Arturo Hernández González, El Chaky, lugarteniente del cártel de Juárez y exagente federal, fue detenido ayer. Era el hombre que aspiraba a controlar el territorio del cártel del Golfo, puso precio a la cabeza de Osiel Cárdenas Guillén y desató una confrontación entre ambos grupos. Fue capturado junto con otros ocho integrantes de la organización.

El brazo ejecutor de los hermanos Carrillo Fuentes está relacionado con homicidios de testigos protegidos, con las "narcofosas" de Ciudad Juárez, e incluso se abrió una línea de investigación por su posible vinculación con los nueve ejecutados en Nuevo León esta semana.

Rafael Macedo de la Concha, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) y Ricardo Clemente Vega García, secretario de la Defensa Nacional, dieron a conocer en conferencia este golpe al narcotráfico, que se consumó en operativos realizados entre el jueves y la madrugada del viernes en Durango, Coahuila, Jalisco, Sinaloa, Guerrero, Veracruz y Colima.

Además de El Chaky , capturado en Durango, fueron detenidos: su amasia, Ana Isabel Yáñez Hernández; el agente federal Néstor Tobías de la Cruz Bello, adscrito a la delegación estatal de Coahuila; Abel Aranda Mendoza, José de Jesús Pérez Castillo, Emilio Esquivel Tinoco, Salvador Mercado Ávila, Miguel Sainz Hernández y Germán Bello Armas.

Así, prácticamente se desmantela esta célula del narcotráfico, despojándola de sus líderes, operadores y gatilleros, anunciaron.

Un capo sanguinario

Hernández González se incorporó al cártel de Juárez en 1996. Quien fuera comandante de un grupo denominado "Palma", de la extinta Policía Judicial Federal, se convirtió en el principal operador de esa organización, trabajando estrechamente con Vicente Carrillo Fuentes.

El procurador detalló que El Chaky tenía como función eliminar a integrantes de otras organizaciones delictivas, así como proporcionar protección a los mandos y sus familiares; también era el responsable de los enlaces con policías y otros grupos criminales para permitir el paso de aeronaves y vehículos para el tráfico de droga.

Tenía bajo su mando un grupo de contra inteligencia, que laboraba para Ismael El Mayo Zambada, infiltrando a gente del cártel en dependencias federales para conseguir información e impedir la detención de sus integrantes; de hecho, en noviembre del año pasado fue desarticulada una red de 22 servidores públicos que fungían como "espías", cuyos testimonios condujeron a la captura de Hernández González.

Obtuvo tal poder que "pretendía quedarse como líder en el trabajo que venía realizando Osiel Cárdenas, por eso el enfrentamiento con dicha organización", reveló el procurador.

Sus aspiraciones llevaron a El Chaky a ofrecer 2 millones de dólares por la cabeza del jefe del cártel del Golfo, en medio de una lucha por territorios para controlar el trasiego de drogas en la frontera, por lo que no se descarta que en medio de estas pugnas entre los capos se hayan consumado las recientes ejecuciones en Nuevo León.

El secretario de la Defensa definió a Hernández González como un sujeto en extremo sanguinario, "que gustaba de entambar a sus víctimas, acostumbraba enredar a sus enemigos en alambres de púas, los metía al agua y les daba toques".

Acorde con este perfil, Hernández González está involucrado en la ejecución de testigos protegidos como Tomás Colsá McGregor, quien fuera compadre y joyero de Amado Carrillo; así como de Jaime Olvera Olvera, chofer del señor de los cielos , quien reveló a la PGR datos como la amistad entre el capo y el animador Francisco Stanley.

Macedo de la Concha detalló también que con esta detención se reabre el caso de las narcofosas de Ciudad Juárez, cementerios clandestinos en ranchos cercanos a la frontera descubiertos en 1999.

El Chaky es señalado también como responsable del homicidio de los médicos que operaron a Amado Carrillo, y provocaron su muerte por una sobredosis de anestesia; sus cuerpos fueron hallados "entambados" en botes con cemento, entre otras ejecuciones que se le imputan, como la del comandante Juan Carlos Ventura, asesinado en el DF el año pasado.

Por el momento, el lugarteniente del cártel de Juárez deberá enfrentar cargos por delitos contra la salud en sus diversas modalidades, lavado de dinero y acopio de armas, pues cuenta con órdenes de aprehensión que datan de 1998.