Auge del narcotráfico en Coahuila: Interpol
Existen visiones distintas acerca de Coahuila, entidad cuyas ciudades limítrofes con Estados Unidos se han convertido en una supercarretera de las drogas desde hace cinco años. Para el procurador Jorge Madrazo, las 25 muertes violentas en los últimos tres meses en el estado (la más reciente e importante fue la del legendario ?Chito? Cano, ajusticiado por un ?socio? en su restaurante) obedecen a ?un ajuste de cuentas violento? entre bandas por el control del paso de cocaína y heroína. En cambio, para el subprocurador de Procedimientos Penales ?C? de la PGR, Ismael Eslava responsable de 11 estados, entre ellos Coahuila, los ajustes de cuentas y el tráfico de todo tipo de drogas en el estado y la frontera no ameritan que se ubique a Coahuila como ?foco rojo en materia de narcotráfico?, según declaró hace un par de meses a un diario. El informe de 1999 de Interpol acerca del tráfico de cocaína en el mundo establece, en el apartado sobre México, que cuatro de las 12 rutas de tráfico de cocaína detectadas en Sudamérica desde las costas del Pacífico se dirigen en tierra hacia el norte del país y pasan por Coahuila. La DEA y el FBI han identificado a la entidad, desde 1997, como uno de los eslabones usados por cárteles como los de Valencia o Amezcua Contreras para mover metanfetaminas y drogas sintéticas a Norteamérica. Pero Ismael Eslava insistió hace unos meses en que el mayor problema está, si acaso, en San Pedro de las Colonias. Uno de los personajes que desde los años 70 se enraizaron en la comarca lagunera fue ?Chito? Cano, hombre al servicio de poderosos grupos políticos ligados en algún momento al PRI. La relación entre Cano y grupos delictivos creció a igual que sus nexos con bandas de delincuentes dedicadas a hacer trabajos sucios. Torreón, Piedras Negras y Acuña son los dominios de Los Cotorrones y de lo que queda de la familia Aguilar, cuyos cabecillas fueron ajusticiados hace dos años por un comando paramilitar. La acción se efectuó como respuesta al asesinato de dos agentes judiciales que investigaban las actividades del ?minicártel? encabezado por Los Aguilar. El comando estaba integrado por 14 elementos. En cuanto a Los Cotorrones, este grupo fue ?reclutado? por la gente de ?Chito? Cano, legendario personaje de Coahuila ligado a secuestradores, ladrones de autos y narcotraficantes. Una de las posibles víctimas de Cano fue el periodista Cuauhtémoc Ornelas, desaparecido el 4 de octubre de 1995. Ornelas cometió la osadía de investigar de cerca las actividades y nexos de ?Chito? Cano con otros grupos delictivos, su forma de vida, pero sobre todo sus redes de protección ?oficial?. Los datos recabados por Ornelas y la historia negra sobre Cano fueron suficientes para que la animadversión de ?Chito? lo marcara, según relatan fuentes de la Comarca Lagunera. Investigaciones judiciales señalan que con ?Chito? Cano trabajaron en algún momento personajes del mundo de la farándula. Su fama le valió un respeto en la región de La Laguna, a tal grado que diversos compositores plasmaron su leyenda en al menos 15 corridos que relataban sus amores y la manera en que escapó de muertes seguras. El otro lado de la historia sobre este personaje habla de una relación con encumbrados políticos, quienes protegieron sus actividades hasta hace un par de meses. Versiones surgidas en Coahuila indican que la protección se le acabó a ?Chito? Cano cuando el ex alcalde de Torreón, el priísta Carlos Herrera, habría decidido tomar el control absoluto de la ?plaza? de Piedras Negras, punto vital para el paso de droga hacia territorio estadounidense. Otra versión ubica al pistolero Claro Burciaga experto tirador al servicio de Herrera como el autor intelectual del asesinato de Cano en su restaurante Las Brasas, en Torreón. A ese lugar llegaron, a finales de mayo, al menos cuatro sujetos que preguntaron por Cano, a quien querían saludar. Lo encontraron en la cocina del restaurante, con los empleados. En forma amable se acercaron a él para luego vaciarle sus armas automáticas. Las investigaciones se desarrollan en Piedras Negras, Acuña y Torreón. El trabajo de la FEADS se ha traducido en más de 300 operativos en lugares públicos y escuelas de Coahuila en las que las bandas comienzan a tener un mercado fácil. Sin embargo, en una entrevista hecha hace dos meses por un diario nacional, Ismael Eslava restó importancia a la actividad de narcotráfico en Coahuila, en donde la PGR contaba con una fuerza de 34 fiscales federales, apoyados por 55 policías judiciales. A ese grupo se suman eventualmente cerca de 30 agentes, dedicados a indagar la operatividad del llamado ?cartel de Torreón?, lugar por el que atraviesan al menos tres de las 12 rutas de cocaína detectadas por Interpol en 1999. Más información en Nación.
La metamorfosis
A principios de los 80, Coahuila era una tierra ?blanca?, ajena a los problemas relacionados con el narco. Los últimos años de esa década abrieron las puertas para la actividad de los cárteles de Juárez, Tijuana y de otras organizaciones menores que dejaron de cobrar en efectivo al trasiego de cocaína y metanfetaminas hacia el sur de Estados Unidos.
Los Cotorrones y Los Aguilar
En Coahuila, la huella del narco es clara y fuerte en determinadas regiones, donde bandas como la de Los Cotorrones o la de Los Aguilar imponen su ley a sangre y fuego, con su ?sello? particular.
?Chito? Cano, el rey ha muerto
Los Cotorrones son una de las dos o tres bandas encargadas de hacer el trabajo sucio con el que el ?Chito? Cano limpiaba el terreno de competidores, soplones, policías y reporteros incómodos.
Presencia de la FEADS
Fuentes judiciales señalaron que desde hace tres meses un grupo de agentes de la fiscalía antidrogas de la PGR realiza labores de inteligencia operativa en La Laguna, a fin de obtener la mayor cantidad de datos posibles sobre las operaciones y enlaces de la gente que comandaba ?Chito? Cano.





