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El pasado 21 de enero, el mundo perdió a una de las más grandes diseñadoras de vestuario, la japonesa Eiko Ishioka, quien se destacó por su inagotable imaginación y sus propuestas maravillosas, las cuales presentó, sobre todo, en el ámbito cinematográfico.

La obra de teatro M. Butterfly (1988), y las cintas Closet Land (1991), The Cell (2000) y Teresa, el cuerpo de Cristo (2007), fueron algunas de las producciones que dieron cuenta de su talento.

Drácula de Bram Stoker (1992), dirigida por Francis Ford Coppola, representó uno de sus trabajos más premiados, por el cual obtuvo un Oscar.

Este año, se estrenará una película en la que ella participó y que representa su último su trabajo. Se trata de Mirror Mirror, que será traducida como Blanca Nieves, donde participan Julia Roberts, Lily Collins, Armie Hammer y Sean Bean, entre otros.

"Me gustan los diseños innovadores y monumentales, no los que se limitan a explicar la historia o los papeles al público y no van más allá.

"Yo quiero crear otra cosa: avivar la imaginación del público, estimular sus ojos y conmover su espíritu. Consideraré que mi trabajo ha sido un éxito si el público exclama '¡Guau!' una y otra vez.

"Por supuesto, mi trabajo no es llamar la atención. El vestuario debe servir para reforzar y animar el vocabulario visual de la película", declaró en una ocasión Eiko.

Esto fue exactamente lo que hizo para Blanca Nieves, confeccionar vestuario extraordinario, con colores intensos, recargados de accesorios y que evocan la imaginación.

Cada una de las piezas fue trabajada con mucho esmero, cuidando cada detalle; así, se puede ver una bruja con un espectacular vestido rojo, que se remata con un tocado tipo avestruz; y también a la cándida Blanca Nieves con una gala azul con generosa crinolina.

Una de las escenas más importantes de la cinta, en cuanto a vestuario, es el baile, donde cada uno de los personajes lleva galas fantásticas, atrevidas y poco convencionales.