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El “Pascua”, en terapia intensiva

Thelma Gómez| El Universal
Viernes 21 de agosto de 2009
El Pascua, en terapia intensiva

DETALLE. El Centro Dermatológico sufre de, entre otras cosas, hacinamiento. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Hacinamiento, falta de higiene y suspensión de servicios son los padecimientos que presenta el Centro Dermatológico desde que el GDF lo reubicó para remodelar su sede. Ahora opera en unas oficinas

claudia.gomezd@eluniversal.com.mx

Aún no amanece y más de 300 personas esperan obtener una ficha para recibir la atención de un especialista en enfermedades de la piel. Aquí, la palabra “paciente” es, sobre todo, un adjetivo. Pueden pasar hasta cuatro horas para recibir el servicio médico en un lugar improvisado con sábanas que también se transforman en puertas de consultorios, donde la intimidad del enfermo no existe.

Hacinamiento, falta de higiene y suspensión de servicios son los padecimientos que “sufre” el Centro Dermatológico Pascua, desde que el gobierno del Distrito Federal los reubicó para remodelar sus instalaciones.

Gran parte de los pacientes llega al Centro Dermatológico Pascua porque un vecino o familiar le dijo que era “bueno y barato”.

Y sí, este centro es reconocido a nivel nacional por ser de los mejores lugares en atención de enfermedades de la piel y una de las escuelas más grandes en Latinoamérica para especialidades dermatológicas.

Aquí se quita una verruga o se atienden padecimientos como dermatitis, herpes, infecciones, lepra o cáncer de piel. Sin embargo, desde hace nueve meses, la buena fama del centro sólo está en las palabras.

Mudanza obligada

En octubre de 2008, el gobierno del Distrito Federal ordenó el desalojo de las instalaciones que desde hace 35 años ocupaba el Centro Dermatológico Pascua.

El edificio ubicado en doctor Vértiz 464, en la colonia Buenos Aires, se desocupó en una semana, de acuerdo con testimonios de médicos y trabajadores.

Las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria Coyoacán, localizadas en calzada de Tlalpan 1133, en la colonia San Simón, se transformaron para recibir, a partir de noviembre de 2008, a pacientes y trabajadores del Centro Dermatológico Pascua.

En los austeros consultorios, los médicos no cuentan con un lavabo y, mucho menos, con agua que les permita lavarse las manos después de atender a un enfermo.

Sin especialidades

“Se nos dijo que sólo estaríamos temporalmente, que el edificio remodelado de Vértiz se entregaría en febrero de 2009. Pero, ya son nueve meses. Donde estamos actualmente no se puede trabajar. Se ofrece un mal servicio”, señala una trabajadora administrativa que pide el anonimato.

Otros médicos, que también prefieren reservar su nombre “por temor a represalias laborales”, enumeran las consecuencias de trabajar en un espacio no apto para tratar las enfermedades de los pacientes que llegan a pedir ayuda: están suspendidos los servicios de oftamología, odontología, laboratorio clínico, micología y rehabilitación. Además, sólo se hacen dos biopsias al día, cuando antes se realizaban, en promedio, 10.

A finales del pasado julio “se improvisó un lugar que funciona actualmente como quirófano, pero en realidad no lo es”.

Los expedientes de las personas que tienen lepra, cáncer de piel, enfermedades colágeno-vasculares, entre otros padecimientos que requieren de un seguimiento continuo, se encuentran almacenados en las oficinas de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, en la calle de Xocongo, en la colonia Tránsito.

En esas mismas oficinas están las cajas que resguardan el equipo de rehabilitación para los pacientes que sufren de lepra, algunos tipos de herpes o esclerodermia.

Antes de la mudanza, el Centro Dermatológico Pascua brindaba rehabilitación a cerca de 30 pacientes al día.

Se trataba de personas que, por la enfermedad que padecen, requieren este tratamiento para no perder la movilidad o sensibilidad en alguna parte del cuerpo. Pero ahora, el servicio está suspendido.

“Estuve durante cuatro horas esperando a ser atendida. Es muy incómodo, el lugar es demasiado pequeño”, señala la paciente Guadalupe Nava, al salir de las instalaciones de la Jurisdicción Sanitaria Coyoacán, que hoy es un centro médico.

Paula Soriano, quien padece psoriasis (enfermedad crónica que provoca lesiones en la piel) menciona que “el lugar está muy apretado; hay que llegar a las tres de la mañana por la ficha. La atención de los médicos es excelente, pero el lugar no ayuda”.

Olivia Leyva comenta: “El servicio médico es muy bueno, pero no entiendo cómo es posible que nos estén atendiendo uno encima del otro; no hay espacio suficiente. ¿Necesita pasar un accidente para que reubiquen el centro en un espacio digno?”.

Obras suspendidas

El Centro Dermatológico Pascua tiene 70 años de vida. De acuerdo con información disponible en su página de internet, su historia comenzó en 1937, como un dispensario antileproso que se fundó como parte integral de la Campaña Contra la Lepra en México.

En 1940, el centro comenzó su labor pedagógica al ser sede de la Escuela Mexicana de Leprología. En la actualidad, el “Pascua”, como se le conoce, es considerada la escuela en dermatología más grande de AL.

En octubre de 1976 el centro estrenó el edificio que, hasta ahora, se ubica en Doctor Vértiz 464, y el cual, desde entonces, ha resultado insuficiente para el número de pacientes que acuden al lugar.

