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UMP, historia de un "milagro"

Fidel Samaniego| El Universal
Miércoles 18 de junio de 2003
La fundadora fue la tía de Luis Echeverría e inventó la frase de "¡Arriba y adelante!"

Ella se llamaba Dolores Echeverría Esparza. Amaba a su país. Era religiosa. Ser y hacer, un mismo camino, decía siempre, era "por Dios y por la patria".

Ella, la hermana Dolores, tenía un lema con el que solía terminar sus escritos, una frase que repetía constantemente por aquellos años a principios del siglo pasado: "¡Arriba y adelante!".

Ella, Dolores Echeverría Esparza, tenía un sobrino llamado Luis quien en 1970 se apropió de esas palabras, las hizo consigna de su campaña como candidato a la Presidencia de la República y más tarde parte fundamental en sus discursos y en sus informes como jefe del Ejecutivo: "¡Arriba y adelante!" La hermana Dolores nació en 1893. En 1918 ella sembró una semilla, a partir de un jardín de niños, un proyecto que creció hasta el bachillerato y se conoció entonces como Instituto Científico Motolinía.

En 1943 con el reconocimiento de la UNAM, se erigió la Universidad Motolinía que en sus inicios ofreció las carreras de Filosofía, Historia, Letras, Ciencias de la Educación y Química Farmacobiológica. En 1946 se abrió su carrera mas conocida: la Escuela de Arte y Decoración que en 1982 fue reconocida por la Secretaría de Educación Pública como Licenciatura en Diseño de Interiores, la primera en el país.

"La semilla que sembró la hermana Dolores es hoy un árbol sólido. Sus ramas son fuertes. Por ejemplo ahí está la escuela de Arquitectura fundada en 1966. Varios de sus alumnos han sido premiados a nivel nacional e internacional. Y qué decir de la Escuela de Derecho abierta en 1979, sus exalumnos tienen una sólida formación profesional, bases sólidas en la parte académica y desde luego en la ética. Y la Escuela de Ciencias Administrativas que abrió sus puertas en 1993. Y los diplomados, y nuevas carreras que ya preparamos platica la licenciada Leticia Rodríguez. Ella es también religiosa de la congregación de las Misioneras de Jesús Sacerdote. Licenciada en Filosofía por la Universidad La Salle, con maestría en Educación Superior y doctorado en Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad Sacro Quore de Milán.

Es ella la actual rectora de la Universidad Motolinía del Pedregal (UMP). Confiesa que quienes dirigen la institución no saben aun lo que es presumir su legítimo orgullo: la calidad académica, la convivencia armónica, todo lo que se ha logrado en su Universidad.

"Esta institución no es un negocio, ¡es un milagro! Digo, porque sobrevive y funciona de milagro si tomas en cuenta lo bajo de sus colegiaturas, inferiores en 40 por ciento y hasta 50 por ciento comparadas con las de otras instituciones. El alumno que quiera permanecer anónimo, en la sombra, aquí no tiene lugar. Aquí se estudia, se convive, se forman como profesionales y crecen como seres humanos. Cada alumno tiene una importancia fundamental, nunca se le deja solo" interviene Manuel Olimón Nolasco, sacerdote, hombre de impresionante preparación.

Por su parte, José Luis Franco Varela, director de la Escuela de Derecho explica: "Nuestros exámenes son para determinar quién sabe y quién no, es decir, no hay medias tintas, no el que medio aprendió. Entonces son los alumnos los que se aprueban o se reprueban. Nuestros grupos están integrados por un máximo de 25 estudiantes, eso cuando mucho, pero en general son 10, 15. Y eso, es peor para ellos pues los conocemos perfectamente, por sus nombres, por sus apodos. Digo que es peor de broma, pero en serio, lo mejor es precisamente que de todos y cada uno llevamos un seguimiento puntual, diario, ante todo como seres humanos a los que damos todo nuestro apoyo".

Reunión agradable al atardecer, en la zona del Pedregal. La rectora, los directores, otros funcionarios de la Universidad Motolinía del Pedregal ríen constantemente y se carcajean abiertamente después de que el director de la escuela de Ciencias Administrativas dice su nombre al reportero: "me llamo Mariano Agonizante Luna" y el padre Olimón comenta : "Y así se sentía agonizante, cuando se informó que la SEP había retirado el reconocimiento oficial a una de sus carreras".

Lo que ocurrió, explica el contador público Agonizante Luna fue que la Secretaría de Educación Pública dio una información incompleta al señalar que las carreras que imparte la escuela que él dirige no tenían ya reconocimiento. Lo que pasó fue que el plantel funcionaba en el campus de la colonia Del Valle y al cambiarse al Pedregal, la propia institución informó de ello para que se hiciera el trámite correspondiente. Desde luego esas carreras, Contaduría Pública, Administración de Empresas, Mercadotecnia cuentan con el reconocimiento oficial y sus egresados poseen validez legal para el ejercicio de la profesión.

"Sí, la verdad hubo inquietud, me hablaron exalumnos, una joven que acababa de presentar su examen profesional, había inquietud pero de inmediato les informamos lo que es cierto, que no hay ningún problema", agrega el directivo.

"La Universidad Motolinía del Pedregal tiene una tradición muy sólida. Nuestra mejor recomendación son los exalumnos comprometidos con México. Pero no miramos al pasado sino al futuro. Nos sentimos orgullosos de nuestras alumnas y alumnos como ellos lo están de su Universidad. Quisiéramos que quede claro que somos los principales interesados en que haya un cuidado por parte del Estado sobre la calidad de las instituciones particulares de educación superior. No voy a mencionar nombres, pero son un engaño esas llamadas universidades que ofrecen carreras en dos o tres años a precios supuestamente bajos. Debe haber entonces un verdadero control pero también información completa para la sociedad sobre las características, el nivel de nuestras instituciones", manifiesta la rectora Leticia Rodríguez.

"Efectivamente, el Estado debe cumplir con su responsabilidad, vigilar la calidad educativa. Las llamadas universidades de "garaje" no aportan nada, esas sí son negocio. Esta, nuestra Universidad Motolinía, insisto, no es negocio, ¡es un milagro!" completa el padre Olimón.

Y todo comenzó en aquel 1918, con esa semilla que sembró una mujer llamada Dolores Echeverría Esparza, la que tenía un lema: "Arriba y adelante", y un poco original sobrino llamado Luis.



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