El Pascua, en terapia intensiva

DETALLE. El Centro Dermatológico sufre de, entre otras cosas, hacinamiento. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
claudia.gomezd@eluniversal.com.mx
Aún no amanece y más de 300 personas esperan obtener una ficha para
recibir la atención de un especialista en enfermedades de la piel.
Aquí, la palabra “paciente” es, sobre todo, un adjetivo. Pueden pasar
hasta cuatro horas para recibir el servicio médico en un lugar
improvisado con sábanas que también se transforman en puertas de
consultorios, donde la intimidad del enfermo no existe.
Hacinamiento, falta de higiene y suspensión de servicios son los
padecimientos que “sufre” el Centro Dermatológico Pascua, desde que el
gobierno del Distrito Federal los reubicó para remodelar sus
instalaciones.
Gran parte de los pacientes llega al Centro Dermatológico Pascua porque un vecino o familiar le dijo que era “bueno y barato”.
Y sí, este centro es reconocido a nivel nacional por ser de los
mejores lugares en atención de enfermedades de la piel y una de las
escuelas más grandes en Latinoamérica para especialidades
dermatológicas.
Aquí se quita una verruga o se atienden padecimientos como
dermatitis, herpes, infecciones, lepra o cáncer de piel. Sin embargo,
desde hace nueve meses, la buena fama del centro sólo está en las
palabras.
Mudanza obligada
En octubre de 2008, el gobierno del Distrito Federal ordenó el
desalojo de las instalaciones que desde hace 35 años ocupaba el Centro
Dermatológico Pascua.
El edificio ubicado en doctor Vértiz 464, en la colonia Buenos
Aires, se desocupó en una semana, de acuerdo con testimonios de médicos
y trabajadores.
Las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria Coyoacán, localizadas en
calzada de Tlalpan 1133, en la colonia San Simón, se transformaron para
recibir, a partir de noviembre de 2008, a pacientes y trabajadores del
Centro Dermatológico Pascua.
En los austeros consultorios, los médicos no cuentan con un lavabo
y, mucho menos, con agua que les permita lavarse las manos después de
atender a un enfermo.
Sin especialidades
“Se nos dijo que sólo estaríamos temporalmente, que el edificio
remodelado de Vértiz se entregaría en febrero de 2009. Pero, ya son
nueve meses. Donde estamos actualmente no se puede trabajar. Se ofrece
un mal servicio”, señala una trabajadora administrativa que pide el
anonimato.
Otros médicos, que también prefieren reservar su nombre “por temor a
represalias laborales”, enumeran las consecuencias de trabajar en un
espacio no apto para tratar las enfermedades de los pacientes que
llegan a pedir ayuda: están suspendidos los servicios de oftamología,
odontología, laboratorio clínico, micología y rehabilitación. Además,
sólo se hacen dos biopsias al día, cuando antes se realizaban, en
promedio, 10.
A finales del pasado julio “se improvisó un lugar que funciona actualmente como quirófano, pero en realidad no lo es”.
Los expedientes de las personas que tienen lepra, cáncer de piel,
enfermedades colágeno-vasculares, entre otros padecimientos que
requieren de un seguimiento continuo, se encuentran almacenados en las
oficinas de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, en la calle de
Xocongo, en la colonia Tránsito.
En esas mismas oficinas están las cajas que resguardan el equipo de
rehabilitación para los pacientes que sufren de lepra, algunos tipos de
herpes o esclerodermia.
Antes de la mudanza, el Centro Dermatológico Pascua brindaba rehabilitación a cerca de 30 pacientes al día.
Se trataba de personas que, por la enfermedad que padecen, requieren
este tratamiento para no perder la movilidad o sensibilidad en alguna
parte del cuerpo. Pero ahora, el servicio está suspendido.
“Estuve durante cuatro horas esperando a ser atendida. Es muy
incómodo, el lugar es demasiado pequeño”, señala la paciente Guadalupe
Nava, al salir de las instalaciones de la Jurisdicción Sanitaria
Coyoacán, que hoy es un centro médico.
Paula Soriano, quien padece psoriasis (enfermedad crónica que
provoca lesiones en la piel) menciona que “el lugar está muy apretado;
hay que llegar a las tres de la mañana por la ficha. La atención de los
médicos es excelente, pero el lugar no ayuda”.
Olivia Leyva comenta: “El servicio médico es muy bueno, pero no
entiendo cómo es posible que nos estén atendiendo uno encima del otro;
no hay espacio suficiente. ¿Necesita pasar un accidente para que
reubiquen el centro en un espacio digno?”.
Obras suspendidas
El Centro Dermatológico Pascua tiene 70 años de vida. De acuerdo con
información disponible en su página de internet, su historia comenzó en
1937, como un dispensario antileproso que se fundó como parte integral
de la Campaña Contra la Lepra en México.
En 1940, el centro comenzó su labor pedagógica al ser sede de la
Escuela Mexicana de Leprología. En la actualidad, el “Pascua”, como se
le conoce, es considerada la escuela en dermatología más grande de AL.
En octubre de 1976 el centro estrenó el edificio que, hasta ahora,
se ubica en Doctor Vértiz 464, y el cual, desde entonces, ha resultado
insuficiente para el número de pacientes que acuden al lugar.
De acuerdo con los datos de la misma Secretaría de Salud del DF, 600
pacientes se atendían al día en estas instalaciones. “Se planteó hacer
la remodelación del edificio de Vértiz para ampliar los servicios que
ofrece el centro”, explica en entrevista el doctor Francisco Ozuna,
director Médico de los Servicios de Salud Pública del Distrito Federal.
