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Exhibe demanda en EU a socios de Cabal

Miguel Badillo/(Primera de dos partes)| El Universal
Lunes 06 de diciembre de 1999
Denuncia en la Corte de NY implica a dos ex funcionarios de Citibank y al empresario Domínguez Huerta; la secretaria del banquero, prestanombres

Un ex banquero cubano-americano, egresado de las filas del Citibank, preparó entre 1986 y 1991 a Carlos Cabal Peniche para convertirlo en un experto operador de fraudes financieros, a partir de los cuales obtuvo alrededor de 85 millones de dólares (sumados los intereses) de bancos estadounidenses para capitalizar al menos una decena de compañías mexicanas y adquirir, de esa manera, en 1990 los activos del Banco Unión, entonces en venta.

En contubernio con Luis Vicente Arce Gamas y Noushir Hasan, ex directivos del área de crédito de Citibank en Nueva York, Carlos Cabal Peniche logró que la intermediaria Eastbrook AG, con sede en Suiza, le entregara a través de 184 transferencias, recursos por alrededor de 73 millones de dólares en montos que iban desde mil a 500 mil dólares y que se depositaron en cuentas de las empresas que conformaban el llamado ?Grupo Cabal?, así como en las cuentas personales del ex presidente de Banco Unión, hoy preso en Australia -donde fue ubicado por la Interpol- y sujeto a un juicio de extradición en tribunales de ese país De la cantidad defraudada, entre 1987 y 1990, Cabal Peniche recibió directamente en sus cuentas de Banco Nacional de México (Banamex), Chemical Bank y el Banco Nacional de Florida alrededor de 35.4 millones de dólares, monto a partir del cual repartió comisiones a Luis Vicente Arce Gamas, quien ocupaba la vicepresidencia de Eastbrook AG, ejecutivo encargado de autorizar cada transferencia y operación efectuada por el ?Grupo Cabal?.

Por este trabajo, Arce recibió salarios por 1.5 millones de dólares entre julio de 1986 y julio de 1991.

El Grupo Eastbrook contrató a Luis Vicente Arce junto con Noushir Hasan, pues confiaba en que las prudentes prácticas de crédito que difundía el banco estadounidense entre sus ejecutivos le permitieran fortalecer sus operaciones. Sin embargo, ambos ejecutivos bancarios no sólo no respetaron los niveles mínimos de riesgo para otorgar los créditos, sino que maquinaron operaciones fraudulentas y guiaron a Cabal Peniche para crear empresas fantasmas que le permitieran triangular millones de dólares en su beneficio.

Simulando estados contables, una técnica que repetiría entre 1990 y 1992 al otorgarse autopréstamos mediante el Banco Unión por alrededor de 100 millones de dólares, Cabal construyó un verdadero emporio empresarial con compañías cuyos giros iban desde plantaciones de plátano, navieras, captura y cultivo de camarón, plantaciones de árboles para su explotación comercial, hasta fábricas de azulejos, compañías procesadoras de alimentos, hoteles y firmas textiles.

La historia tras bambalinas de Cabal Peniche forma parte del amplio expediente que guarda la Suprema Corte de Justicia de Nueva York y que se descubrió en noviembre de 1993, justo unos meses antes de la intervención de la Secretaría de Hacienda al Banco Unión, cuando la firma Eastbrook Limited y un grupo de bancos demandaron al cubano americano Luis Vicente Arce Gamas y al supuesto empresario mexicano Carlos Cabal Peniche, por maquinar un fraude en su contra por 85 millones de dólares.

De acuerdo con el texto de la demanda, Arce Gamas junto con Cabal Peniche presentaron al consejo de administración de Eastbrook expedientes falsos de las compañías que formaban parte del ?Grupo Cabal? con el propósito de obtener financiamientos directos y cartas de crédito directamente de esta intermediaria, pero también de otras entidades financieras como Santa Margarita, una corporación organizada y que opera bajo las leyes de las Islas Caimán, así como de los bancos ?offshore?: NCB International; Arab Banking Corporation (ABC); Mellon Bank; Schroeder Bank & Trust Co y Al Baraka Bancorp de Chicago.

Sin embargo, la participación de Arce Gamas ?quien se encuentra libre en México y en contacto con otros grupos de empresarios mexicanos? no se limitó a la transferencia de comisiones, pues de acuerdo con las pruebas que presentaron los abogados de Eastbrook en los tribunales de Nueva York, en las compañías del ?Grupo Cabal?, muchas de las cuales siguen en operación en el sureste del país (Tabasco), este ex banquero mantiene aún intereses y acciones mediante un grupo de prestanombres y entre quienes se encuentra María del Carmen Mézquita, secretaria particular de Cabal Peniche durante su época como presidente de Banco Unión.

Otro de los empresarios mexicanos designado directamente por Arce para operar las compañías beneficiadas por las transacciones maquinadas por Cabal es Alvaro Domínguez de la Huerta, actualmente sujeto a proceso de investigación por la Procuraduría General de la República, por presuntos delitos de ?lavado? de dinero y fraude financiero. Hace unas semanas, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores intervino las cuentas bancarias del Grupo Diamante, que preside Alvaro Domínguez a petición de la PGR.

En entrevista, el empresario Alvaro Domínguez reconoció su estrecha amistad y relación de negocios que mantuvo con Carlos Cabal Peniche desde hace más de 20 años, y aunque ahora niega seguir vinculado con el ex banquero, todavía el año pasado Alvaro Domínguez realizó una operación de compra venta de un terreno propiedad de Cabal Peniche, cuando éste ya se encontraba preso en Australia.

