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El Vaticano ordenó ayer una “visita apostólica” a los Legionarios de Cristo para revisar el estado en que se encuentra la congregación religiosa.

Los investigadores Jorge Traslosheros y Elio Masferrer explicaron que la disposición es un “instrumento duro” que la Santa Sede aplica cuando pretende “limpiar o purificar” ciertos actos.

Previeron una larga indagatoria y no descartaron que dentro de la depuración haya expulsados.

La orden religiosa, que posee una importante influencia en los medios empresarial, político y educativo, ha estado en el centro de la polémica en los últimos años luego de que se conoció que su fundador, el padre Marcial Maciel, estuvo vinculado en abusos sexuales a seminaristas y que procreó una hija.

Por esa razón, en mayo de 2006 el papa Benedicto XVI llamó a Maciel a retirarse del sacerdocio y de todo ministerio público.

Masferrer consideró que la visita apostólica a una de las órdenes religiosas que aporta amplios recursos a el Vaticano es una llamada al orden del Papa, en medio de una crisis de credibilidad de la Iglesia católica.

“Si fue ordenada esta visita, es porque el Vaticano tiene información de que algo no está funcionando como debiera”, mencionó Traslosheros, quien recordó que Benedicto XVI, cuando era el cardenal Joseph Ratzinger y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya había investigado las acusaciones contra Maciel.

Ambos especialistas destacaron que el anuncio se haya dado en el periodo de la Cuaresma, que para el catolicismo representa un periodo de revisión, arrepentimiento y reconciliación.

A través de su director general, Álvaro Corcuera, la Legión de Cristo hizo pública la investigación instrumentada desde el Vaticano.