Hace 30 años, Margarito Monroy Candia trabajaba en los hangares de la base militar de Pie de la Cuesta, Guerrero. Era mecánico.

Hace algunos días fue localizado por autoridades castrenses, ante quienes relató todo lo que en ese lugar había presenciado y que por años calló. "Yo vi cómo los mataban". De un tiro de pistola, recuerda, decenas de activistas fueron asesinados entre 1975 y 1979, presuntamente por órdenes de los generales Mario Arturo Acosta Charro y Humberto Quirós, hoy presos por narcotráfico. Su testimonio consta en el expediente SC/034/2000/IV/1-EBIS y junto con el de tres testigos ha servido para reconstruir la muerte y desaparición de personas durante la guerra sucia .

Pesquisas señalan que los activistas eran asesinados en tierra y sus cuerpos arrojados al mar desde un avión. El 16 de octubre, el piloto Roberto Huicochea también rompió el silencio. Reveló haber sido uno de los militares que condujeron la aeronave en que se supone se habrían hecho los viajes para tirar los cadáveres.

Declara militar retirado contra Acosta y Quirós

Margarito Monroy Candia, el mecánico del avión Arava desde el que supuestamente decenas de guerrilleros muertos fueron arrojados al mar, declaró frente a una autoridad castrense, de cara a los generales Mario Arturo Acosta Chaparro y Francisco Humberto Quirós Hermosillo, que él vio cómo fueron asesinados por militares los activistas entre 1975 y 1979 con un tiro de pistola.

Además de Gustavo Tarín Chávez, el testigo protegido de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), ya declararon tres testigos sobre las acusaciones en contra de los generales Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo por homicidio calificado de decenas de activistas durante la guerra sucia , testimonios que son la base para el consejo de guerra que enfrentarán los militares por estos hechos.

Un cuarto testigo, cuyo nombre es mantenido en reserva, es un militar que no se presentó a la audiencia programada para el 17 de octubre, por lo que fue arrestado por el desacato. Ahora las autoridades militares están a la espera de que sea llamado nuevamente para que rinda su declaración.

El piloto Roberto Bernardo Huicochea Alonso, general de ala del Ejército mexicano, fue el primero en declarar ante un juez militar, el 16 de octubre pasado, en torno de las acusaciones en contra de los generales Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo. Él dijo que sólo había escuchado comentarios al respecto sin que le constara a él personalmente.

Pero, Huicochea Alonso aceptó que fue uno de los dos militares responsables de pilotear el Arava dos o tres veces por cada noche en que se supone se hacían los "viajes" para tirar los cuerpos de los activistas asesinados, envueltos en costales y rellenos de piedras para que no flotaran en las aguas del océano Pacífico, siempre partiendo de la base aérea de Pie de la Cuesta, en Acapulco.

El general de ala del Ejército mexicano también detalló que le era solicitado que viajaran a determinadas coordenadas a unas 200 millas de costas de Oaxaca y que una vez en ese punto debía dar vueltas durante unos 20 minutos.

El capitán Manzano, el otro piloto que también recibió órdenes para ir a las costas oaxaqueñas, ya murió. De acuerdo con las declaraciones de Tarín Chávez fue ejecutado por Francisco Javier Barquín Alonso, debido a que confesó actividades del narcotráfico de los acusados ante superiores. Aunque también su crimen obedeció a la incertidumbre que le causaba participar en estos hechos.

El nerviosismo y la duda que asaltaron al capitán Manzano en uno de los viajes a las costas oaxaqueñas para tirar cuerpos fueron reprimidos por Acosta Chaparro, quien le dijo que "cumplían con un deber de soldado y una orden superior que debían acatar".

El asesinato de activistas también fue observado por otros militares. Uno de ellos fue un vigilante de la base aérea de Pie de la Cuesta, quien declaró que él vio cómo durante las noches fueron asesinados activistas que eran llevados a ese lugar: "Sólo veía los fogonazos", dijo ante la autoridad militar.

Monroy Candia hoy está retirado del Ejército y fue localizado por las autoridades castrenses en una colonia popular del Distrito Federal. Es un hombre de aproximadamente 60 años de edad, que al recibir a los militares primero se negó a informar, después aceptó declarar y durante más de 12 horas no paró de contar todo lo que había visto.

De acuerdo con las indagaciones que ha hecho la Procuraduría General de Justicia Militar, contenidas en el expediente SC/034/2000/IV/1-E-BIS, los cuerpos de los activistas fueron arrojados cerca de las costas de Oaxaca desde el avión Arava de la Fuerza Aérea por órdenes de Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo, en el periodo comprendido entre 1975 y 1979. Las averiguaciones de la justicia militar indican que los guerrilleros ya estaban muertos al momento de ser arrojados al mar. Además, señalan que la causa del deceso fue por disparo de arma de fuego. Hasta ahora se encuentran detenidos por su probable responsabilidad en estos hechos tres militares: Acosta Chaparro, Quirós Hermosillo y el mayor de Infantería retirado Francisco Javier Barquín Alonso.