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Brasil quiere continuidad del gobierno: Lula

José Vales/ Corresponsal| El Universal
Domingo 03 de octubre de 2010
Brasil quiere continuidad del gobierno: Lula

OPCIÓN. Marina Silva, candidata presidencial del Partido Verde, podría llevarse hasta 15% de los votos esta jornada. (Foto: NATACHA PISARENKO AP )

La oficialista Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), favorita y a un paso de ganar en primera vuelta, fue junto con Lula al bastión sindical de éste, Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo, para participar en una caravana que terminó siendo multitudinaria

BUENOS AIRES.— Hasta el último momento, los candidatos a la presidencia de Brasil estuvieron a la caza de votos. A pocas horas de que se abran hoy las urnas para elegir al sucesor del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, todos los postulantes se mostraron en público, pasearon o encabezaron caravanas para captar hasta el último votante posible. El jefe de Estado dijo “no tener dudas de que el pueblo quiere la continuidad del gobierno”.

La oficialista Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), favorita y a un paso de ganar en primera vuelta, fue junto con Lula al bastión sindical de éste, Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo, para participar en una caravana que terminó siendo multitudinaria.

“En esta campaña ha habido mentiras taimadas procedentes del bajo mundo de la política, de quienes no han tenido el coraje de aparecer en público. Pero la gente es madura”, afirmó Rousseff en su discurso, con el que contraatacó las denuncias de recientes escándalos de corrupción.

Rousseff aseguró ayer que, de llegar el gobierno, tratará de convertir a Brasil en “una economía desarrollada” y de “erradicar la miseria” del país.

“Nosotros tenemos condiciones para llegar a ser una economía desarrollada y una sociedad de país desarrollado”, aseveró la candidata, en una rueda de prensa. “El elector sabrá escoger si quiere continuar el cambio que llevará Brasil a ser una de las mayores sociedades (del mundo), más justa y más democrática, o si quiere aquel periodo de estancamiento, de desempleo y de parálisis por el que ya pasó el país”, dijo.

Un país multicolor

Por su parte, el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), caminó por la céntrica avenida paulista acompañado de jóvenes movilizados en sillas de ruedas y manifestó su esperanza de “pasar a la segunda vuelta”. “En todos los lugares encontré mucha esperanza y confianza en Brasil. Brasil no tiene color rojo (PT), ni color verde (PV), ni azul (PSDB). Brasil es multicolor, Brasil no tiene dueño. La ola de estas elecciones es la ola verde-amarela (colores de la bandera) de nuestro pueblo, que quiere construir un país más justo y generoso”, subrayó el ex prefecto (alcalde) de Sao Paulo.

También la ex ministra del Medio Ambiente, Marina Silva, postulante del PV, con una intención de voto de 15%, paseó por las calles de Río, donde tiene el grueso de sus simpatizantes.

A partir de las 8:00 de la mañana de hoy, casi 136 millones de brasileños estarán en condiciones de acudir a las 480 mil urnas distribuidas en 5 mil 565 municipios a lo largo de todo el país. Son nueve los candidatos a la presidencia, entre los que destacan Rousseff, Serra y Silva. La cantidad de votos que obtenga esta última podría forzar una segunda vuelta, si le resta apoyos al PT, su antiguo partido, del que emigró en 2007 por diferencias con la política ambiental de Lula. También se elegirán 54 de los 81 curules del Senado y la totalidad de la Cámara de Diputados (513 legisladores), así como 26 gobernadores y las asambleas legislativas completas en los 26 estados del país.

El peso de las encuestas

Las últimas encuestas mostraron a Rousseff con más de 50 puntos de intención de voto, mientras que Serra rondaría el 31%. Las denuncias de corrupción contra varios de los colaboradores de la ex ministra Jefa de la Casa Civil lograron restarle puntos. Gracias a eso, Serra, ministro de Salud durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso (1994-1998), aún mantiene las esperanzas de que la elección se decida en segunda vuelta.

Lo que está en juego también es el prestigio y la popularidad del gobierno de Lula, que hoy ronda el 82%.

El mandatario participó de lleno, y hasta el último minuto, en la campaña de su elegida, Rousseff, a través de quien busca garantizar el continuismo de su gestión, en un día que puede ser histórico para el país, si finalmente el electorado decide que ya es el momento de que en el gigante sudamericano gobierne una mujer, una que fue guerrillera de izquierda en los difíciles tiempos de la dictadura militar.

 



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