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Aquí no hubo guerra sucia; se actuó según la ley: general Jiménez Ruiz

Francisco Gómez| El Universal
Miércoles 09 de enero de 2002
Si no se detiene a la guerrilla, México habría vivido situaciones como las de El Salvador o Nicaragua, asegura el militar que encabezó la persecución contra Lucio Cabañas

El general Eliseo Jiménez Ruiz, uno de los jefes militares que dirigió la persecución contra Lucio Cabañas, el maestro rural que encabezó la guerrilla en los años 70, asegura que en México no hubo guerra sucia .

"En el país argumentó en ningún momento hemos estado en guerra", y agregó que siempre se ha actuado según la ley.

Rechazó que se hayan dado abusos de militares al enfrentar a grupos guerrilleros y aclaró que "a los que actuaron mal en su momento los castigaron. Algunos oficiales fueron dados de baja por mala conducta entonces". Insistió en señalar: "No tengo conocimiento de que eso (los abusos) ocurriera". A casi 30 años de esos sucesos, Jiménez Ruiz dice que el Ejército siempre ha tenido una misión definida que cumple y ha cumplido siempre en todas las épocas y en todas las circunstancias.

A sus 90 años, 50 de ellos dedicados a actividades militares, señala que México hubiera vivido situaciones como las de El Salvador, Nicaragua y otros países, si no se hubiera detenido a la guerrilla.

"Si no se apaga ese fuego, tal vez se hubiera extendido, pero se apagó a tiempo. Se apagó con la ley", señala en entrevista con EL UNIVERSAL.

Sobre los casos de militares a quienes se les acusa de abusos al enfrentar a grupos guerrilleros, dice no creer en eso.

Aunque participó de noviembre de 1972 a diciembre de 1974 en el combate a Lucio Cabañas, el general Jiménez Ruiz aclara que estuvo muy poco tiempo con este asunto. "Cuando yo llegué el problema del cabañismo ya tenía algunos años en el estado de Guerrero".

Sin embargo, hombres bajo su mando mataron al líder del Partido de los Pobres en un enfrentamiento que sostuvieron en un lugar llamado Las Palmas.

En su opinión, Lucio Cabañas y su gente "trabajaban en contra de la paz y la tranquilidad, particularmente de la gente de la Costa Grande".

El militar define su trabajo en Guerrero como conciliador porque, asevera, nunca llegó a esa entidad para aplicar violencia, sino el convencimiento. "A los que andaban por mal camino, yo los convencía de regresar al camino de la tranquilidad y la paz, pero fue muy poco tiempo lo que yo estuve", señala.



Con la ley se apagó el fuego de la guerrilla: Jiménez Ruiz

En México nunca hubo guerra sucia , asegura el general Eliseo Jiménez Ruiz, uno de los jefes militares que encabezó la persecución de Lucio Cabañas, el maestro rural que encabezó a la guerrilla en Guerrro en la década de los 70. Hombres bajo el mando de este militar mataron al líder del Partido de Los Pobres en el enfrentamiento que sostuvieron en un lugar llamado Las Palmas. Hoy retirado y a casi 30 años de esos sucesos, señala que México hubiera vivido situaciones como las de El Salvador, Nicaragua u otros países si no se hubiera detenido a la guerrilla. "Si no se apaga ese fuego, tal vez sí se hubiera extendido, pero se apagó a tiempo. Se apagó con la ley", indica. A sus 90 años de edad, 50 de ellos con actividades militares, el general evoca con EL UNIVERSAL capítulos de la historia del movimiento guerrillero de Guerrero, de las revueltas estudiantiles en Oaxaca, Jalisco y Nuevo León, sitios en donde ?dice? le tocó la suerte de actuar y cooperar para la solución de los problemas, "no con la aplicación de la violencia, sino con el convencimiento".

El general Jiménez Ruiz participó de noviembre 1972 a diciembre de 1974 en el combate a Lucio Cabañas en Guerrero como jefe de la 35 zona y 27 región militar, con este último cargo se le ordenó "rescatar vivo" al senador Rubén Figueroa Figueroa y frenar a la guerrilla. Esto lo logró en 120 días y ello le valió un ascenso a general brigadier.

Tras un encuentro fortuito que concluye con una plática en su despacho, Jiménez Ruiz dice del Ejército que éste tiene una misión definida y la cumple y la ha cumplido siempre en todas las épocas y en todas las circunstancias.

Sobre los casos de militares a quienes se les acusa de abusos al enfrentar a grupos guerrilleros, dice que es mentira. "A los que actuaron mal en su momento los castigaron. Algunos oficiales fueron dados de baja por mala conducta entonces. No tengo conocimiento de que eso (los abusos) ocurriera".

