Las caras maquilladas de blanco contrastan con el delineador que, por fuera de los ojos, da un sentido de nostalgia al rostro de los jóvenes que venden rosas negras en el tianguis cultural del Chopo.

Noctámbulos en plena tarde, caminan entre las calles del Distrito Federal vendiendo también periódicos independientes en el corredor Madero. Otros no se conglomeran, sólo se distinguen del resto con vestimentas negras, botas, gargantillas con dijes, calaveras y cruces.

El movimiento dark en México llegó a finales de los 80 y ha perdurado como una identidad juvenil, a pesar de los años, junto con los punks.

Los también llamados góticos se caracterizan por vestir de negro, con prendas aristocráticas de épocas pasadas, caras blancas, holanes, terciopelo, algunos gustan de las botas grandes y las cadenas.

Según miembros de esta adscripción juvenil, los darks rememoran aspectos de la cultura medieval. Algunos se consideran parte de un nuevo Romanticismo, en el que exaltan sus emociones a través de un arte, ya sea la escritura, la pintura o la música.

Hace unos años, la Glorieta de Insurgentes era un punto de reunión para los darketos. Con el tiempo, han preferido otros lugares donde encontrarse, aunque el más representativo es El Chopo. También se reúnen en el centro de Coyoacán.

Alfredo Nateras, investigador y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que los góticos son una identidad que ha consolidado su presencia en la ciudad de México, lo cual hace que sea más visible y reconocible.

"De la escena oscura, su espacio más visible es el Circo Volador. Otro es en el Monumento a la Revolución, pero la babel es el tianguis cultural de El Chopo", menciona.

Los darks también se reúnen en bares como El Under, en la colonia Roma; El Español, en avenida Aldama; el UTA, en Donceles, Centro Histórico; y El Dada X, en Bolívar 31, Centro Histórico.