Un coche-bomba que hizo explosión a unos metros de la presidencia municipal de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y de una base del Ejército, dejó un saldo preliminar de siete civiles lesionados, entre ellos dos mujeres, además de 11 vehículos completamente destrozados por la onda expansiva y daños en la estructura del edificio de gobierno.

El procurador de Justicia de Tamaulipas, Bolívar Hernández Garza, condenó el atentado. En entrevista, tras inaugurar en Reynosa el Comité Interinstitucional de Seguridad para la jornada electoral de este 1 de julio, indicó que a pesar de que es un hecho aislado, no va a inhibir la presencia de los tamaulipecos en las urnas durante la jornada electoral.

La PGR informó que inició una averiguación previa para investigar el atentado prepetrado, por lo que envió un equipo de peritos en materia de explosivos para determinar el tipo de artefacto que se utilizó, y los delitos que resulten.

Entre los lesionados está una joven —que debido a las heridas que presentaba fue internada en estado delicado en un hospital—, una mujer de edad mayor y un hombre, cuyas ropas quedaron destrozadas debido a la explosión y cuyos cuerpos se encontraban ensangrentados.

“Estaba cerca, como a 20 metros, cuando de pronto sentí que todo se movía y ‘algo’ me tiró al suelo. Quedé aturdido por el impacto y no sabía lo que ocurría, hasta que vi que la gente corría y unas personas tiradas en el suelo”, dijo una de las víctimas.

Un empleado municipal que se trasladaba hacia el inmueble por la calle de Héroe de Nacataz fue testigo del estallido: “Caminaba rumbo a la presidencia cuando de pronto escuché una fuerte explosión, por lo que me tiré al suelo. No supe lo que ocurría hasta que vi fuego y mucho humo en la presidencia municipal; temí lo peor, porque vi mucha gente con sangre y corriendo sin rumbo, y como pude me regresé por donde venía”, dijo el empleado que prefirió no decir su nombre.

La Procuraduría de Justicia de Tamaulipas (PGJ) informó que el auto —una camioneta Ford Ranger color gris arena, con placas de Coahuila— fue estacionada a las 11:15 horas por desconocidos en los cajones oficiales de la presidencia municipal, en las calles de Héroe de Nacataz y Juárez; segundos después estalló.

Atentado en la puerta principal

El reporte oficial de la PGJ indica que además de las lesiones a los siete civiles, la explosión afectó 11 vehículos estacionados en el área, además de la fachada del inmueble oficial, por donde el presidente municipal, Benjamín Galván Gómez, ingresa y sale para realizar sus actividades, y quien en esos momentos no se encontraba en el edificio.

Hasta el lugar llegaron elementos periciales, de la policía ministerial y de la PGJ, acompañados por un agente del Ministerio Público para levantar las evidencias y determinar la clase de explosivo que fue utilizado en este atentado.

Soldados arribaron al lugar y de inmediato acordonaron el área en un perímetro de 50 metros a la redonda del lugar del estallido, por lo que las actividades administrativas en las diversas oficinas fueron suspendidas al ser desalojado el personal.

Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Policía Federal y Protección Civil del estado apoyaron en el auxilio necesario a las víctimas, tanto en lo físico como en lo emocional.

El gobierno de Tamaulipas condenó de inmediato estos lamentables hechos y giró instrucciones para apoyar en todo lo necesario a las víctimas del atentado, y dispuso el reforzamiento de los operativos de seguridad en la ciudad.

Secuelas del ataque

El impacto emocional de la explosión fue evidente en los ciudadanos que estaban en las cafeterías y restaurantes, ya que se trata de un sector densamente poblado por comercios y oficinas públicas y privadas.

Tras el estallido, cientos de personas salieron apresurados debido a que la onda expansiva reventó vidrios de ventanas y puertas, en un radio de hasta 50 metros del lugar de la explosión; escenas de pánico y mucho temor, fueron la secuela.