Y, añade, algunos otros oficiales se les ha procesado ahora pero por delitos considerados en el Código de Justicia Militar, ya que han violado la ley.



* * *

Antes de llegar a Guerrero, el general estuvo presente en mayo de 1971 en Nuevo León para "garantizar el orden público" tras las revueltas estudiantiles que concluyeron con la caída del gobernador Eduardo A. Elizondo. El siguiente encargo militar lo inició 15 de marzo de 1972, cuando el general Jiménez Ruiz fue comisionado a Jalisco para cooperar con autoridades civiles tras la agitación estudiantil por el asesinato del líder de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, Carlos Ladewig Ramírez.

En Oaxaca, su estado natal, enfrentó la crisis estudiantil suscitada en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), lo cual provocó que el 3 de marzo de 1977 relevara al gobernador Manuel Zárate Aquino.

Además de ser un militar de carrera ?"me forjé en las aulas y en la disciplina diaria"?, diputado, senador, ex gobernador de Oaxaca y actualmente agricultor, el general Jiménez Ruiz rechaza que durante su presencia en Guerrero para combatir a la guerrilla comandada por Lucio Cabañas se diera una violencia generalizada y se hubieran dado abusos de militares.

"Yo no fui a aplicar violencia, sino a hacer mi labor y convencer a los cabañistas de que rectificaran el camino. Y lo logré dándoles las garantías con las tropas a mi mando, como a todos los ciudadanos."

El general Jiménez Ruiz se dice convencido de que "el mejor camino para solucionar los problemas es el diálogo, porque la violencia origina más violencia".

Admirador de Benito Juárez, el militar comenta que éste le sirvió de inspiración para ajustar siempre sus actos a la ley.



La guerrilla y Lucio Cabañas

Militar desde el 1 de enero de 1931, el general Eliseo Jiménez Ruiz dice con toda calma: "No sé a que le llamen guerra sucia , porque no hay guerras limpias ni sucias. Además no estamos ni hemos estado en guerra en ningún momento. Así que no se a que se refieren cuando hablan de una guerra sucia".

Subdirector y director de Seguridad Pública en Guerrero entre 1957 y 1958, antes de ser en los años 70 comandante de zona y región militar en Chilpancingo y en Acapulco, el militar acepta que a él le tocó la parte final de la pacificación de esa entidad y rescatar directamente a Rubén Figueroa Figueroa. Y recuerda: --Bueno, yo era comandante de la región y entonces me tocó la suerte de rescatar a Figueroa y entregarlo vivo a sus familiares y autoridades--, comenta el militar y quien por ello fue ascendido a general de brigada. El mismo secretario de la Defensa de aquel entonces, Hermenegildo Cuenca Díaz, le notificó por ese mismo hecho su ascenso a general de división, pero esto no ocurrió nunca.

?¿También le tocó acabar con la guerrilla de Lucio Cabañas?

?La verdad es que yo ya estuve muy poco tiempo con el problema de Lucio Cabañas. Cuando yo llegué el problema del cabañismo ya tenía algunos años en el estado. Y define que Lucio Cabañas y su gente "trabajaban en contra de la paz y la tranquilidad, particularmente de la gente de la Costa Grande".

?¿Qué recuerdo tiene de Lucio Cabañas? ?se le pregunta-.

--Él murió combatiendo en un lugar que se conocía como Las Palmas o algo así. Así que cuando yo lo conocí fue cuando ya era cadáver.

?¿Qué pasó con el cadáver de Lucio Cabañas?

?Se le informó a su abuelita, porque yo no supe que viviera su mamá o su papá. Entonces se le informó a su abuelita para que le dieran sepultura en Atoyac. Y textualmente la señora dijo: "Ustedes lo mataron, ustedes entiérrenlo. Yo no tengo dinero para esas cosas.

"Entonces lo tuvimos que enterrar nosotros con una fajina de soldados en el panteón de Atoyac. En ese acto estuvo presente el gobernador del estado, el comandante y secretario de la Defensa, el procurador general de la República, el procurador del estado y casi todas las autoridades de Guerrero."

E insiste que en Guerrero "no fui a aplicar la violencia. Yo lo que fui a aplicar fue el convencimiento. A los que andaban por mal camino, yo los convencía de regresar al camino de la tranquilidad y la paz, pero fue muy poco tiempo lo que yo estuve".

Mi labor, explica, fue de convencimiento, de que rectificaran el camino. Y lo logré dándoles las garantías con las topas a mi mando, como a todos los ciudadanos. Conmigo prácticamente no hubo violencia en esa época, sino convencimiento.

Además a todos los elementos militares a mi cargo les ordené no cometer abusos, nunca abusos contra nadie. Hubo violencia pero por las circunstancias, pero no abusos.