El plan era entregar el edificio remodelado en febrero del 2009. Sin
embargo, de acuerdo con el doctor Ozuna, la fecha se pospuso porque se
encontraron desperfectos en el inmueble, sobre todo en las
instalaciones eléctricas, “que no habían sido contempladas, por lo que
el presupuesto se incrementó”.
Los 8 millones y medio que se tenían programados para la
remodelación fueron insuficientes. “El presupuesto se incrementó a 12
millones”, señala el doctor Ozuna.
En la actualidad, pese a que a los trabajadores se les informó que
el edificio de Vértiz estaría listo a finales de agosto, las obras de
remodelación están detenidas.
“Estamos entrando a una segunda etapa (del proyecto de
remodelación), se hará la licitación y la empresa ganadora tendrá que
trabajar a marchas forzadas para entregar la obra el último día de
noviembre”, asegura el doctor Ozuna.
El funcionario menciona que el Centro Dermatológico Pascua nunca ha
estado relegado en la lista de prioridades de la Secretaría de Salud
del Distrito Federal.
Médicos, enfermeras y trabajadores del Pascua opinan diferente a
Ozuna. “El abandono al Pascua ha sido desde hace tiempo. Para nosotros
fue una buena noticia la remodelación del edificio, porque era algo
urgente, pero ahora, estamos peor, trabajando en condiciones muy
deplorables”, lamenta uno de los doctores que prefiere el anonimato.
Antes de 2000, el Centro Dermatológico Pascua dependía de la
Secretaría de Salud del gobierno federal. A partir de ese año se
incorporó a los servicios de salud del gobierno del Distrito Federal.
Remodelación sin planeación
La doctora Angélica Beirana Palencia renunció al Centro
Dermatológico Pascua el 1 de agosto pasado, después de laborar en el
lugar durante 23 años. “Renuncié porque no estoy de acuerdo en que las
cosas continúen tan mal”, explica la especialista.
Antes de tomar la decisión de renunciar, la doctora Beirana Palencia
acudió a las oficinas del Secretario de Salud del Distrito Federal,
Armando Ahued Ortega, para entregarle una carta donde explicaba las
condiciones en que funciona el Centro Dermatológico Pascua. No fue
recibida. “Ni siquiera pude dejar los papeles porque me dijeron que
tenía que ir acompañada con una comisión, que yo sola no podía
hacerlo”, recuerda.
Residentes damnificados
La doctora Beirana explica que el retraso en la entrega del edificio
de Vertiz no sólo afecta a pacientes y personal del lugar, también está
teniendo consecuencias sobre la labor de enseñanza que se realiza en el
Pascua.
“Los médicos residentes en formación se quedaron con sus tesis
truncadas, con protocolos de investigación sin concluir; por unos meses
se les suspendió su sueldo y se disminuyó en 22%. Hay residentes
extranjeros que no están recibiendo lo que se les prometió”. La doctora
Beirana no oculta su enojo: “¿Si los pacientes del Centro Dermatológico
Pascua tuvieran más recursos económicos los hubieran tratado igual?”.
En el Centro Dermatológico Pascua las consultas cuestan 23 pesos y
están abiertas a la población en general. Ese es uno de los motivos por
los que tiene una gran demanda.
De acuerdo con las estadísticas del propio centro, 63% de sus
pacientes son del Distrito Federal, 22% del estado de México y el resto
de otros estados del país.
“Estamos haciendo nuestra labor lo mejor que podemos, que hay
deficiencias, sí las hay, no la podemos ocultar”, explica el director
del Centro Dermatológico Pascua, el doctor Fermín Jurado, quien asegura
que ha “presionado a las autoridades para que entreguen en tiempo y
forma”.
Sin embargo, acepta que el personal del centro “está en condiciones
para trabajar, quizá no aptas, no como debería de ser” y también
reconoce que el Centro Dermatológico Pascua trabaja a 60% de su
capacidad, ya que en el edificio de Vertiz se atendía a 600 pacientes
diarios y ahora son 350.
Sobre la situación de los médicos residentes, acepta que aquellos
que cursan el último año de su especialidad “han sido los más
afectados”. En el centro, dice, sólo hay 10% de los residentes, el
resto se envío a otros hospitales para continuar con su formación.
Además, asegura que sólo se han detenido cuatro de las 11
investigaciones que estaban en curso.
El doctor Fermín Jurado asegura que los pacientes que requieren de
un seguimiento especial por su enfermedad “se canalizan a otras
instituciones”.
La remodelación, señala el doctor Jurado, tendrá beneficios tanto
para el personal médico como para pacientes, porque “se tendrá 11
consultorios más (para en total tener 23), se adaptarán espacios para
personas discapacitadas y será el único en la ciudad de México que
contará con un laboratorio de investigación en inmunodermatología”.
La dermatóloga Angélica Beirana acepta que “se necesitaba una
remodelación para un edificio tan viejo e insuficiente en espacio”,
pero señala que en ese proyecto “no se planeó cómo se atendería a los
pacientes y cómo trabajarían los médicos”.
No todos están inconformes con las condiciones que se viven en las
oficinas que se improvisaron para recibir a los pacientes del Centro
Dermatológico Pascua.
Quien más celebra esta acción es el hombre que en la banqueta de
calzada de Tlalpan instaló un nuevo negocio: rentar por 10 pesos, una
silla de plástico a los pacientes del “hospital” que deseen hacer más
ligera la espera para conseguir una consulta.





