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Murió ayer el ex banquero Manuel Espinosa Yglesias

Mario Torres y Pablo Arana/Reportero y corresponsal| El Universal
Viernes 09 de junio de 2000
Fue propietario de Bancomer de 1955 a 1982; la reprivatización salinista de la banca frustró su intento de recuperar la institución

Manuel Espinosa Yglesias, considerado uno de los empresarios más influyentes de la historia reciente mexicana, falleció ayer por la mañana a la edad de 91 años de un paro cardiaco en su residencia, la Quinta Guadalupe, en la colonia Tlacopac.

El cuerpo de quien en vida creó las fundaciones Mary Street Jenkins y Amparo, y se constituyó como el principal benefactor del estado de Puebla, fue cremado en una ceremonia a la que sólo tuvieron acceso los familiares más cercanos.

Los restos del filántropo serán depositados el 16 de junio en una urna de la iglesia de Nuestra Señora Emperatriz de América, en el DF.

A don Manuel Espinosa le sobreviven sus hijas Ángeles, Amparo y Guadalupe Espinosa Rugarcía.

El ex banquero, nacido en 1909 en la ciudad de Puebla, había abandonado el hospital ABC apenas el fin de semana, tras mostrar signos de recuperación durante su permanencia en el nosocomio.

Desde hace tres meses, por lo menos, la vida del fundador de Bancomer y benefactor de las universidades Autónoma de Puebla y De las Américas, dependió de un tanque de oxígeno que le era suministrado de manera permanente.

De hecho, las complicaciones de su estado de salud provocaron que la presentación de su libro ?Bancomer, logro y destrucción de un ideal?, prevista para el pasado martes, se cancelara hasta nuevo aviso.

En 1999, con motivo de su 90 aniversario, Manuel Espinosa fue objeto de numerosos homenajes y reconocimientos de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como de la UDLA-Puebla. En su honor, la Avenida 31 Oriente-Poniente y el nuevo centro escolar que se construye al oriente de la ciudad, llevan su nombre.

El deceso del dos veces presidente de la Asociación de Banqueros de México y miembro del Club de Hombres de Negocios fue lamentado ayer por numerosas instituciones públicas, empresariales, sociales y educativas, muchas de las cuales recibieron los apoyos del filántropo.

Ayer durante todo el día acudieron a la calle Las Flores 50, amigos y parientes que llegaron a dar el pésame a la familia del ex banquero.

En la entrada principal, elementos de seguridad estuvieron al pendiente del ingreso de los vehículos, en su mayoría último modelo y de lujo, que ingresaban a la Quinta Guadalupe.

La casa, totalmente bardeada con piedra, permaneció cerrada a los medios de comunicación, y sólo se facilitó el acceso a los visitantes. Éstos ingresaban con todo y vehículos a la residencia y ya en el interior eran recibidos por los hijos del señor Espinosa Yglesias.

Decenas de arreglos florales, en su mayoría de color blanco, llegaron hasta la puerta de la residencia y de manera rápida eran recibidas por los vigilantes, quienes tampoco permitían que los mensajeros entraran hasta la casa principal.

Dueño y presidente de Bancomer entre 1961 y 1982, año en el que el ex presidente José López Portillo nacionalizó la banca, Espinosa Yglesias relató en su obra póstuma diversas irregularidades que rodearon al proceso de nacionalización de la banca y su posterior privatización.

Hijo de Ernesto Espinosa y Guadalupe Yglesias, se autoconsideró el hombre más rico del país antes de la estatización bancaria. Años después, lamentaría que ?en el siglo XX nadie perdió tanto dinero? como él, luego de que le fuera ?arrebatado? Bancomer.

En 1991, durante el proceso de privatización bancaria puesto en marcha por el entonces mandatario Carlos Salinas de Gortari, Espinosa Yglesias participó en la subasta de Bancomer, pero su oferta quedó en tercer lugar, detrás de la de Operadora de Bolsa y de la oferta ganadora de Valores Monterrey, encabezada en ese entonces por Eugenio Garza Lagüera y Ricardo Guajardo Touché.



La influencia Jenkins

La historia sobre su fortuna siempre estuvo ligada a William O. Jenkins, quien falleció en 1973 y le dejó el manejo de la Fundación Mary Street Jenkins, las más importantes del país.

Su primera alianza empresarial la hizo con William Jenkins, quien lo nombró gerente de la Compañía Operadora de Teatros.

Según relata Teresa Bonilla Fernández en su tesis ?Bases históricas para una biografía de William Jenkins (1878-1963) y para la definición de su rol en la formación del poder actual en Puebla?, en 1941 se habría apoderado del cine Guerrero, entonces propiedad de Jesús Cienfuegos, en cuyo asesinato se le involucró.

En 1946, señala la académica de la UAP, compró a William Jenkins el ingenio de Atencingo, al frente del que estuvo como gerente.

Ocho años más tarde, Jenkins transfiere su fortuna y las acciones de los cines a la Fundación Mary Street Jenkins, dedicada a obras de beneficencia y en cuyo patronato incluye a Manuel Espinosa y a su nieto William Jenkins Anstead.

En junio de 1973, la Fundación pasó a manos del ex banquero y su nieto quedó como vicepresidente; sin embargo, este último fue expulsado del organismo en 1994, lo que contrajo conflictos legales entre ambos, no resueltos hasta la fecha.

Su incursión en el sistema bancario se dio en 1949, cuando fue nombrado suplente del Consejo de Administración del Banco de Comercio. Su ascenso transcurrió entre 1951 y 1962, cuando transformó esa institución en Bancomer. Fue en dos ocasiones presidente de la Asociación Mexicana de Banqueros.

En 1980, la revista Town & Country lo calificó como el hombre más rico y el mayor filántropo de México. Tras 20 años de silencio, Manuel Espinosa reabrió el tema de la estatización bancaria, en el libro denominado ?Bancomer, logro y destrucción de un ideal?.

Hombre polémico, Espinosa Yglesias recibió múltiples reconocimientos de presidentes e instituciones educativas: se le otorgaron diversos reconocimientos, como el diploma de honor como miembro distinguido de la Asociación del Colegio Militar; obtuvo la Orden de San Gregorio Magno; se le confirió el grado de Doctor Honoris Causa de las universidades de las Américas Puebla, Anáhuac y Autónoma de Guadalajara; además recibió la medalla Melchor Ocampo, de la UAP. (Con información de Blanca Galindo y Pilar Rojas, corresponsales)



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