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Muere María Esther Zuno

Genaro Domínguez, Francisco Arroyo y José Luis Ruiz| El Universal
Domingo 05 de diciembre de 1999
Muere Mara Esther Zuno

José López Portillo, Ernesto Zedillo, Francisco Labastida y Luis Echeverría, en el velorio . (Foto: LUIS MANUEL ACEVEDO/El Universal )

Sufría diabetes la esposa del ex presidente Echeverría. En lugar de primera dama, prefería ser llamada ?compañera María Esther?

María Esther Zuno, esposa del ex presidente de México Luis Echeverría Alvarez, falleció ayer a la edad de 75 años en el hospital Los Angeles, de la ciudad de México.

Recordada como una de primera dama que se preocupó por mejorar el bienestar del pueblo mexicano, a pesar de que también fue objeto de diversas críticas al igual que su esposo, María Esther Zuno murió a las 14:30 horas, víctima de un mal diabético avanzado que padecía desde hace años y que le produjo una complicación general. El cuerpo de doña María Esther Zuno de Echeverría fue amortajado con un traje típico de tehuana, una de las vestimentas folclóricas de su preferencia, que gustaba lucir en lo que ella consideraba como las grandes ocasiones.

La señora María Esther Zuno ingresó a terapia intensiva desde el pasado 26 de noviembre, en el hospital Los Angeles, de Interlomas. El doctor Samuel Gutiérrez Boguel fue quien atendió a la señora Zuno de Echeverría. La ?compañera María Esther?, como era conocida, nació en Jalisco y tuvo ocho hijos: Luis Vicente, María del Carmen, Alvaro, María Esther, Adolfo, Pablo, Benito y Rodolfo, éste último ya fallecido.

Al salir del hospital, después del fallecimiento de la que fuera primera dama durante 1970-1976, su hija María Esther Echeverría Zuno expresó: ?Mi madre amó a su patria, trabajó por su pueblo y cuidó a su familia, que es lo más importante?.



LEA: anécdotas y recuerdos

El ex presidente Luis Echeverría Alvarez, en el despacho particular de su casa en San Jerónimo Lídice, recordó a quien fue durante 54 años su compañera, María Esther Zuno.

A su memoria llegaron aquellos momentos en que conoció a María Esther en casa de uno de los más grandes muralistas contemporáneos del país: el maestro Diego Rivera.

Contrajeron matrimonio el 2 de enero de 1945 y tuvo 18 nietos y tres bisnietos. El próximo 8 de diciembre cumpliría 75 años de edad. El presidente Luis Echeverría refirió que él acrecentó su amor por México, debido a que su esposa era profundamente nacionalista y amaba a su país entrañablemente Evocó varias anécdotas, entre ellas el momento difícil que vivió cuando tuvo que tomar la decisión de devaluar el peso. Comentó que el 15 de septiembre, días después de haber hecho la devaluación, tuvo que acudir a la ceremonia de Palacio Nacional.

En ese momento en el Zócalo de la ciudad había más de 100 mil personas congregadas. Las campanas de la Catedral repicaban y le dijo a su esposa María Esther: ?Voy a bajar?; y la respuesta de la que fue su compañera no se hizo esperar: ?Yo voy contigo...?

Y lo tomó del brazo y ello le dio fuerzas.

También, manifestó que los 54 años de matrimonio fueron hermosos, porque en todo momento no sólo se profesaban amor sino también lo tenían por México. Otra de las anécdotas que mencionó Luis Echeverría fue que a su esposa María no le gustaba volar. Es decir, viajar en avión. Sin embargo, lo tuvo que acompañar en todas las giras que realizó tanto en el país como en el extranjero, amén de que en diversas ocasiones acudió a países en tareas culturales.

Por lo que ella viajó prácticamente le dio dos vueltas al mundo.

Igualmente refirió que su compañera, María Esther Zuno, tuvo una gran relación con el presidente Salvador Allende y su familia. En eso estaba cuando llegó a su despacho el ex presidente José López Portillo. Expresó que era uno de sus mejores amigos .?Mi gran amigo?, expresó.

Además, Echeverría recordó cuando conoció a su esposa. Dijo que en ese entonces ella afirmó: ? Me voy a casar con un hombre que sea presidente de la República?. Y él preguntó: ?¿Habrá sido por eso??.

