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Rescate, sólo el primer paso para finalizar crisis

The New York Times| El Universal
08:15Nueva York | Lunes 29 de septiembre de 2008
Para algunos, el acuerdo es motivo de alivio, a pesar de las quejas de que es demasiado generoso con Wall Street, demasiado débil para los dueños de casa escasos de dinero y demasiado costoso para los contribuyentes

El planeado rescate financiero del gobierno es un paso significativo aunque costoso hacia el objetivo de evitar un cataclismo económico, pero probablemente no será el último, según economistas y expertos en finanzas.

Al tomar de los bancos los títulos respaldados por hipotecas que se han vuelto incobrables, el plan de rescate busca restablecer la confianza en el sistema financiero y garantizar que los bancos puedan seguir llevando a cabo su papel fundamental de recibir pagos y ofrecer crédito a las masas.

"Quizá puedan restaurar la confianza con el programa", indicó Simon Johnson, economista de la Escuela de Administración Sloan del Instituto Tecnológico de Massachusetts. "Podría funcionar, y podría llevarnos hasta la elección de noviembre".

Pero Johnson, ex investigador del Fondo Monetario Internacional, señaló que bien podrían necesitarse más medidas y gran parte del trabajo restante podría recaer en la próxima administración. La lista, agregó, incluye supervisar el funcionamiento del plan de rescate, ayudar a orientar la contracción y recapitalización de la industria bancaria, ayudar a los dueños de vivienda que han suspendido los pagos de su hipoteca y, en general, delinear la política de una nación que tendrá que desacostumbrarse del crédito fácil y el gasto excesivo.

"Manejar este asunto va a dominar la agenda del próximo presidente por dos años", consideró Johnson.

El costo final del rescate es incierto. Depende del precio que pague el gobierno por los títulos que compre a los bancos, y del dinero que el gobierno reciba cuando los venda más adelante, años después.

Para muchos, el acuerdo es motivo de una sensación de alivio, a pesar de las quejas de que es demasiado generoso con Wall Street, demasiado débil para los dueños de casa escasos de dinero y demasiado costoso para los contribuyentes.

"Por mucho, la mejor forma de ayudar a dueños de casa y contribuyentes es evitar una recesión económica seria", indicó Robert E. Hall, economista e investigador de la Institución Hoover, un grupo de investigaciones conservador de la Universidad de Stanford.

Un declive abrupto, añadió, reduciría la actividad y las oportunidades económicas en Estados Unidos entre 5% y 10% en términos de la producción de bienes y servicios, creación de empleos e ingreso personal perdido. El costo total, destacó, excedería seguramente el billón de dólares.
"Una recesión cuesta mucho más que 700 mil millones de dólares", dijo, en alusión al costo estimado del rescate.

Sin embargo, no hay certeza de que el plan funcione según lo planeado para disminuir la turbulencia financiera y la incertidumbre económica.

De hecho, aún queda mucho por calcular en la industria financiera, indicó Nouriel Roubini, economista de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.

Los 350 a 400 mil mdd en créditos incobrables reportados por los bancos hasta el momento podrían elevarse con el tiempo a 1.5 billones de dólares o más, según sus estimaciones. Los bancos se verían obligados a registrar como pérdidas más créditos incobrables no sólo de deuda relacionada con hipotecas sino también en créditos corporativos, préstamos al consumo, tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles.

De tener éxito, el paquete de rescate cambiaría un colapso por un repliegue ordenado, pero el deterioro de los bancos debe permitirse y no cuidarlos demasiado si se quiere que el sistema financiero recupere la salud.

En Japón en los años 90 el gobierno mantuvo a flote a los bancos, esperando evitar las penurias de las quiebras bancarias, con lo que sólo extendió la caída económica y la reducción del gasto y el empleo. El resultado fue la llamada década perdida de Japón.

"La lección de Japón es que lo que se necesita es un ‘amor apache' con los bancos", indicó Kenneth Rogoff, economist de la Universidad de Harvard. "En la crisis actual, es cierto que uno quiere deshacerse de los activos en problemas de los bancos para recuperar el funcionamiento de los mercados. Pero la clave estará en los detalles de cómo funcionará el rescate. No se quiere que sea un subsidio disfrazado para mantener vivos a los bancos insolventes. Eso sólo prolongaría el sufrimiento económico", agregó. (Traducción: Gregorio Narváez).

hab



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