Las investigaciones policiacas en Estados Unidos revelan que Alvaro Domínguez de la Huerta recibió directamente en cuentas bancarias a su nombre, entre junio de 1987 y junio de 1988, varias transferencias por mandato directo de Carlos Cabal, que ascienden a 2 millones 800 mil dólares. Domínguez de la Huerta también sirvió como intermediario para transferir acciones de compañías propiedad del ?Grupo Cabal? a familiares y socios de Arce Gamas.

Mientras se realizaban las operaciones fraudulentas, Hasan y Arce entregaban reportes falsos a la junta de directivos de Eastbrook, en los que informaban de un excelente desarrollo financiero de la firma, aun cuando en la realidad registraba pérdidas por créditos vencidos y sin respaldo.

Los ex directivos de Citibank otorgaron las autorizaciones y avales necesarios al ?Grupo Cabal?, contraviniendo en todo momento sus obligaciones como custodios de los fideicomisos de Eastbrook. A pesar de que el tipo de operaciones que realizaron no correspondían a las transacciones de bajo riesgo que supuestamente acostumbraba a financiar este grupo estadounidense.

?En vez de ello, los créditos a ?Grupo Cabal? involucraron inversiones altamente especulativas en el arranque de negocios, cuyo éxito no estaba asegurado y en donde se descubrieron prestanombres?, sostiene la demanda penal.

Entre los promisorios negocios que ofreció Cabal a la junta directiva de Eastbrook para obtener los financiamientos por 85 millones de dólares se encontraban: 1. Una plantación de banano, incluida toda la infraestructura. Esta se convertiría en las empresas Platanera San Carlos del Golfo y Platanera Santa Teresa.

2. Inversión para el cultivo y la venta de camarón.

3. Adquisición de 12 barcos camaroneros que le sirvieron para iniciar las operaciones de la empresa naviera Transportación Sureste Multimodal que, posteriormente, sería transferida a uno de los prestanombres de Arce con un pasivo por más de un millón de dólares y contratado con la misma Eastbrook.

4. La creación de un negocio de recubrimientos bajo el nombre de Grupo Marmolero del Norte, que incluye instalaciones y maquinaria. Parte de esta compañía sería transferida a los familiares y amigos de Arce. Además, arrastraba un pasivo de 2 millones 400 mil dólares.

5. Una fábrica para madera especial de pisos, que incluía concesiones gubernamentales para plantaciones comerciales de árboles en regiones tropicales; la adquisición de flotillas de transporte; compra de barcazas, así como arrendamientos que serían utilizados para el transporte de banano.

6. Reestructuración financiera de la firma de ropa Novalti Sales, que operaba a la desaparecida compañía Catalina, instalaciones que ahora ocupa el periódico capitalino ?México Hoy?.

7. El establecimiento de una firma de alimentos denominada Naturas Mexicanas, la cual le serviría para triangular los autopréstamos en Banca Unión, a través de las compañías Servicios Tecfin y Alfil Asociados.

8. La remodelación del hotel Don Carlos Oviedo.

Así, Cabal, Hasan y Arce estructuraron las transacciones para el ?Grupo Cabal? mediante préstamos y otras transacciones comerciales, con el compromiso de que pagarían el principal, así como intereses y comisiones a Eastbrook; sin embargo, durante el periodo de estos financiamientos ?revolventes?, sólo se reintegraron 10 millones de dólares del total involucrado, suma que ni siquiera sirvió para cubrir los 12 millones de dólares acumulados por intereses y recargos.

Sin embargo, una gran parte de las transferencias al ?Grupo Cabal? no fueron utilizadas de acuerdo con lo establecido en los documentos entregados a la junta directiva de Eastbrook.

Así, en 1987, las transferencias al ?Grupo Cabal? sumaron 7 millones 832 mil 832.5 dólares; en 1988 las operaciones ascendieron a 11 millones 762 mil 896.2 mil dólares; en 1989, 13 millones 259 mil 310.3 dólares; en 1990, 25 millones 691 mil 876.9 dólares, mientras que en 1991 las transferencias se ubicaron en 15 millones 55 mil 475 dólares, lo que arroja un total de 73 millones 55 mil 475 dólares.

Un monto adicional de 6 millones 680 mil dólares, supuestamente avalados por el ?Grupo Cabal?, se transfirieron a terceras personas como Alvaro Domínguez de la Huerta y una persona de nombre EM Medina Mora, así como a parientes de Arce. Además, según el expediente, se entregaron 4 millones de dólares a personas y entidades que no formaban parte de las transacciones pactadas por Cabal.

Los familiares y socios de Arce que recibieron los beneficios de esas transacciones fueron Carlos Rafael de Jesús, María Teresa Flores Ruiz, María del Carmen Mézquita Ochoa, María Eugenia Flores Ruiz, Héctor Lozoya Serrano, Guadalupe Aguilar Santiesteban, Alvaro Domínguez de la Huerta, Silvia Azar Ponce, Alberto Medel Suárez Osain, Contreras Magaña y Humberto Agustín Gil Tejeda.

Casi seis años después de que Carlos Cabal defraudara a ese grupo de bancos estadounidenses, el caso Eastbrook regresó a los tribunales, pero esta vez ante un gran jurado de Australia que le recuerda al ex banquero mexicano, en medio de su proceso de extradición, que miente cuando pretende deslindarse de su pasado como defraudador profesional.



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