En ese momento el ex presidente López Portillo mencionó: ?Fue una mujer admirable...? Otra de las anécdotas a que se refirió el ex presidente Echeverría sobre doña María Esther fue cuando lo nombraron secretario de Gobernación; salió con ella y compraron un diario vespertino, en el cual venía ya el nombramiento: ?¿Por qué no me lo dijiste??, preguntó ella. Y él le contestó: ?Discúlpame, pero fue todo muy rápido?.



Condolencias

Los primeros en llegar a la residencia de la familia Echeverría Zuno en San Jerónimo para presentar sus condolencias fueron Ramón Ojeda Mestre, Vicente Fuentes Díaz, el gobernador de Puebla Melquiades Morales Flores, así como la familia Cervantes del Río.

En la sala, donde estaba el féretro, se encontraban los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo acompañados de Gonzalo Martínez Corbalá y Humberto Hernández. Después llegó el secretario de Sedesol, Carlos Jarque; Héctor Mayagoitia, Leandro Rovirosa Guade, María de los Angeles Moreno, Emilio O. Rabasa, Emilio Gamboa Patrón, Beatriz Paredes Rangel , Pedro Ojeda Paullada, Eladio Ramírez, Antonio Rivapalacio.

Después hicieron acto de presencia Francisco Labastida, candidato presidencial priísta; Diódoro Carrasco, secretario de Gobernación; Fernando Lerdo de Tejada, Dulce María Sauri Riancho, Fernando Gutiérrez Barrios y Jorge de la Vega.

Más tarde llegó el presidente Zedillo, acompañado de su esposa Nilda Patricia Velasco de Zedillo.

Allí, frente a los restos de doña Esther, montó una guardia acompañado de su esposa Nilda Patricia, del ex presidente Luis Echeverría, Francisco Labastida Ochoa y su esposa María Teresa Uriarte de Labastida.

Todos allí en respetuoso silencio, se mantuvieron un minuto. Los sollozos de familiares rompían al fondo de la sala colmada de flores.

Sobre la chimenea el retrato de doña Esther hecho al óleo.

Después los nietos rodearon el féretro y con las manos agarradas gritaron al unísono: ?¡Que viva la abuela!?; de inmediato otro grito a coro que daba la respuesta ?¡Que viva!?.

El silencio nuevamente se apoderó de ese salón de la enorme casa del ex presidente Echeverría.

Y luego la guardia. Los ex presidentes Echeverría y López Portillo, acompañados de Ernesto Zedillo y Labastida Ochoa, se postraron frente al féretro. Allí permanecieron respetuosos, callados, contemplando las cámaras, a los representantes de los medios de información.

Se colocaron los cuatro para hacer la guardia: el presidente Ernesto Zedillo al lado de José López Portillo, quien permaneció a su lado derecho, mientras que Labastida cedió el lugar del lado izquierdo a Luis Echeverría, pero éste no se movió y se colocó al extremo. Por lo tanto Labastida Ochoa quedó entre el presidente Zedillo y Luis Echeverría.

El cuerpo de María Esther fue amortajado con el traje de tehuana, vestido que le gustaba mucho y sobre todo ponérselo y lucirlo en todas las grande ocasiones.

Hoy en la ceremonia que se rendirá en lugar conocido como Las Palomas, donde ella realizaba festivales artísticos y culturales para difundir el folclor nacional, se reunirán decenas de grupos de tehuanas.

El Presidente de la República abandonó la residencia de la familia Echeverría Zuno sin emitir comentario alguno.

Su vocero, Fernando Lerdo de Tejada, comentó que el jefe del Ejecutivo había acudido a un acto de carácter personal y que no habría, por lo tanto, comentarios.

Inmediatamente después de la salida del presidente Zedillo, el candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida, también abandonó el lugar. El aspirante priísta se refirió a la muerte de la esposa del ex mandatario mexicano: La calle de Santiago perdió su habitual tranquilidad. La casona, una bordada de hiedra, se mantuvo prácticamente sitiada. Decenas de personas llegaron al lugar a dar un último tributo a doña Esther Zuno. Parte de la noche transcurrió así llena de gente, de funcionarios, de ex colaboradores de Luis Echeverría, de amigos y familiares. A la vista, Luis Echeverría se mantenía íntegro, de una sola pieza. Saludó a todos, conversó con todos, pero la tristeza embargaba su rostro, uno de tez morena con sus legendarios lentes. (Con información de Bertha Fernández)



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