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Benedicto XVI rechaza el ´Evangelio de Judas´

El Universal
Viernes 14 de abril de 2006
Asegura el Pontífice que el apóstol fue un traidor que amaba el dinero

CIUDAD DEL VATICANO (EFE/Reuters).- Judas Iscariote representa al "hombre inmundo" para quien el dinero, el poder y el éxito son más importantes que el amor y no duda en vender a Jesús, afirmó ayer Benedicto XVI en unas palabras con las que de modo indirecto desautoriza el recientemente divulgado Evangelio de Judas.

Según los traductores de ese códice, presentado la semana pasada, Judas no fue un traidor que vendió a Cristo por 30 monedas, sino que cumplió una misión concreta, pedida por el mismo Jesús: entregarlo para que fuera sacrificado "y su esencia divina escapara de la prisión del cuerpo y se elevara al espacio celestial".

Benedicto XVI afirmó ayer, durante la Misa de la Última Cena en la basílica de San Juan de Letrán, que la traición de Judas fue totalmente libre, un rechazo total al amor de Dios.

"¿Qué es lo que hace al hombre inmundo? El rechazo del amor, el no querer ser amado y el no amar. En Judas vemos la naturaleza de ese rechazo con más claridad. Él valoró a Jesús según las categorías del poder y del éxito", dijo el pontífice.

Joseph Ratzinger agregó que Judas tenía avidez de dinero: "El dinero para él era más importante que la unión con Jesús, más importante que Dios y que su amor".

Judas, según el Papa, se convirtió en un "mentiroso, uno que juega a dos cartas y rompe con la verdad".

"De ese modo se endureció y fue incapaz de la conversión, del confiado regreso del hijo pródigo, y tiró su vida destruida", destacó el pontífice, cuyas declaraciones se producen días después de que el Evangelio de Judas, un conjunto de papiros encontrados en Egipto en 1978, fuera presentado el pasado 6 de abril por la asociación estadounidense National Geographic, que dijo que el texto fue escrito en torno del siglo III, obra de la secta gnóstica de los cainitas.

El Vaticano no se ha pronunciado oficialmente sobre este texto que revisa la figura de Judas Iscariote.

Tanto teólogos católicos como representantes del Patriarcado Ortodoxo de Moscú han manifestado que las revelaciones del Evangelio de Judas no son importantes ni cambian la doctrina cristiana.

Tradicional lavapiés

En la ceremonia de ayer, el Papa le lavó ayer humildemente los pies a 12 personas, reproduciendo un episodio de la Última Cena, y dijo que ese acto de Jesús representaba una limpieza de las "impurezas" de la humanidad.

Mientras un coro entonaba un himno en la basílica de San Juan de Letrán en Roma, Benedicto dejó caer agua sobre los pies de 12 hombres y luego los secó.

Benedicto XVI también realizó una misa para rendir tributo a un sacerdote italiano muerto hace dos meses en Turquía.

El pontífice de 78 años llevó a cabo una solemne ceremonia en la basílica de San Pedro, a la que asistieron miles de peregrinos para conmemorar el Jueves Santo.

"Los males del mundo deben ser acarreados y su dolor debe ser compartido", dijo el Papa en la sección de la homilía en que citó directamente al padre Andrea Santoro.

Santoro fue baleado en su iglesia de Trabzon, Turquía, el 5 de febrero. Un joven de 16 años fue acusado del homicidio, que medios locales atribuyen fue inspirado por las protestas contra las caricaturas danesas del profeta Mahoma, consideradas ofensivas por el mundo islámico.

El pontífice, que se espera visite Turquía en noviembre, ha dicho que espera que esta muerte pueda contribuir al diálogo entre religiones.

Semana Santa ´roja´

En Centroamérica, la Semana Santa se ha teñido de rojo, con la muerte de 160 personas en sucesos relacionados con el consumo de alcohol, accidentes de tráfico y el uso de armas.

El Salvador encabeza las estadísticas de la violencia en la región, con 95 personas muertas.

En Guatemala murieron 27 personas, 25 en Honduras, 11 en Costa Rica y ocho en Nicaragua. La Semana Mayor ha dejado, además, 554 personas heridas en la región.

En Colombia, unas 6 mil personas asistieron a las celebraciones de la Última Cena y el lavatorio de los pies en el santuario colonial del cerro bogotano de Monserrate, mientras que en Bolivia se efectuó una peregrinación masiva al santuario de la Virgen de Copacabana.

Mientras, en la región española de Aragón, el sonido de cientos de bombos y tambores rompió el silencio de la noche, en un rito conocido como "romper la hora", que data del siglo XVI y que comenzó como una muestra de dolor por la muerte de Jesucristo. En el sur español, numerosas procesiones salieron a medianoche y fueron contempladas por decenas de miles de personas.



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