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Toma de posesión: Sin precedente despliegue de seguridad para investidura

EFE| El Universal
01:58Washington | Martes 20 de enero de 2009
Los servicios de seguridad no tienen indicios de planes terroristas con motivo del evento, pero quieren tomar todas las precauciones debido a la peculiaridad del acto

La ceremonia de investidura hoy de Barack Obama será extraordinaria en muchos aspectos, entre ellos un dispositivo de seguridad sin precedentes y que ha convertido a Washington en una auténtica fortaleza.

Los servicios de seguridad no tienen indicios de planes terroristas con motivo del evento, pero quieren tomar todas las precauciones debido a la peculiaridad del acto, al ser la toma de posesión del primer mandatario de Estados Unidos negro y un acto donde estarán presentes las tres ramas del poder y representantes extranjeros, pero no mandatarios.

Las autoridades calculan que, dada la expectación que ha desatado esta investidura, cerca de dos millones de ciudadanos se darán cita en el Mall, el parque que comunica el Capitolio -donde tendrá lugar la jura- con el monumento a Lincoln.

Cerca de 42 mil agentes participan en el dispositivo de seguridad, entre ellos 7 mil 500 soldados y 10 mil efectivos de la Guardia Nacional, así como cerca de 25 mil policías de las fuerzas locales y federales, coordinados todos ellos por el Servicio Secreto.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) tendrá desplegados cerca de 600 agentes, un 20% más que en investiduras previas.

Intervienen también 99 organismos federales, estatales y locales como la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, que ha enviado expertos en desactivación de bombas y perros adiestrados.

Una brigada del Ejército estará en estado de alerta en la base de Fort Stewart, en Georgia, para responder a un hipotético atentado con armas químicas o biológicas.

Desde esta tarde, el centro de Washington, un área de 5.6 kilómetros cuadrados, quedará cerrado al tráfico rodado. A lo largo del día de mañana habrá también restricciones al tráfico aéreo.

Desde hace días, las principales avenidas se encuentran ya llenas de barreras de cemento y vallas.

Esta tarde también se cortará el acceso a la ciudad a través de los puentes del río Potomac. Tan sólo podrán acceder los vehículos autorizados, como los autobuses públicos o taxis previamente registrados.

Miles de autobuses "charter" han solicitado permisos de aparcamiento y las autoridades locales han indicado que podrían llegar hasta 10 mil de estos vehículos.

El sistema de transporte público ha quedado reforzado con líneas de autobús especiales y más trenes de metro en servicio pero la incógnita es si será suficiente para la multitud que se espera.

Para evitar decepciones, y permitir que el máximo número de personas pueda ser testigo de un momento histórico, se han desplegado una veintena de pantallas gigantes en el Mall y de la ruta del desfile, a lo largo de la Avenida Pensilvania, que llevará a Obama del Capitolio a la Casa Blanca, su nuevo hogar.

Especial atención se ha dedicado también a los edificios a lo largo de la ruta del desfile. En algunos casos, las empresas que los ocupan han debido aportar listas de personas autorizadas a entrar.

Las autoridades pusieron a prueba el dispositivo este domingo, durante el macroconcierto celebrado en honor de Obama en el Monumento a Lincoln y al que asistieron cerca de 400 mil personas.

Pudieron respirar hondo, pues no se registraron incidentes. Sin embargo, mucha gente no pudo acceder al concierto gratuito debido a que los agentes cerraron los puntos de acceso media hora antes del comienzo, una vez que juzgaron que ya se había llenado el aforo.

Según ha explicado la jefa de Policía de Washington, Cathy Lanier, las autoridades se dieron cuenta de que se enfrentaban a una investidura de unas dimensiones mucho mayores que cualquier otra el mismo día de las elecciones, el 4 de noviembre.

Entonces, miles de personas se concentraron de manera espontánea ante la Casa Blanca para festejar la victoria de Obama. Los manifestantes se mantuvieron tranquilos y "abrazaban a los policías" pero su número ya hizo presagiar que los planes para investiduras anteriores no iban a servir para ésta.

Lanier ha admitido que algunas de las medidas pueden parecer exageradas, aunque indicó que prefiere excederse a quedarse corta.

Si pasara algo, indicó, "nos criticarían enormemente por no haber tomado las medidas suficientes" .

fml



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