Un mexicano a la Luna
Los Ángeles, Cal.- Hace apenas tres semanas, José Hernández era un ingeniero mexicano-estadounidense más que soñaba con viajar a la Luna y Marte. Hoy, este hijo de emigrantes michoacanos, padre orgulloso de cinco hijos, forma parte de la última generación de exploradores de la NASA que viajarán y cumplirán misiones de larga estancia para hacer realidad los viejos sueños de la conquista espacial. A través de la línea de teléfono que nos comunica con el centro espacial de la NASA en Houston, la voz de José Moreno Hernández suena amable y generosa. La entrevista se convierte en un atisbo; en una primera aproximación a la biografía del hombre que creció en el seno de una familia de inmigrantes michoacanos, en los dilatados campos de cosecha de California. Una circunstancia que ha marcado su vida y que no le deja olvidar a quienes han quedado atrás. A quienes, como sus padres, han formado parte de esos pelotones sufridos de inmigrantes que han llegado a Estados Unidos para hacer realidad sus sueños y para pasar a formar parte de una minoría en constante lucha para reivindicar y hacer valer sus derechos: "¿Crees que ha llegado el momento de que Estados Unidos reconozca los derechos históricos de la inmigración que ha llegado desde México para que, al igual que tú, otros tengan la posibilidad de triunfar?", se le pregunta. "Pues claro que sí. Porque la gente que viene de México, aunque esté en calidad de ilegal, viene a trabajar y a pagar sus impuestos. Porque los patrones se los descuentan de su paga y ellos no pueden reclamar nada. Los inmigrantes pagan sus impuestos cuando van a registrar sus vehículos o cuando realizan sus compras. La inmensa mayoría cumple con la ley. Por eso, deberían tener los mismos beneficios de una persona con pasaporte o ciudadanía estadounidense", dice José Hernández mientras recuerda el largo camino recorrido por su propia familia para abrirse camino en Estados Unidos. Siendo aún muy niño, José Hernández acompañaba a sus padres a los campos de cosecha de pepino, de cerezas o de manzana. Las jornadas eran duras y fatigosas. A pesar de ello, el pequeño José nunca dejó de estudiar bajo la atenta mirada de sus padres: "A pesar de que mis papás sólo tenían una educación de tercer año de primaria y que no teníamos recursos, mis padres se tomaron muy en serio mi educación. Querían que tuviera una carrera. Mi familia fue mi soporte principal. Todo comenzó en el seno de mi familia?" Egresado de la Universidad del Pacífico y de la Universidad de California de Santa Bárbara, el joven ingeniero José Hernández se propuso alcanzar sus sueños. La semana pasada gran parte de ese sueño se hacía realidad. José Hernández era seleccionado de entre 4 mil aspirantes para pasar a formar parte del selecto grupo de astronautas de la NASA para el 2004. Un grupo de 11 especialistas multidisciplinarios que serán sometidos a un intenso entrenamiento de 18 meses para dar continuidad a los planes de la NASA en la Estación Espacial Internacional y en la Luna: "¿Llegarás algún día a Marte?", se le pregunta. "No lo sé. No lo creo. Más bien creo que estaré en la Luna. Y desde ahí prepararemos los viajes a Marte. A Marte llegarán nuestros hijos? "Por eso quiero ayudar y apoyar a más jóvenes de origen mexicano o latinoamericano, para que apuesten por los estudios y la ciencia. Porque, hoy en día, la mayoría de los jóvenes tiene como ídolos a los deportistas. Sin embargo, una inmensa mayoría no puede alcanzar sus sueños de convertirse en jugadores profesionales. Muchos de ellos no terminan sus estudios y terminan realizando labores con bajos salarios y amargados. "Por eso es importante que los padres apuesten por sus hijos, al igual que hicieron mis padres conmigo. Que inculquen en sus hijos las ganas por convertirse en técnicos especializados, en científicos o en un premio Nobel?" "¿Te sientes orgulloso de tus raíces mexicanas?", se le pregunta. "Sí. Por supuesto. Yo me considero un mexicano más. Mis padres son de La Piedad, Michoacán. Me casé con mi esposa, que es de Michoacán, hace 12 años. Yo de pequeño viajaba a Michoacán y tengo muy bonitos recuerdos de ahí. Hoy, la prensa en México comienza a hablar de mí y me reconocen como astronauta mexicano. Y yo, con mucho orgullo, acepto ese título?"





