Cientos de miles de bolas de brillantes colores fueron enviadas el miércoles rodando por la famosa escalera de la Plaza de España, el último ardid publicitario orquestado por el hombre que hace algunos meses tiñó de rojo las aguas de la fuente de Trevi.

El espectáculo desconcertó a los transeúntes, que tomaron fotos y recogieron las pelotas como souvenirs, e indignó a los empleados de la limpieza, que tuvieron que barrer las centenares de miles de bolas y depositarlas en contenedores.

Cámaras de televisión registraron el momento en que el organizador del evento, Graziano Cecchini, el mismo hombre que coloreó de rojo el agua de la fuente de Trevi, y varios de sus ayudantes, vaciaban bolsas con pelotas de plástico de todos los colores sobre las escalinatas de la plaza de España, construidas en el siglo XVIII. La policía dijo que Cecchini y sus acompañantes llegaron al lugar en tres camiones repletos con centenares de bolsas.

Las pelotas rebotaron en las escalinatas, y llenaron la fuente de la Barcaccia, en forma de embarcación, situada más abajo. Barredores municipales palearon las pelotas hacia camiones de limpieza y limpiaron con agua las escaleras para eliminar todo resto de ellas.

Cecchini, entrevistado en el sitio, dijo a una emisora de televisión que utiliza ''el arte, si es que podemos llamar a esto arte, a fin de expresar descontento''. Informó además que fueron lanzadas medio millón de pelotas por las escalinatas.

Posteriormente, Cecchini y otros tres fueron detenidos por la policía, informaron medios de prensa italianos.

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