteger a los cárteles del Golfo y de Juárez. Amordazados, con los ojos cubiertos con "cinta canela", y maniatados, fueron descubiertos ayer los cuerpos de Jesús Ignacio, Marco Antonio y Miguel Ángel Carrola Gutiérrez, este último ex agente judicial federal. Jesús Ignacio recibió en la cabeza cuatro impactos de bala calibre 9 milímetros y sus hermanos dos cada uno; murieron en el interior de la camioneta. El triple homicidio, de acuerdo con fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), podría estar relacionado con el asesinato del comandante Guillermo Murrieta López, ejecutado el sábado en Naucalpan, estado de México y a quien se vinculaba al cártel de Tepito. Las pesquisas relacionadas con la indagatoria 11/710/01-05, apuntan en una línea: Murrieta López fue uno de los hombres de confianza de Jesús Ignacio Carrola Gutiérrez, cuando éste fungió como jefe de la PJ, al inicio de la administración de Samuel del Villar. De hecho Murrieta López llegó junto con el equipo de trabajo de Carrola Gutiérrez a la PGJDF el 5 de diciembre de 1997, pero sus nexos son anteriores. En 1995, cuando Jesús Ignacio era director operativo de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Tijuana, en ese mismo periodo su amigo Murrieta López fue director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) de la Procuraduría General de la República (PGR). Hasta esta fecha, indicaron las fuentes consultadas, se investigarán las actividades de ambos comandantes pues podrían ofrecer pistas para esclarecer ambos homicidios, sin descartar la línea del narcotráfico por las plazas que ocuparon ambos y porque a los dos también se les vinculaba con el cártel de Tepito. No obstante, también se investigarán otras líneas, como la posible participación de las víctimas en presuntas actividades ilícitas de su sobrino Ricardo Vidal Carrola, quien supuestamente forma parte de una de las bandas más importantes dedicada al robo de vehículos en Álvaro Obregón. En ese mismo grupo delictivo estaba Juan Márquez Curiel, "El Diablo", quien es señalado como el sujeto que facilitó el Jetta en el que escaparon los sicarios de Francisco Stanley. De tal suerte que, hasta el momento, no se ha descartado ninguna línea de investigación e incluso antes de que se conociera la identidad de las víctimas el procurador Bátiz dijo que en el triple homicidio existían indicios vinculados al narcotráfico. Francisco Ortega, vecino de la avenida Jalisco, descubrió los cuerpos en la camioneta abandonada. Luego de las 9:00 horas, y debido a que nadie retiraba la camioneta que obstruía la entrada de un local comercial, se acercó y vio los pies de una persona debajo de una cobija y decidió llamar a la policía. Patrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), en una primer inspección ocular, se dieron cuenta que debajo de la camioneta había sangre y decidieron llamar al Ministerio Público. Los peritos de la PGJDGF llegaron al lugar y al abrir la camioneta color gris, encontraron en el interior los tres cuerpos. Los cadáveres estaban en posición fetal, encobijados, atados de pies y manos, así como amordazados con cinta canela, desfigurados por los diversos disparos que recibieron. Especialistas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en criminalística, fotografía y balística, realizaron las primeras investigaciones en el lugar de los hechos, donde incluso tomaron muestras de posibles huellas dactilares que hubieran dejado los sicarios. Ayer, al escuchar las noticias sobre el hallazgo de los cuerpos, los deudos acudieron a la agencia 11 del MP, donde identificaron a los Carrola Gutiérrez. El hijo de Miguel Ángel, Miguel Carrola Jr., dijo en entrevista que las autoridades les habían comentado que el crimen podría ser un robo, pero exigió que el caso se investigue ante la posibilidad de que sean policías los ejecutores de su padre y tíos.
Matan a ex director de la PJ
El ex director de la Policía Judicial capitalina, Jesús Ignacio Carrola Gutiérrez, fue ejecutado ayer junto con sus dos hermanos, en un crimen donde no se descarta el ajuste de cuentas vinculado con el narcotráfico por la forma en que se consumó, aseguró Bernardo Bátiz Vázquez, procurador capitalino.
El hallazgo
Jesús Ignacio Carrola Gutiérrez y sus hermanos fueron hallados en el interior de una camioneta Windstar con matrícula 144LDK, que se encontraba abandonada en las inmediaciones del barrio de Tacubaya. El vehículo llevaba placas sobrepuestas y fue robado el 3 de mayo en Ecatepec, estado de México.
Eran de la PGR: testigo
El lunes, alrededor de las 15:30 horas, los hermanos Carrola salieron de su empresa de seguridad privada, "Camencar", que se ubica en la calle de Taine 221, en Polanco. Minutos después se dirigieron a una estética que se ubica en esa misma calle, en la esquina de Horacio, donde los empleados fueron los últimos en verlos con vida. Una de las trabajadoras, quien pidió el anonimato pero permitió que su declaración se grabara, dijo que "al parecer uno de ellos se iba a cortar el cabello, pero se salió y ahí fue donde lo agarraron". Al explicar la identidad de los secuestradores afirmó que "vi a uno que tenía un pantalón negro y una camisa o playera blanca con el logotipo de la PGR. Ellos traían una camioneta oscura y armas grandes, todo sucedió como en dos minutos". Desde ese momento los familiares de las víctimas comenzaron su búsqueda, pero no presentaron denuncia por secuestro, pues al pensar que estaban detenidos a partir de las declaraciones de los testigos, hasta tramitaron un amparo.