?¿No hubo abusos de militares?

?Abusos nunca.

?¿Hubo bajas militares en Guerrero cuando usted tuvo el mando?

?Como comandante de la región no hubo ninguna baja, ninguna baja.

?¿Y los guerrilleros que eran detenidos?

?A los que se agarraba prisioneros, como delincuentes que eran, se les consignaba a las autoridades competentes. Ellas eran las que resolvían, no la autoridad militar.

Según el militar retirado, los campesinos le tenían miedo a Lucio Cabañas porque él agarraba y los mataba o lo fusilaba si no estaban con él. Con un tono serio en su voz reconoce que el cabañismo tenía ya mucha gente, particularmente en universidades.

--Él, Lucio Cabañas, decía que iba a cambiar el gobierno e implantar el comunismo?-, dice el militar al tiempo que hace un movimiento negativo con su cabeza.

Un breve silencio y el general Jiménez Ruiz reflexiona en voz alta: --México tendría problemas como El Salvador, Nicaragua u otros países si se le hubiera dejado crecer, si no se apaga ese fuego. Tal vez si se hubiera extendido, pero se apagó a tiempo. Se apagó con la ley--.



Crisis estudiantiles

"En Nuevo León y Jalisco me tocó estar en momentos críticos, pero no se diga en Oaxaca, cuando fui gobernador", dice quien desde los 12 años quiso ser militar y dos años después lo logró al ganar una de las cuatro becas otorgadas a Oaxaca para estudiantes en el Colegio Militar.

Comienza su explicación de cada uno de esos capítulos por el problema en Nuevo León. "Era político, de tal manera que a mí me tocó cooperar nada más con el gobierno estatal en el restablecimiento de la tranquilidad".

El problema se acabó una vez que todos los sectores estuvieron de acuerdo. Cayó el gobernador Eduardo A. Elizondo. Se resolvió el problema político, pero fue por ellos, no por mí. Se volvió a la tranquilidad y se restablecimiento el orden.

Con su llegada a Nuevo León, un año después de estar como agregado militar en Guatemala y rescatar de manos de los guerrilleros al canciller de ese país, a Jiménez Ruiz le tocó enfrentar la aparición de grupos llamados subversivos en universidades en aquella entidad, allá a principio de los años 70, y que provocaron la caída del gobernador Elizondo.

Alumno y profesor de la Escuela Superior de Guerra, el general fue meses después comisionado a Jalisco con el fin de ayudar a las autoridades civiles a restablecer el orden roto tras el crimen de un líder estudiantil. También cumplió y entonces su nueva misión fue ir a Guerrero y permanecer ahí hasta 1974.

El 15 de febrero de 1976 fue designado candidato a senador por el PRI, antes ya había sido diputado por el mismo partido. Su primer compañero de fórmula fue Pedro Vázquez Colmenares, pero al final su compañero sería Jorge Crusiank, líder del PPS y primer opositor en ocupar una curul en el Senado.

Esto último fue posible porque "el presidente López Portillo le pidió a Vázquez Colmenares retirarse y ceder el puesto a Jorge, pues era la condición para solucionar el problema de Nayarit".

Ya como senador y ante una crisis política en Oaxaca por un movimiento estudiantil que se originó en la UABJO, y por la cual se vio obligado a pedir licencia el entonces gobernador oaxaqueño, Manuel Zárate Aquino, el 3 de marzo de 1977 el general Jiménez Ruiz fue elegido como gobernador interino.

Político por decisión ajena a él ?"yo no moví un dedo para ello"? recuerda que el conflicto en la UABJO dividió al estudiantado en Oaxaca, había grupos con tendencias políticas diferentes. "El problema creció a grado tal que no había patrulla, grupo policiaco que no fuera agredido, en fin, la violencia estaba fuerte. Hubo una noche, un 13 de septiembre, 13 escuelas, comercios y casas fueron quemadas".

"Me tocó también pacificarlos, no con violencia sino a base de convencimiento y lo logré", comenta satisfecho este hombre enfundado en un traje color hueso, apoyado en un bastón y que el 8 de noviembre de 1912 naciera en el municipio oaxaqueño de Xiacui, en plena sierra.

De los ex presidente Luis Echeverría y José López Portillo rechaza hablar ampliamente, pero destaca que por ambos siente "respeto" y cree que ellos cumplieron con sus obligaciones en la medida de sus posibilidades y circunstancias. "Ellos me brindaron apoyo para cumplir con mis paisanos y es todo lo que tengo que decir sobre ellos".

Confiado, dice no tener enemigos por su carrera militar o política. Siempre actué, concluye, con apego a la ley. Estoy tranquilo, hice y cumplí con lo que tenía que hacer.



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