DEA y FBI dejaron ir en 1998 a Tony Tormenta
ABATIDO. Ezequiel Cárdenas, quien lideró el cártel del Golfo, murió en enfrentamiento con la Marina en 2010 . (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
victor.solis@eluniversal.com.mx
Más de una década antes de caer abatido en Matamoros a manos de las Fuerzas Armadas mexicanas, Ezequiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, logró evadir a agentes del FBI y la DEA, que lo tenían en la mira en una casa de Texas.
De acuerdo con documentos del Buró Federal de Investigación consultados, en octubre de 1998 elementos de ambas agencias estadounidenses realizaban tareas de vigilancia en una residencia de Houston, con base en información proporcionada por un testigo colaborador.
La tarde del día nueve de ese mes, se lee en el archivo, el equipo de vigilancia observó a Tony Tormenta salir del lugar; sin embargo, debido a la aparente actividad en la residencia y el número de vehículos que había estacionados, además de la limitada cantidad de agentes que participaban en la operación, no lo arrestaron.
Según el reporte, el operativo de vigilancia se mantuvo pero el líder del cártel del Golfo jamás regresó al lugar; horas después de haber perdido de vista a Cárdenas Guillén las autoridades estadounidenses consiguieron de un juez una orden cateo para ingresar a la residencia.
Como resultado del cateo se logró incautar dinero en efectivo, numerosos vehículos, cocaína, mariguana, armas de fuego y una moto acuática con matrícula de Florida.
El memorando del FBI deja entrever que en ese momento las autoridades no sabían mucho de Ezequiel o la organización para la que trabajaba. Tenían conocimiento de que Tony Tormenta manejaba un vehículo Cadillac último modelo, y compartieron esta información con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, para saber si el hermano de Osiel Cárdenas había cruzado en ese automóvil hacia México.
En otro de los documentos, con fecha del 20 de octubre de 1998, el FBI y la DEA delinean un plan de investigación y seguimiento de objetivos sobre Ezequiel Cárdenas Guillén y su organización delictiva, a la que en ningún momento se refieren como cártel del Golfo.
Sin embargo, para febrero de 1999 ambas agencias decidieron dejar la investigación sobre el capo. Hasta ese momento sobre Tony Tormenta sólo pendía una acusación en el condado de Harris, en Texas, por posesión con intento de distribución de cocaína, en una cantidad superior a 400 gramos.
A casi 10 meses de cerrada la investigación sobre Antonio Ezequiel, el apellido Cárdenas Guillén comenzó a cobrar fuerza entre las autoridades estadounidenses a lo largo de la frontera entre México y Texas.
Pero esto no fue debido a la andanzas de Tony Tormenta, sino a las de su hermano Osiel Cárdenas, quien una tarde de noviembre de 1999 interceptó en las calles de Matamoros a un par de agentes del FBI y la DEA que transportaban a un informante.
Osiel amenazó con matar a los agentes estadounidenses en la vía pública si no le entregaban al informante. Al final los agentes fueron liberados y mantuvieron la custodia del sujeto. Desde entonces Estados Unidos presionó al gobierno mexicano hasta lograr su captura en 2003.