De acuerdo con los datos de la misma Secretaría de Salud del DF, 600 pacientes se atendían al día en estas instalaciones. “Se planteó hacer la remodelación del edificio de Vértiz para ampliar los servicios que ofrece el centro”, explica en entrevista el doctor Francisco Ozuna, director Médico de los Servicios de Salud Pública del Distrito Federal.

El plan era entregar el edificio remodelado en febrero del 2009. Sin embargo, de acuerdo con el doctor Ozuna, la fecha se pospuso porque se encontraron desperfectos en el inmueble, sobre todo en las instalaciones eléctricas, “que no habían sido contempladas, por lo que el presupuesto se incrementó”.

Los 8 millones y medio que se tenían programados para la remodelación fueron insuficientes. “El presupuesto se incrementó a 12 millones”, señala el doctor Ozuna.

En la actualidad, pese a que a los trabajadores se les informó que el edificio de Vértiz estaría listo a finales de agosto, las obras de remodelación están detenidas.

“Estamos entrando a una segunda etapa (del proyecto de remodelación), se hará la licitación y la empresa ganadora tendrá que trabajar a marchas forzadas para entregar la obra el último día de noviembre”, asegura el doctor Ozuna.

El funcionario menciona que el Centro Dermatológico Pascua nunca ha estado relegado en la lista de prioridades de la Secretaría de Salud del Distrito Federal.

Médicos, enfermeras y trabajadores del Pascua opinan diferente a Ozuna. “El abandono al Pascua ha sido desde hace tiempo. Para nosotros fue una buena noticia la remodelación del edificio, porque era algo urgente, pero ahora, estamos peor, trabajando en condiciones muy deplorables”, lamenta uno de los doctores que prefiere el anonimato.

Antes de 2000, el Centro Dermatológico Pascua dependía de la Secretaría de Salud del gobierno federal. A partir de ese año se incorporó a los servicios de salud del gobierno del Distrito Federal.

Remodelación sin planeación

La doctora Angélica Beirana Palencia renunció al Centro Dermatológico Pascua el 1 de agosto pasado, después de laborar en el lugar durante 23 años. “Renuncié porque no estoy de acuerdo en que las cosas continúen tan mal”, explica la especialista.

Antes de tomar la decisión de renunciar, la doctora Beirana Palencia acudió a las oficinas del Secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued Ortega, para entregarle una carta donde explicaba las condiciones en que funciona el Centro Dermatológico Pascua. No fue recibida. “Ni siquiera pude dejar los papeles porque me dijeron que tenía que ir acompañada con una comisión, que yo sola no podía hacerlo”, recuerda.

Residentes damnificados

La doctora Beirana explica que el retraso en la entrega del edificio de Vertiz no sólo afecta a pacientes y personal del lugar, también está teniendo consecuencias sobre la labor de enseñanza que se realiza en el Pascua.

“Los médicos residentes en formación se quedaron con sus tesis truncadas, con protocolos de investigación sin concluir; por unos meses se les suspendió su sueldo y se disminuyó en 22%. Hay residentes extranjeros que no están recibiendo lo que se les prometió”. La doctora Beirana no oculta su enojo: “¿Si los pacientes del Centro Dermatológico Pascua tuvieran más recursos económicos los hubieran tratado igual?”.

En el Centro Dermatológico Pascua las consultas cuestan 23 pesos y están abiertas a la población en general. Ese es uno de los motivos por los que tiene una gran demanda.

De acuerdo con las estadísticas del propio centro, 63% de sus pacientes son del Distrito Federal, 22% del estado de México y el resto de otros estados del país.

“Estamos haciendo nuestra labor lo mejor que podemos, que hay deficiencias, sí las hay, no la podemos ocultar”, explica el director del Centro Dermatológico Pascua, el doctor Fermín Jurado, quien asegura que ha “presionado a las autoridades para que entreguen en tiempo y forma”.

Sin embargo, acepta que el personal del centro “está en condiciones para trabajar, quizá no aptas, no como debería de ser” y también reconoce que el Centro Dermatológico Pascua trabaja a 60% de su capacidad, ya que en el edificio de Vertiz se atendía a 600 pacientes diarios y ahora son 350.

Sobre la situación de los médicos residentes, acepta que aquellos que cursan el último año de su especialidad “han sido los más afectados”. En el centro, dice, sólo hay 10% de los residentes, el resto se envío a otros hospitales para continuar con su formación. Además, asegura que sólo se han detenido cuatro de las 11 investigaciones que estaban en curso.

El doctor Fermín Jurado asegura que los pacientes que requieren de un seguimiento especial por su enfermedad “se canalizan a otras instituciones”.

La remodelación, señala el doctor Jurado, tendrá beneficios tanto para el personal médico como para pacientes, porque “se tendrá 11 consultorios más (para en total tener 23), se adaptarán espacios para personas discapacitadas y será el único en la ciudad de México que contará con un laboratorio de investigación en inmunodermatología”.

La dermatóloga Angélica Beirana acepta que “se necesitaba una remodelación para un edificio tan viejo e insuficiente en espacio”, pero señala que en ese proyecto “no se planeó cómo se atendería a los pacientes y cómo trabajarían los médicos”.

No todos están inconformes con las condiciones que se viven en las oficinas que se improvisaron para recibir a los pacientes del Centro Dermatológico Pascua.

Quien más celebra esta acción es el hombre que en la banqueta de calzada de Tlalpan instaló un nuevo negocio: rentar por 10 pesos, una silla de plástico a los pacientes del “hospital” que deseen hacer más ligera la espera para conseguir una consulta.



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