Exaltado y clamando su inocencia a voz en cuello, el ex presidente Alberto Fujimori rechazó el lunes los cargos de violaciones a los derechos humanos que se le imputan, y afirmó que si se cometieron excesos en la lucha contra grupos terroristas no fueron de su responsabilidad.

``Si se cometieron hechos execrables los condeno, pero no fueron orden de quien habla. Yo por eso señor presidente, ­rechazo los cargos totalmente!. ­Soy inocente! y no acepto esta acusación fiscal``, dijo Fujimori, dirigiéndose al juez que preside el tribunal que lo juzga por matanzas cometidas durante su gobierno.

Momentos antes, el ex mandatario había pedido intervenir para pronunciarse sobre las acusaciones de la fiscalía, que le atribuyó ser la cabeza de una bien estructurada organización que tuvo como fin combatir a la subversión por medio de una ``guerra de baja intensidad`` o guerra clandestina sucia.

Haciendo grandes ademanes con las manos, golpeando la mesa por momentos, y quebrándosele la voz, Fujimori recordó que cuando asumió el gobierno en 1990, el país se encontraba ``casi en colapso`` con ``50% del territorio controlado por esas huestes terroristas``, y una crisis económica con hiperinflación.

``Alguien tenía que venir``, sostuvo. ``El Perú avanza, señor presidente, porque hubieron reformas dentro de un contexto de respeto a los derechos humanos``.

``A raíz de mi gobierno se rescatan los derechos humanos de 25 millones de peruanos, ­sin excepción alguna!``, exclamó.

La exaltada intervención de Fujimori le ocasionó una crisis de hipertensión arterial, que marcó 190/100 y obligó a suspender por el resto del día la audiencia. Las sesiones se reanudarán el miércoles.

El médico Marco Villanueva, quien lo examinó durante un receso, dijo a la sala que el ex mandatario, de 69 años, sufría un cuadro de hipertensión, con dolor del pecho y de la cabeza, y que por lo tanto recomendaba reposo absoluto por 24 horas, dada su condición de hipertenso crónico.

``Ha sido un momento bastante emotivo para él, pero está de buen ánimo. Nosotros esperamos que en la próximas horas se recupere y se restablezca``, dijo su hija, la congresista Keiko Sofía Fujimori.

Es la primera vez en la historia del país que un ex mandatario se enfrenta a un tribunal, en un juicio público.

Fujimori, que gobernó Perú entre 1990 y 2000, es acusado por delitos de asesinato, secuestro y lesiones graves, por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, en 1991 y 1992, respectivamente, en que 25 personas perdieron la vida a manos del grupo Colina, conformado por miembros de la inteligencia militar. También es acusado por el secuestro de un periodista y un empresario durante el autogolpe del 5 de abril del 1992.

El ex mandatario mostró aplomo al ingresar a la sala judicial con paso rápido, y se sentó en una silla junto al pequeño escritorio asignado, segundos antes que los magistrados integrantes de la sala tomaran sus posiciones. Colocó sobre la mesa el maletín que llevaba consigo, y apenas se dio inicio a la sesión judicial, empezó a tomar apuntes.

Entre los asistentes al juicio se encontraban tres de los cuatro hijos del ex mandatario, Keiko Sofía, Sachi Marcela, y el menor Kenji, junto con congresistas y ex congresistas del partido fujimorista, quienes aplaudieron y animaron exclamando ``bravo`` al ex mandatario durante su alocución.

La fiscalía ha pedido 30 años de prisión para Fujimori y el pago de una reparación de unos 33 millones de dólares, pues afirma que él, como cabeza del aparato político y militar del estado, conoció y avaló las actividades ilícitas de Colina, que estuvo bajo mando directo de su ex asesor y jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos, actualmente preso.

``La Fiscalía considera que el señor Vladimiro Montesinos Torres se constituyó una especie de medio a través del cual se expresaban las fuerzas armadas ante el señor ex presidente de la república, y fue la voz de éste ante jefes y mandos militares``, dijo el fiscal José Peláez.

A su turno, el abogado de Fujimori César Nakazaki dijo que él ``no aprobó la realización de una guerra sucia que el ejército habría acordado como estrategia contra el terrorismo``.

Desde temprano, unas 60 personas se apostaron en las afueras de la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES) de la policía, donde se encuentra recluido, y donde será juzgado, coreando mensajes de apoyo como ``Fujimori no está solo``, ``Fujimori es inocente`` y portando banderas anaranjadas, el color del partido fujimorista, y una fotografía de él con la inscripción ``inocente``.

El ex gobernante huyó del país en noviembre del 2000 hacia Japón, cuando un gran escándalo de corrupción envolvió a Montesinos y causó el derrumbe de su gobierno.

Amparado en su nacionalidad japonesa vivió en Tokio hasta noviembre del 2005, cuando dejó ese país con rumbo a Chile, en un intento por retornar a Perú, para postularse en las elecciones presidenciales del 2006.

Pero en Chile fue detenido a pedido del gobierno peruano, que pidió su extradición, la cual se concretó el 22 de septiembre pasado, al aceptar las autoridades judiciales chilenas siete de los 12 cargos presentados por Perú.

Fujimori también enfrenta otras acusaciones por haber pagado ilegalmente 15 millones de dólares a Montesinos para que se alejara del gobierno, por soborno de congresistas, por interceptación telefónica y por mal uso de fondos públicos.

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La periodista de AP Tamy Higa colaboró en esta información.

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