La guerra en Irak ha causado el mayor flujo de refugiados en el Medio Oriente desde que los palestinos fueron desplazados en 1948 luego de la creación del estado de Israel, denunció el lunes Amnistía Internacional, y acusó a los países occidentales de no hacer lo suficiente para ayudar a los refugiados.

Amnistía Internacional dijo que Siria y Jordania hacen esfuerzos para lidiar con el vasto flujo de refugiados iraquíes y que muchos países occidentales, inclusive aquellos que participaron en la invasión de Irak en el 2003, estaban ignorando los pedidos de quienes intentaban huir del conflicto.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de dos millones de iraquíes se han visto obligados a buscar refugio en países vecinos. De ese total, 1,2 millones están en Siria, 750 mil en Jordania, 100 mil en Egipto, 54 mil en Irán, 40 mil en el Líbano, 10 mil en Turquía y 200 mil en varios países de la región del golfo Pérsico.

Si bien Estados Unidos está ayudando a financiar el reasentamiento de los refugiados, dijo Amnistía Internacional, las contribuciones de ese país y de otras naciones aliadas son ''muy inferiores'' a las solicitadas por los gobiernos de Amán y de Damasco para enfrentar la grave crisis.

Por otra parte, el grupo de defensa de los derechos humanos acusó a Gran Bretaña, uno de los más vigorosos aliados de Estados Unidos en Irak, de ''ser uno de los principales protagonistas en el regreso forzado de los iraquíes'' a su país. Señaló que desde el 2005, el gobierno de Londres ha estado enviando de regreso a Irbil a curdos que buscaban asilo y cuyas solicitudes fueron rechazadas.

Amnistía Internacional acusó también a Alemania, Grecia, Polonia, y Holanda de deportar a iraquíes a su país o a naciones vecinas contra su voluntad. Algunos fueron deportados acusados de ser una amenaza a la seguridad o de ser delincuentes. Otros fueron enviados a Siria, a Jordania, o al norte de Irak, señaló la organización.

grg