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Autoridades e IP, tras el éxito ‘tuzo’, admiten

José Ángel Parra y Jorge Guzmán Torres| El Universal
Lunes 29 de octubre de 2007
Autoridades e IP, tras el xito tuzo, admiten

Andrés Fassi y Jesús Martínez hicieron del club de futbol Pachuca su obra maestra. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL )

El Club Pachuca se ha convertido en la obra maestra de Jesús Martínez y Andrés Fassi, quienes relatan la historia del equipo pentacampeón de liga, dos veces campeón de Concacaf, poseedor de la Copa Sudamericana y de la Superliga 2007

jose.parra@eluniversal.com.mx

jorge.guzman@eluniversal.com.mx

Pentacampeón de Liga, dos veces campeón de Concacaf, poseedor de la más reciente Copa Sudamericana y flamante propietario de la Superliga 2007 o trofeo del millón de dólares, Pachuca se ha convertido en la obra maestra de Jesús Martínez y Andrés Fassi.

Dios los hace —propone el adagio— y el futbol los junta. El refrán aplica en los hermanados socios Tuzos, Martínez y Fassi, iconos del florecimiento hidalguense en el entorno internacional y quienes relatan la fantástica historia del Pachuca, libre de obstáculos y complicaciones.

Fassi viste con un pulcro porte ejecutivo: saco negro e impecable camisa blanca, sin corbata.

El argentino luce la etiqueta de cerebro, aunque él prefiere compartir el crédito con su socio, Jesús Martínez, “un hermano que la vida me puso en el camino”, dijo Andrés.

Por eso “yo pienso que no es trascendental de quién es la idea”, expresó el oriundo de Córdoba, Argentina.

Sin embargo, él fue quien convenció con su desenfrenado entusiasmo. Basta con echar a andar la imaginación para que cada sueño se concrete, gracias al generoso respaldo de gobernadores y amigos influyentes, capaces de abrir puertas con una simple recomendación.

Inseparables a partir de que el entonces preparador físico del Necaxa aceptó una invitación de Jesús a comer —quien era fanático de ese equipo en el Estadio Azteca—, ambos se abrieron camino a partir del lanzamiento de un material videográfico para el desarrollo de ejercicios.

Antes de eso, Martínez Patiño privilegiaba sus esfuerzos en el desarrollo de una empresa llantera.

Cuando Roberto Saporiti salió del Necaxa, Andrés se quedó sin trabajo. “Entonces yo lo recomendé mucho con el gobernador (Jesús Murillo Karam) para que se hiciera cargo de la dirección deportiva del Pachuca”, relató Martínez.

Limitado a una oficina, una secretaria, un guacal y un teléfono, Fassi arribó a la Bella Airosa.

“El gobernador me dijo: ‘Mira, yo quiero que no sólo en nuestro equipo haya Primera División; me interesa mucho todo el aspecto social y de integración a través del futbol”.

En 1994, a la par del impulso a las divisiones inferiores, en el plano social se involucró a los futbolistas.

“Íbamos a visitar presos, o a los hospitales de niños o de la tercera edad. Quería crear un sentido de pertenencia del equipo con la gente y empezamos a lograrlo, pero ¿qué pasa en ese año? El Pachuca pierde la final con Celaya y se queda en Segunda. Entonces llega el gobierno y me dice: ‘se acabó el proyecto’”.

En medio de esa crisis, Fassi recurrió a su amigo. “Entonces ahí viene Jesús, con Pedrito Cedillo y Eduardo Zabalegui creamos una sociedad entre los cuatro; Jesús como socio mayoritario, y empezamos el proyecto de Pachuca, pero ya como iniciativa privada”.

Relató Martínez el mismo pasaje, a su modo: “Me habla el gobernador y me dice que va a vender al equipo. Y me habla Andrés, porque ya le habían dado las gracias. Se deshacía el proyecto de Pachuca, lo iban a vender a unos empresarios de México”.

Ahí fue donde “le dije al gobernador, quien me lo ofreció y todo, que yo le iba a entrar, y que íbamos a hacer un equipo en lo social y académico, íbamos a hacer un equipo grande”.

Se constituyó, entonces, Promotora del Club Pachuca SA de CV En 1995 el gobierno del estado cede la franquicia y el plantel para obtener 20% de las acciones de la Promotora. Dos años más tarde, el gobierno deja la sociedad, debido a que conforme a la legislación local no es posible constituirse en sociedad anónima.

Aunque sus detractores señalaron las facilidades concedidas a Martínez y compañía, el propio Jesús descubrió un camino más pedregoso. “El principal obstáculo fue el económico; imagínate, ir a tocar puertas para que te den patrocinio para Primera A, eso era dificilísimo. Afortunadamente me encontré amigos, que son grandes empresarios de México; uno de ellos, Ricardo Salinas, de TV Azteca; otro, Ángel Losada, de Gigante; y Billy Álvarez, de Cruz Azul”.

Ese respaldo, más el apoyo que le daban las llanteras y los Dominos Pizza, sirvió “para picar piedra y a meterle dinero y a cuidarlo”.

Otro ingrediente se debió a sus aptitudes. “De mis pocas cualidades que tengo es que soy muy organizado, muy administrado; soy muy perro, esa es la palabra”.

El significativo incremento de la franquicia simplemente “no tiene precio”, explicó Martínez, “porque para mí Pachuca es mi vida”.

Alguien, por ahí, le decía:

—Oiga presi, ¿y si le ofrecen a cambio el América?

—No lo cambio —respondí.

Por eso el empresario guarda celosamente el valor de la franquicia, no así sus otros negocios, como por ejemplo el Tuzo hotel.

“Invertí 10 ó 12 millones de dólares; ahora vale entre 15 ó 20, porque tiene una ocupación récord de casi 60%”, cuando la actividad hotelera en la región es de 28 y 30%.

En un principio, recordó, los competidores lo veían como rival. Con el impulso generado en la zona, también se han visto beneficiados. No sólo ellos. Antes, señalan los comerciantes de Pachuca, en otras regiones eran pocos los que ubicaban a la capital hidalguense.

Hoy, gracias al futbol, “en Sudamérica es el equipo más popular de México, pueden hacer encuestas”, si no le creen.



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