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Murió la esposa de López Obrador; padecía una enfermedad crónica

Ella Grajeda y Roberto Barboza| El Universal
Lunes 13 de enero de 2003
Rocío Beltrán Medina falleció a los 46 años de edad, víctima de un paro respiratorio

Rocío Beltrán Medina, esposa del jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, murió ayer a los 46 años de edad, debido a un paro respiratorio causado por una enfermedad crónica que padecía desde hace tiempo.

Eran las 8:20 horas, cuando el político tabasqueño salió de la sede del gobierno del Distrito Federal acompañado de Martí Batres. "¿Me acompañas al aeropuerto?, ahí platicamos", le dijo al legislador. En la mañana, durante su conferencia matutina, había informado que asistiría a un evento de apoyo al candidato del PRD al gobierno de Campeche.

Apenas su Tsuru blanco cuando recibió una llamada telefónica: "Hablen a una ambulancia", ordenó de inmediato.

La unidad 520 del ERUM llegó a toda prisa a la calle de Odontología número 57. Los paramédicos metieron la ambulancia al estacionamiento del edificio, mientras López Obrador y sus tres hijos asistían a la señora Rocío.

Todavía, López Obrador la bajó en brazos. La atendieron, le dieron oxígeno, no pudieron salvarla.

Los esfuerzos fueron en vano. Rocío Beltrán había fallecido. Su hijo mayor, José Ramón no pudo contener el llanto y se arrojó a los brazos de su padre quien, abatido, recibió la noticia.

Entre las 11:00 y 12:00 horas de ayer, el sacerdote católico Miguel Concha ofició un servicio religioso a la familia en su propio domicilio.

Quienes estuvieron ahí dijeron que López Obrador todavía la vio con vida. Como todas las mañanas, el jefe de gobierno se había levantado a las cinco de la madrugada, se había servido su café negro, platicó con su esposa (con quien vivió casi 24 años), y después salió a sus oficinas para dar su acostumbrada conferencia de prensa.

Rocío Beltrán era originaria del municipio de Teapa, Tabasco. Desde hace seis años, padecía lupus (enfermedad crónica de causa desconocida), que la condenó en los últimos meses a guardar cama.

Antes fue atendida en el Instituto Nacional de Nutrición. Sin embargo, su estado era grave, por lo que se decidió trasladarla a su hogar.

Su última aparición pública fue en la Basílica de Guadalupe, donde llegó en silla de ruedas para recibir la bendición del papa Juan Pablo II. Cuentan que para estar en ese lugar hizo mucho esfuerzo, ya que la enfermedad que tenía atacaba a los tejidos de su cuerpo. Después del deceso, López Obrador y sus tres hijos, José Ramón de 22 años, Andrés de 18 y Gonzalo de 12, no se separaron del cuerpo de Rocío Beltrán. En la agencia funeraria, los hijos recibieron los pésames de los asistentes, mientras que en un cuarto continuo a la sala se encontraba desconsolado López Obrador, quien perdió a su madre cuando ganó la candidatura del PRD a la jefatura de Gobierno y a su padre cuando fue electo jefe de Gobierno del DF.

En representación del licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente y Director General de EL UNIVERSAL, asistió Roberto Rock, Director General Adjunto Editorial de este diario; Alejandro Gertz Manero, secretario de Seguridad Pública a nivel federal; integrantes del gabinete local, delegados políticos como Elena Tapia, José Espina y Guadalupe Chavira, además artistas como Carmen Salinas, entre otros.

López Obrador sólo estuvo presente unos minutos para recibir las condolencias de su gabinete, amigos, militantes del PRD y ciudadanos. A las 16:12 horas, junto con sus tres hijos abordó una camioneta Grand Cherokee con placas 884NVW, que fue rodeada por fotógrafos, camarógrafos y reporteros.

Con gritos de "¡Andrés, el pueblo está contigo!", "¡Andrés, el pueblo está contigo!", militantes del PRD y ciudadanos dieron muestras de apoyo, mientras arrojaban flores en el techo del carro.

El cuerpo de la señora Rocío Beltrán fue trasladado a Villahermosa, Tabasco, en un vuelo comercial de la aerolínea Aviacsa número 315 que salió de México después de las 20:00 horas. Se veló en el Recinto Memorial. En la capital tabasqueña, más de un centenar de personas, entre las que destacan la líder nacional perredista Rosario Robles Berlanga, así como otros dirigentes políticos del estado, recibieron los restos de la señora Rocío Beltrán. Al velorio acudieron familiares, amistades y dirigentes de diversos partidos, entre otros. Al cierre de esta edición su familia no decidía si sus restos serían inhumados o cremados. (Roberto Barboza, corresponsal)



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