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Toma de posesión: Tras la huella de Luther King

J. Jaime Hernández Corresponsal| El Universal
00:01Martes 20 de enero de 2009
En un acto inusual, para quien hoy a mediodía se dispone a asumir como 44 presidente de EU, Obama participó ayer al lado de su esposa Michelle en un sinnúmero de actos de servicio en memoria de Luther King

WASHINGTON.— Barack Obama se arremangó ayer la camisa para rendir tributo a la memoria de Martin Luther King, cuya figura y legado histórico parecen haber salido del desván de los recuerdos y cobrar fuerza e impulso a sólo unas horas de la ceremonia de juramentación que le convertirá en el primer presidente de raza negra en Estados Unidos.

“Mañana nos reuniremos como un solo pueblo en el mismo lugar donde todavía resuenan los sueños del doctor Martin Luther King. Y al hacerlo reconoceremos que en Estados Unidos nuestros destinos están vinculados de forma inseparable”, aseguró Obama en una jornada consagrada a la memoria del hombre que, hace casi medio siglo, congregaba en esta capital a más de 250 mil ciudadanos negros en una marcha en defensa de la igualdad de derechos.

“Recordemos la lección de King: que nuestros sueños separados son en realidad sólo uno”, aseguró Obama mientras se sumaba al grupo de voluntarios que participaron en una jornada de servicio a la comunidad, resanando y pintando las paredes de un albergue de jóvenes muy cerca del edificio del Congreso, en esa frontera que sigue dividiendo al gueto pobre y violento, de los recintos e instituciones que simbolizan el poder y la riqueza.

En un acto inusual, para quien hoy a mediodía se dispone a asumir como 44 presidente de EU, Obama participó ayer al lado de su esposa Michelle en un sinnúmero de actos de servicio en memoria de Luther King, una figura que ha estado ausente de su campaña política, pero que en el curso de las últimas horas se ha transformado en una fuerza redentora y en un simbólico fin del trayecto para quien está a punto de hacer realidad su sueño de igualdad al pie de las escalinatas del Capitolio y ante un auditorio que podría rebasar los 3 millones de personas.

La jornada dedicada a la memoria de Luther King, en el día en que Estados Unidos conmemoró su natalicio, consumió así gran parte de un día que combinó “el servicio a los demás” con encuentros con jóvenes y voluntarios que se sumaron a la entrega de despensas para los más desvalidos, en un contexto de crisis y desempleo que demandará de ingentes dosis de voluntad política y de unidad para rescatar al país del colapso financiero.

Antes, por la mañana, Obama visitó el hospital Walter Reed de las Fuerzas Armadas para saludar a soldados heridos en combate. La visita no había sido anunciada previamente.

Obama culminó su jornada con un encuentro con su antiguo contendiente republicano, John McCain, a quien no dudó en presentar como un “héroe” que se ha distinguido no sólo por sus servicios a la patria, sino por sus continuos esfuerzos en encontrar frente a sus adversarios un “terreno en común” en beneficio de la nación y sus ciudadanos:

“Pocos como John McCain entienden esa necesidad de propósito y esfuerzo en común”, aseguró Obama durante una cena de gala de carácter bipartidista.

“Y sus esfuerzos en materia de inmigración y financiamiento de campañas fueron muestra de esa capacidad del senador McCain para cruzar líneas de partido pensando, ante todo, en el bien del país”, remató Obama en una cena que se convirtió en escena de reconciliación para dos hombres que hace menos de tres meses se lanzaban miradas como puñales.

La cena en honor de John McCain se celebró en el Washington Hilton y a ella no acudió la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, la compañera de fórmula del republicano durante la campaña.

Poco después de este encuentro en clave de reconciliación y unidad, Barack Obama se trasladó a otra cena ofrecida en honor del general retirado y ex secretario de Estado Colin Powell, el republicano de mayor peso que decidió respaldar la candidatura presidencial de Obama en la recta final de unas elecciones que marcaron el derrumbe de las aspiraciones de McCain.

La ajetreada noche de cenas y galas culminó con la ofrecida a Joe Biden, el vicepresidente que le acompañará en la ceremonia de hoy, martes, para marchar luego juntos en dirección a la Casa Blanca.

 

 



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