"Urge cambio en la Sedena"

PLANTEAMIENTO. Roberto Miranda es uno de los posibles integrantes de la terna de la que saldrá el nuevo titular de la Sedena. Considera que esta secretaría requiere una reestructuración administrativa. (Foto: ESPERANZA OREA / EL UNIVERSAL )
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La Secretaría de la Defensa Nacional debe reorganizarse. Es una dependencia "anquilosada, rezagada", con una estructura administrativa que le impide ser una secretaría de Estado funcional, asegura el general de división en retiro Roberto Miranda Sánchez, mencionado como uno de los posibles integrantes de la terna de la que saldrá el nuevo titular de la Sedena.
Para revertir esta situación, el general propone dotar a la dependencia de una nueva estructura administrativa para que su relación con las demás secretarías mejore sustancialmente y le permita una comunicación y toma de decisiones fluidas con la administración pública federal.
Éste sería el primer paso de una ruta que llevaría a la Defensa Nacional a acceder a un presupuesto más cuantioso (en 2006 recibió 26 mil 987 millones 713 mil 087 pesos; en 2012 ejercerá 55 mil 610 millones 989 mil 782 pesos); la dotaría de capacidad de rearmarse como lo requieren las necesidades del país, y la llevaría a cumplir de manera efectiva sus misiones de vigilancia, seguridad interior y control de fronteras, "cosa que hoy no tenemos", afirma.
A cuatro meses de su retiro como elemento en activo, el ex oficial mayor de esa dependencia acepta la entrevista con EL UNIVERSAL porque está convencido de que a la institución le "urge" un cambio, una transformación administrativa para funcionar como una verdadera secretaría de Estado.
La terna
El general Miranda es el primero de los divisionarios candidateables que ejerce su derecho a opinar. Los otros militares mencionados con insistencia son el general Salvador Cienfuegos Zepeda, oficial mayor; el general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, subsecretario de la Defensa; el general Luis Arturo Oliver Cen, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN), y el general Augusto Moisés García Ochoa, director general de Administración de la dependencia.
De este grupo, el más activo al exterior de la secretaria es García Ochoa, quien participa en reuniones con legisladores federales y se da tiempo para asistir a la UNAM y hablar sobre seguridad nacional.
Los otros candidatos permanecen con un bajo perfil. Miranda era uno de ellos. Vestido de civil, con traje oscuro y corbata roja, el general conversa en el lobby de un hotel capitalino.
Retirado en una ceremonia oficial el 16 de enero de este año, el general no niega su interés por ser el nuevo titular de la dependencia que encabeza Guillermo Galván.
¿Le interesa ser titular de la Secretaría de Defensa Nacional?
Desde que ingresamos al Colegio Militar, la primera aspiración de todos los generales de División, de todos los militares, es ocupar el grado inmediato, ascender, ser oficiales y jefes y llegar a ser generales de División. Cuando lo logramos, todos aspiramos a ser secretarios de la Defensa Nacional.
La hoja de Servicios del general Roberto Miranda muestra que ha sido profesor de Táctica de Caballería y de Guerra Irregular en el Colegio Militar. En 1982 fue jefe de la Sección Segunda (Inteligencia) del Estado Mayor Presidencial (EMP), del que fue finalmente jefe en 1994, en la administración de Ernesto Zedillo.
Los mejores ojos y oídos
Miranda Sánchez también fue comandante de la XI (Torreón, Coahuila) y III (Mazatlán, Sinaloa) regiones militares, en 2002 y 2006, respectivamente, en zonas castrenses ubicadas en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Coahuila y Durango, epicentros de la violencia del narcotráfico.
¿Ve usted adecuada la estrategia gubernamental para combatir a los cárteles de la droga? ¿Es correcta?
Sí, ¿por qué? Porque está muy bien estructurada a partir de los planes y acciones diseñadas por el Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN), del cual surgió la Directiva Integral de Combate al Narcotráfico. Se ha cumplido con las tres fases principales de esta estrategia, que son la erradicación y la intercepción de drogas y el combate al crimen organizado. Pero en el combate al crimen organizado, lo más importante es la inteligencia...
¿Se ha hecho bien esto último?
Se ha hecho bien, pero lo que falta es mucho apoyo a la inteligencia, y para ello se requieren recursos técnicos. La tecnología es vital.
Pero estamos atrasados en ese tema...
Atrasados en la adquisición de equipo, porque el proceso humano es excelente (...). Tenemos muy buena inteligencia. Lo que falta es sistematizarla y tener mayor tecnología para tenerla actualizada.
El general asegura que en el Ejército no hay problemas de operatividad.
"Operatividad la tenemos, lo que hace falta es la reestructuración de la Sedena como secretaría de Estado", insiste el militar en retiro al señalar que "un solo subsecretario no puede tener toda esa capacidad de análisis para apoyar al secretario de la Defensa".
En la reestructuración ideada por el general Miranda para la Secretaría de la Defensa Nacional, no habría crecimiento burocrático ni dispendios. Las direcciones generales que hoy tiene seguirían igual, porque se conservaría una estructura vertical conforme a los lineamientos de la administración pública federal, con un secretario, sus subsecretarios, un Oficial Mayor y las direcciones de Armas y Servicios.
Miranda Sánchez sostuvo que "lo mejor que le puede suceder al Presidente y al secretario de la Defensa es tener los mejores ojos y los mejores oídos".
Aunque cuestiona la posibilidad de un civil al frente de la dependencia.
"Pudiera ser que se nombrara a un civil, pero no conozco a uno que tenga los conocimientos de la administración militar, porque eso es lo que hace el secretario de la Defensa: administrar al Ejército y a la Fuerza Aérea".
¿Qué haría falta para mejorar al Ejército? ¿Hacerlo más chico, más grande, con mayor movilidad?
No. En conjunto, las tres fuerzas armadas, Ejército, Fuerza Aérea y Marina, suman alrededor de 350 mil efectivos para proteger a un país que tiene más de un millón y medio de kilómetros cuadrados de superficie, más las fronteras del norte y sur, así como litorales.
Es decir, que son los intereses del Estado los que definen la estructura y el tamaño de sus Fuerzas Armadas, es al secretario a quien toca definir si son necesarias más plazas.
Sin embargo, más allá de estos cambios que el general ve como deseables y urgentes, queda el tema del fuero militar, que es "el que controla la fuerza institucional de las Fuerzas Armadas" y que no debe sufrir cambios porque sigue siendo la columna vertebral de la disciplina militar, advierte Miranda Sánchez.





