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El temor invade Wall Street

Ben White y Jenny Anderson/The New York Times| El Universal
08:02NUEVA YORK | Lunes 15 de septiembre de 2008
Al tiempo que Lehman Brothers, una de las instituciones más viejas de Wall Street, parecía despeñarse el domingo, la ansiedad por el destino de los bancos --y por lo que podría pasar después-- se apoderó de la industria financiera de Estados Unidos

Temor y codicia son los dos ingredientes principales de Wall Street. Pero en el interior de los grandes bancos, esos sagrados templos del capitalismo, el temor saltó al primer plano este fin de semana.

Al tiempo que Lehman Brothers, una de las instituciones más viejas de Wall Street, parecía despeñarse el domingo, la ansiedad por el destino de los bancos --y por lo que podría pasar después-- se apoderó de la industria financiera de Estados Unidos. Entrada la tarde, Merrill Lynch, bajo crecientes presiones, inició conversaciones para ser adquirido por Bank of America.

Las fiestas se cancelaron. Los viajes de fin de semana se pospusieron. Todo Wall Street, al parecer, quedó en estado de alerta.

En rascacielos por todo Manhattan, ejecutivos bancarios se encerraron en sus oficinas centrales, dentro de capullos de suaves alfombras y paredes de madera, tratando desesperadamente de evaluar el riesgo que enfrenta su respectiva firma ante los problemas de Lehman.

Fue, según todas las versiones, un día que Wall Street nunca antes había vivido.

En el distrito financiero, los corredores, ansiosos por la posible reacción de los mercados el lunes, buscaron refugiarse en los ultraseguros certificados del Tesoro. La ciudad de Greenwich, Connecticut, el arbolado reino de millonarios propietarios de fondos de cobertura y titanes corporativos, parecía un pueblo fantasma.

A un año de la crisis financiera, pocos soñaron que la situación se deterioraría tanto tan rápido. Hace apenas una semana, la administración Bush tomó el control de las gigantes hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac. Entonces, antes de que nadie pudiera dar un respiro de alivio tras esa crisis, Lehman se coloca al borde del precipicio.

Al tiempo que los detalles sobre las tribulaciones de Lehman empezaron a filtrarse el domingo, se profundizaron los temores de que las grandes compañías financieras podrían derrumbarse como fichas de dominó. Bank of America inició conversaciones para comprar Merrill Lynch, la casa de corretaje más grande del país y que se estima será la próxima firma en resentir presiones.

"Pasé el fin de semana pasado viendo la muerte de Fannie y Freddie. Este fin de semana fue Lehman", indicó un viejo ejecutivo de Wall Street.

La metralla de malas noticias ha crispado los nervios en todos los niveles de Wall Street. "La gente simplemente está cansada", señaló otro ejecutivo. Y en el panorama se asoman cosas aun peores. Es probable que miles de empleados de Lehman sean despedidos, siendo arrojados a uno de los peores mercados laborales que ha visto la industria en años. Otros bancos también recortarán personal.

Incluso los empleados que logren conservar sus trabajos probablemente ganarán mucho menos este año. Los bonos no sólo disminuirán, sino que, para muchos, se evaporarán por completo.

 

Aunque la gente se asombró con el casi derrumbe de Bear Stearns en marzo, la posibilidad de que Lehman --una respetada firma con 158 años de historia-- sea puesto de rodillas los ha dejado pasmados. A muchos les conmocionó de igual forma la caída de Richard S. Fuld Jr., presidente y director general de Lehman.

"Todos pensaban que Bear Stearns era un montón de vaqueros; lo que sucedió era lógico", indicó otro ejecutivo. "Pero éste es el gran Dick Fuld. No se suponía que esto le pasara a Lehman Brothers".

(Traducción: Gregorio Narváez).

grg



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